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Cuando la Obra Social
William Hope ganó el Premio a la
Innovación de los Sistemas de
Atención de los Usuarios que entrega
la Superintendencia de Servicios de
Salud de la Nación, todos nos dimos
cuenta que el éxito se logra, se
comparte y se agradece.
Nuestra forma de compartir y
agradecer a todos los beneficiarios
que confían en nosotros es
esmerarnos, cada vez más, en brindar
prestaciones de primer nivel que no
sólo posibiliten la curación y la
prevención de las enfermedades, sino
que también queremos llevar a cabo
acciones destinadas a la promoción
de la salud; es decir nos empeñamos
en desarrollar estilos de vida
saludables.
Para lograr este objetivo, uno de
los puntos fundamentales es tomar
conciencia de que cada uno es el
dueño de su propia salud o de su
enfermedad, básicamente porque es
uno quien disfruta de una vida sana
o es uno quien debe hacerse cargo de
su cuerpo enfermo. El primer
diagnóstico siempre lo hace el
paciente, ya que es él quien siente
los síntomas y decide si concurre o
no a un servicio de atención.
Cotidianamente recibimos comentarios
y preguntas de los pacientes que
concurren a la Obra Social con
diferentes inquietudes; una de las
más frecuentes es el tema de las
adicciones. Cada vez es más
frecuente la preocupación de los
padres por la creciente tendencia de
los jóvenes a consumir todo tipo de
drogas y se ve que se está
incrementando peligrosamente el
consumo de psicofármacos combinados
con el alcohol.
Queremos llamar la atención a un
estilo de vida muy difundido y
altamente peligroso: la
automedicación, combinada con una
forma muy desaprensiva de consumir
los medicamentos debidamente
indicados por lo médicos. Los
adultos muchas veces no se dan
cuenta que consumen muchos más
medicamentos de los necesarios.
La publicidad de fármacos de venta
libre, que estimula esta conducta, a
veces es muy nociva. Recuerdo una de
ellas que dice: “Te duelen mucho las
articulaciones, toma..... El dolor
para, vos no”. Esta afirmación
-aparentemente ingenua- merece un
comentario. El dolor es un síntoma
muy importante que fabrica nuestro
cuerpo cuando algo no funciona bien,
y el reposo es justamente uno de los
recursos terapéuticos naturales más
importantes de los que disponemos.
Entonces, no parar cuando hay dolor
produce un estilo de vida muy
peligroso. Si los adultos no nos
detenemos ante los signos de alerta,
mal podemos pedirle a los jóvenes
que lo hagan. Si los padres tomamos
remedios sin necesidad, nuestros
hijos los confundirán con golosinas
que mágicamente producen bienestar.
Las conductas que se aprenden
durante los primeros años de vida
son las que se fijan con más fuerza
y sabemos que los niños aprenden más
por el ejemplo que por el consejo.
Si los padres se preocupan
verdaderamente por prevenir posibles
adicciones en sus hijos hay dos
cosas elementales que deben hacer
cotidianamente: estimular el diálogo
y tomar las medicaciones indicadas
con responsabilidad. Jamás decirle a
un niño que el remedio es rico, o
que se ingiere como una golosina
más. Todo lo contrario, habrá que
enseñarle que, como está enfermo,
debe tomarlo porque se lo indicó el
pediatra y sólo por un tiempo, hasta
que su cuerpo vuelva a estar sano.
Para encarar una lucha eficaz contra
las adicciones es muy importante
erradicar totalmente el hábito de la
automedicación, de cualquier tipo,
aun aquella que haya sido indicada
en otras oportunidades, o de los
fármacos de venta libre. El motivo
de esta recomendación es que un
mismo síntoma puede indicar
diferentes patologías, cuando el
fármaco actúa puede enmascararlos, y
si el tratamiento autoimpuesto no da
resultado, cuando se concurra al
médico será más complicado hacer un
diagnóstico acertado.
El razonamiento que se debería hacer
es muy sencillo Los fármacos no son
caramelos. Si el malestar es tan
importante como para tener que tomar
remedios, se hace imprescindible la
consulta al médico.
Decíamos al comienzo que el éxito se
comparte. Hope sabe que el éxito en
mantener una buena salud depende
fundamentalmente del estilo de vida
saludable. Esto es lo que hoy
queremos compartir con todos.
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