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Gustavo Mammoni, presidente de
Confeclisa, Jorge Gutsztat, representante de Cepsal,
Francisco Díaz, presidente de Adecra, y Héctor
Vazzano, titular de Fecliba, respondieron a la
pregunta “Elecciones ¿Tiempo de cambios?” Los
representantes de las cuatro cámaras que nuclean
prestadores coincidieron en transformar la pregunta
en un deseo del sector, que considera que son muchos
los cambios pendientes.
Siempre hemos visto que se ha tomado a la salud
como un tema político electoral, pero nunca después
hemos podido lograr que la salud sea considerada una
política de Estado”. En forma encendida, Héctor
Vazzano, presidente de la Federación de Clínicas,
Sanatorios, Hospitales y otros Establecimientos de
la Provincia de Buenos Aires (FECLIBA), expuso la
visión de su sector, haciendo eje en los temas
pendientes que muestra nuestro país en la materia:
“La salud para todos es algo que no se ha cumplido.
Sabemos que en este momento la seguridad social
llega sólo al 50% de la población y si bien ésta
tiene garantizada a través del sistema estatal su
atención, los hospitales están abarrotados y no es
lo que queremos para nuestra población”, señaló.
“NI ESTATAL NI PRIVADO:
PUBLICO”
El Dr. Vazzano llamó a la integración real del
sistema, considerando que “la salud no debe ser
estatal ni privada, sino pública, y por ella tenemos
que trabajar”.
Se refirió también a la importancia del recurso
humano para las instituciones de salud, vinculando
esto al concepto de responsabilidad social
empresaria: “Tenemos que luchar por una amplia
capacitación del recurso humano en salud (…) Creemos
que responsabilidad social empresaria es calidad y
no cantidad. No significa regalar recursos: es
capacitar, tener al personal en blanco, tener la
responsabilidad de una empresa digna de esta
Argentina que queremos todos”.
Finalmente se refirió a la equidad que debería tener
el sistema de salud “queremos que el día de mañana
en el sector salud tengamos la capacidad de decir
que todos los habitantes de este pueblo tengan la
mejor salud, y que sea para todos”, terminó.
“QUIEN RECIBE EL SERVICIO NO
ELIGE, QUIEN ELIGE NO PAGA”
La conferencia dio paso luego a Gustavo Mammoni,
presidente de Confeclisa, quien eligió referirse a
“lo que no fue” en relación al sistema de salud, al
que definió como “aislado y caótico, enfocado para
la enfermedad y no para la salud”.
Para ilustrar la desintegración del sistema citó el
ejemplo de que cuando alguien se dirige “al
ministerio de salud de la nación a hablar del tema
de la gente sin cobertura, le responden que es
órbita de los gobiernos provinciales” (…). “Y si
queremos hablar de las obras sociales nos dicen que
el ámbito para ello es el ministerio de trabajo”.
“Entonces hablemos de la medicina prepaga… bueno eso
entonces hay que hablarlo con (Guillermo), Moreno,
de Comercio Interior” graficó.
Aseguró, además, que la falta de integración también
se vive hacia el interior de la seguridad social,
porque “quien recibe el servicio no elige, quien
elige no paga y el que paga no recibe el servicio”,
sentenció Mammoni.
Para lograr una real integración consideró
indispensable la promulgación de una ley federal de
salud que sirva como marco para regular la
actividad.
“LA LOGICA DEBERIA SER
ACTUARIAL Y NO FINANCIERA”
Mammoni también propuso un cambio radical en la
forma de enfocar la sustentabilidad financiera del
sistema. Explicó que el financiamiento debería
establecerse a partir de la necesidad prestacional y
no a la inversa, como se hace en la actualidad. “La
lógica debería ser actuarial y no financiera, sino
estamos subordinando la necesidad de la gente a la
capacidad económica del sistema”. En ese sentido
declaró indispensable contar con “una canasta básica
de prestaciones y saber cuánto cuesta”, y a partir
de esa necesidad generar el financiamiento. “Hoy hay
obras sociales que no llegan al PMO, ni al ficticio,
ni al real, ni al que sea”, ejemplificó.
Además explicó que “armamos un sistema de salud
sobre la lógica de pleno empleo, estado de bienestar
y desarrollo y en el medio tuvimos la globalización
del capital, y a partir de ahí se empezó a atacar al
salario y al empleo (…). Entonces resulta que
tenemos todo un sistema que cubre a la mitad de la
población, atado al empleo y al salario”.
En ese sentido, acercó datos estadísticos que
demuestran la calidad del trabajo en el país: el
cuarenta y cinco por ciento de los trabajadores se
encuentra en negro, y de ellos el setenta por ciento
se ubica bajo la línea de pobreza. Además, de los
trabajadores en blanco, el treinta por ciento se
ubica también debajo de esa línea. Agregó además que
de cada diez familias pobres en la Argentina, ocho
tienen trabajadores activos”.
“¿NO ES DISCRIMINATORIO
NUESTRO SISTEMA?”
De este modo se refirió a la universalización de
la seguridad social. Al respecto consideró que el
sistema de salud es discriminatorio desde el momento
en que no le otorga cobertura a quien no tiene
empleo. “Ya dejó de ser solidario pero, ¿no es
discriminatorio nuestro sistema?”, se preguntó. Como
alternativa a ese modelo citó casos de “proyectos de
gobernadores que han sido electos que dicen que si
yo tengo cincuenta mil personas de trabajo inestable
o en negro, desde la provincia me conviene más
pagarle las contribuciones para que entren en el
sistema que mantener un sistema para que esas
personas se atiendan en el hospital público”.
“LOS ESLABONES MAS DEBILES”
Por su parte el contador Jorge Gutsztat,
representante de Cepsal, manifestó que su sector se
siente “discriminado” dentro del sistema de
salud.“Los prestadores, las clínicas y sanatorios
somos uno de los eslabones más débiles de este
sistema: esto se comprueba viendo la lista de
concursos y quiebras del sector en los últimos
años”.
Al
respecto acercó varias propuestas que de llevarse a
cabo le permitirían a las clínicas y sanatorios
salir de esa situación: una de ellas sería
garantizar que la reglamentación de la moratoria que
se encuentra pendiente mantuviera el espíritu que se
planteó cuando ésta se dictó “sabemos muy bien que
en la reglamentación pueden surgir limitaciones que
no se condicen con el espíritu de la moratoria” y
eso no le permitiría a los prestadores liberarse de
la “mochila de 1000 millones que llevan sobre sus
espaldas”
El contador Gutsztat explicó además la particular
situación que se da en su sector respecto al IVA:
“la mayoría de las Obras Sociales son exentas, por
lo tanto las Clínicas y Sanatorios no podemos
descargar nuestros créditos como hacen otras
actividades. Es decir que los prestadores pagan, por
ejemplo al comprar camas, un veintiún por ciento más
de costo que cualquier otro sector de la economía
argentina”, graficó.
En ese sentido, propuso que “ese crédito que se
pierde se transforme en bonos con los cuales (las
clínicas y sanatorios) podremos hacer frente al
cincuenta por ciento de las contribuciones
patronales”.
Al respecto señaló que concesiones como esas ya
fueron otorgadas a las empresas de biotecnología, y
que debería obrarse del mismo modo con las
instituciones de salud.
Otro aspecto que perjudica a las empresas del sector
es el impuesto a la ganancia mínima presunta, que se
aplica a los activos de las instituciones. Las
clínicas y sanatorios tienen activos importantes en
inmuebles y tecnología y deben tributar por ello.
Las empresas de biotecnología han sido eximidas de
esa obligación y es por ello que el contador
Gutsztat sugiere el mismo tratamiento para la
actividad de la salud.
Del mismo modo consideran discriminatorias las
multas que deben afrontar por no reducir el uso de
energía, que provoca un importante aumento en los
costos. “Todas las reuniones que hemos mantenido con
funcionarios por este tema no tuvieron efecto”,
dijo.
Por último, y en coherencia con todas estas
propuestas, exhortó a las próximas autoridades a
“que el servicio de las Clínicas y Sanatorios sea
considerado un Servicio Público”.
“UNA SUMA DE VOLUNTADES”
El discurso del presidente de Adecra, Francisco
Díaz, comenzó con una expresión de deseo: “sería
interesante que en estos ámbitos estuvieran todos
los participantes”, remarcó. “Normalmente lo que
hacemos es escuchar a los funcionarios políticos y
después nos quedamos nosotros para hacer catarsis.
Acá deberíamos estar todos los que tenemos
responsabilidad en este proceso de cambio”.
En ese sentido, hizo hincapié en el concepto de
concertación, que definió como “una suma de
voluntades, que tengan un único fin: mejorar una
situación”. En el caso de la salud, la concertación
debería incluir a prestadores, recursos humanos,
gobierno y todos los financiadores: el Estado, las
obras sociales nacionales y provinciales, la
medicina privada y el Pami”.
Al igual que Mammoni, Díaz se refirió a la necesidad
de que exista una ley específica para el sector:
“nuestro país tiene leyes de lo que se nos pueda
ocurrir: ley de turf, ley de minería… yo pregunto
¿alguien escuchó hablar de una ley de salud?
Nosotros tenemos unos deberes que si no se cumplen
en lo macro, por más que hablemos de cosas micro no
van a tener solución” aseguró.
Por otra parte, señaló que “la salud no debe ser una
cuestión de mercado. El que la entiende de esta
manera va por el camino equivocado”.
Consideró que para abordar una solución a los
problemas del sector son necesarios recursos e
inteligencia. “Somos muy proclives a generar
procesos sin prever los recursos”, señaló, y citó
como ejemplo la ley de discapacidad, que impuso una
cobertura obligatoria dejando el financiamiento a
las obras sociales en lugar de generar recursos
específicos para ello.
POR EL CAMBIO
Por último retomó la palabra el Dr. Vazzano de
Fecliba, quien hizo un acertado resumen de cada una
de las exposiciones, y cerró la mesa con una frase
que llamó al auditorio a reflexionar sobre la
imperiosa necesidad de generar un cambio: “si
seguimos haciendo lo que hacemos siempre
continuaremos consiguiendo lo que siempre
conseguimos”, concluyó. |