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La Dra. Griselda Cabrera,
representante de COMRA y Manuel Agotegaray,
farmacéutico y presidente de FEFARA, abordaron la
consigna “Dignificar la profesión”, coordinados por
el Dr. Rolando Gutesman, directivo de Socdus. El
enfoque fue amplio y generoso, ya que Cabrera aportó
su visión desde la profesión médica y Manuel
Agotegaray lo hizo desde la realidad farmacéutica.
El título de la mesa era movilizante:
“Dignificar la Profesión”. Y su coordinador, el Dr.
Rolando Gutesman, director de la empresa
odontológica Socdus, le agregó emotividad al definir
a los profesionales de la salud como “los que
estamos todos los días en la trinchera como última
línea de fuego, recibiendo, ejerciendo, sufriendo e
intentando mejorar desde nuestra posición lo que nos
toca a nosotros en la participación del sistema de
salud”.
La Dra. Griselda Cabrera, secretaria de obra social
y previsión social de la Confederación Médica de la
República Argentina (COMRA) abordó el tema desde la
profesión médica, y Manuel Agotegaray, presidente de
FEFARA, lo hizo desde la realidad farmacéutica.
LA DIGNIDAD: EL FUNDAMENTO DE
TODOS LOS DERECHOS
La Dra. Cabrera, pintó una cruda descripción de
la realidad actual de la profesión médica. Su
discurso, enriquecido con citas filosóficas y de
convenciones internacionales, comenzó resaltando la
importancia que reviste el concepto de dignidad: “no
es un derecho del hombre, la dignidad es el
fundamento de los derechos que se conceden al
hombre”, sentenció.
La
doctora, oriunda de la provincia de Corrientes,
explicó que la práctica profesional vive una
profunda contradicción: “vivimos en una sociedad que
en el plano de la abstracción reconoce nuestra
dignidad, pero cuando vamos a los hechos vemos que
más de una vez esta dignidad se encuentra
avasallada. No encontramos en nuestros estudios,
desafortunadamente, una materia que se llame
dignidad, la aprendemos por la vida y la
experiencia. Sino pensemos en nuestros colegas
recién graduados: apenas caminan con el título bajo
el brazo, cuando quieren ingresar en la residencia
sienten más de una vez el primer atropello a su
dignidad profesional”.
También definió qué significa ser un profesional
digno: “no es únicamente ejercer una profesión, sino
que implica realizarla con conocimiento, con
absoluta lealtad a las normas deontológicas y
buscando el servicio a las personas y a la sociedad
por encima de cualquier interés”. Sin embargo,
resaltó que ese ideal se choca con las limitaciones
que presenta la práctica: “como médicos se nos
reclama una sólida formación profesional, ética
hipocrática, sensatez, dedicación total, y somos
capaces de ello; pero las presiones económicas, la
falta de tiempos y muchas otras circunstancias
también nos alejan de la respuesta adecuada”.
“Lejos estamos de aquella imagen del antiguo médico
de familia que generaba confianza y credibilidad.
Ahora a veces se nos trata como un empleado que
brinda servicios a quien se le paga y que por eso
tiene que ser eficiente”.
“Todas estas situaciones nos llevan a un progresivo
deterioro de la salud profesional”, continuó. Y
enumeró patologías vinculadas a la profesión que
están aumentando, tales como “la fatiga emocional,
que afecta al 30 % de los médicos del mundo según lo
ha declarado la Organización Mundial de la Salud”.
Además, Cabrera citó las “presiones políticas no
basadas en criterios sanitarios” de las que son
víctimas sus colegas, así como la “desprotección
legal y laboral”.
Finalmente apeló al compromiso del auditorio,
convocando a “que cada uno de nosotros sea una
chispa que podrá encender una llama que contribuya a
la gran fogata de la dignidad, para que nunca nada
ni nadie la pueda avasallar”.
FUNCIONARIOS Y EMPRESARIOS
ORGULLOSOS DE SERLO
El presidente de la Federación Farmacéutica de
la República Argentina (FEFARA), Manuel Agotegaray,
agradeció la convocatoria de la revista Médicos,
porque le permitió “reflexionar sobre el tema de la
dignidad como dirigente y como profesional”.
Al respecto explicó que “a los farmacéuticos nos
toca ejercer la profesión en un mercado muy
voluminoso, con muchos intereses, muy poca
información y poca transparencia”. Sin embargo,
llamó a “no quedarnos en el diagnóstico”, sino
aportar “herramientas para intentar modificar esa
realidad”.
Sobre la actuación profesional farmacéutica, rescató
como un hecho positivo la implementación de la ley
25.649 de promoción de la prescripción por nombre
genérico, ya que le permitió a sus colegas ejercer
“una dispensación mucho más activa” y generó “una
relación con el paciente totalmente distinta”.
Por otra parte, destacó las virtudes del sistema
informático desarrollado por FEFARA, que
interconecta a más de 4000 farmacias en 18
provincias permitiendo la recolección de datos
epidemiológicos. En ese sentido resaltó la
importancia de haber generado un sistema “fiel y
eficaz”, pero también consideró fundamental el hecho
de “que sea compartido, manejado por todos los
actores y no por los intereses de una parte”, para
“construir escenarios donde realmente se ponga
adelante el bien del paciente”.
Agotegaray se refirió también al plano económico de
su profesión. Mencionó el hecho de que la
concentración del sector perjudica a las farmacias
pequeñas y medianas, pero provoca un impacto en toda
la población, con consecuencias económicas
financieras, que tienen su correlato en el aspecto
sanitario.
“En el tema medicamentos es indivisible lo comercial
de lo sanitario. Por eso proponemos cosas, creemos
que las políticas tienen que ser activas, hacia el
mercado, hacia el Estado y hacia la profesión”,
sentenció el santafecino.
Como conclusión, señaló que “a medida que nos
vayamos encontrando con funcionarios que estén
orgullosos de cumplir con su función y no quieran
actuar como empresarios -como muchas veces pasa-, y
con empresarios que también se sientan orgullosos de
ser empresarios y no pretendan ser funcionarios
regulando para su propio interés, vamos a seguir
trabajando, porque la dignidad de los farmacéuticos
está en salir a la población, para lo cual fuimos
formados en las universidades”.
REFLEXION FINAL
Para finalizar, el coordinador Dr. Rolando
Gutesman, propuso un original ejercicio intelectual:
“Qué bueno sería que pudieran estar sentados en este
evento, médicos, farmacéuticos u odontólogos de las
décadas del 30 o del 40”, imaginó. “Seguramente su
concepto práctico de la dignidad de la profesión
sería muy diferente al actual. Es que la
jerarquización de los profesionales de la salud pasa
por no hablar de un montón de otras disciplinas que
seguramente aquellos profesionales jamás hubieran
soñado: gestión, economía, mercado, leyes, juicios,
psicología familiar, abogados… un universo que
aquellos profesionales nunca hubieran imaginado como
imprescindibles para la práctica diaria de los
profesionales de la salud”. |