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Luego
de más de seis meses de negociaciones, en noviembre
finalmente se acordó la nueva escala salarial para
los trabajadores de la sanidad. Allí se estableció
un incremento del 20% de los salarios básicos de
convenio a partir del mes de diciembre, un adicional
para las licenciadas en enfermería y una
contribución patronal del 1% de la nómina para todas
las empresas de la actividad.
Previo a ello y con la finalidad de hacer viable la
negociación, la Superintendencia de Servicios de
Salud dictó la resolución 737 que fija un incremento
de los aranceles médico-asistenciales del 20% a
partir de la fecha de publicación de la misma.
También pudo acordarse con el Pami un incremento en
el valor de la cápita del 27% desde diciembre pasado
mediante la disposición 40/08.
Estos incrementos alcanzan a la población cubierta
por obras sociales nacionales y Pami, que no
comprenden el 100% de las entidades financiadoras
del sistema de salud pero que involucra a 14
millones de beneficiarios. No menos importante es
que marca una señal concreta para los financiadores
privados (empresas de medicina prepaga, ART, etc.).
El factor que genera preocupación es que las obras
sociales provinciales no han ajustado sus aranceles.
Siendo a nivel local las entidades financiadoras más
importantes de cada lugar, esto ha generado serias
dificultades a las clínicas, sanatorios y centros de
diagnóstico para hacer frente a los incrementos
salariales.
No hay que olvidar que, aunque los salarios
constituyen el 60% del costo prestacional, hay un
30% restante de insumos médicos y no médicos que
durante el 2007 se han encarecido. Se trata de
insumos biomédicos, alimentos, energía eléctrica,
servicios generales, etc. Tomando en consideración
la evolución de los salarios más el encarecimiento
de estos insumos surge que desde el 2001 a la fecha
los costos de producir atención médica se han
incrementado en un 170%, mientras que los aranceles
del sector sólo lo hicieron en promedio en un 113%.
En otras palabras, el sector prestador tiene un
retraso de precios del 27% a diciembre de 2007.
Las consecuencias del sostenido desfase entre los
precios que percibe el sector por las prestaciones
médico-asistenciales que brinda y los aranceles que
cobra afectó y continuará afectando la calidad de
los servicios médicos; puso y pone en riesgo de
cierre a muchas instituciones, situación que se
evidenció con la falta de camas y de recursos
humanos calificados tanto en el sector público como
privado durante el 2007.
Por ello es fundamental que los mayores recursos que
ingresan en las entidades financiadoras se traduzcan
en una mejora en los aranceles médico-asistenciales.
Las
clínicas, sanatorios y centros de diagnóstico no
reciben ningún tipo de incentivo fiscal ni subsidio
del gobierno, siendo que brindan una actividad
complementaria del Estado en la gestión de la salud
pública. Incluso el Estado genera deuda contra las
instituciones. Cualquier inversión edilicia o de
equipamiento le cuesta a las empresas prestadoras un
21% más debido a que no pueden utilizar los créditos
fiscales de IVA, por estar las prestaciones médicas
que se destinan a la seguridad social exentas de
IVA.
Es decir, las instituciones privadas de salud,
cuando invierten y cuando producen atención médica
generan créditos fiscales a su favor que están
legalmente reconocidos pero que el Estado en la
práctica no los reintegra, ni permite compensarlos
contra otros impuestos. Dado que los prestadores
médicos privados son una de las fuentes generadoras
de empleo registrado más importantes del sector
servicios correspondería, al menos, que el Estado
permitiera compensar estos créditos fiscales de IVA
contra el pago de las contribuciones patronales.
NUESTROS OBJETIVOS PARA
ESTE AÑO
-
Continuar trabajando con las entidades financiadoras
(obras sociales, empresas de medicina prepaga y Pami)
para actualizar los aranceles prestacionales y que
desaparezca el retraso de precios existente.
-
Integrar a los financiadores provinciales, porque es
allí donde vemos serias dificultades en el
reconocimiento de los mayores costos prestacionales.
-
Focalizarnos en nuestros recursos humanos, revalorizar a
quienes realizan diariamente su tarea con un valioso
nivel de compromiso, buscar atraer a un mayor número de
personas y jerarquizar la calidad prestacional en todos
sus ángulos.
-
Trabajar para que nuestras autoridades comprendan las
distorsiones impositivas que pesan sobre el sector y la
necesidad de las empresas de contar con créditos que les
permitan actualizar sus instalaciones y su tecnología.
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