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Cuando en diciembre pasado
sonaron los teléfonos en las gerencias de RR.HH ya todos
sabían que los llamados provenían de las gerencias
comerciales de las principales prepagas anunciando los
próximos aumentos.
Este pedido era esperable, ya que el gobierno había
convalidado recientemente una suba del 24% para los planes
individuales, y en muchos casos, los aumentos a planes
corporativos de enero / marzo de 2007 (16% al 20%) no habían
dejado satisfechas a las prepagas.
Lo que no fue esperable fueron los porcentajes de aumentos
que recibieron distintas empresas de parte de sus prepagos.
El piso se fijó en 23% y hubo casos en que los pedidos de
ajuste superaron el 70%.
El porqué de la amplitud del rango puede explicarse en
varios factores, pero principalmente en la imperiosa
necesidad de los prepagos en equilibrar sus cuentas – de una
vez por todas – previendo un escenario muy difícil en el
2008 respecto a aumentos de sus costos y libertad de
fijación de precios en planes individuales.
Es así que los grandes clientes con cuentas deficitarias
para los prepagos, hasta ahora “subsidiadas” por decisiones
comerciales (estrategia de captación, pelea por el market
share, temas de imagen, etc...) debieron recurrir a toda su
energía negociadora para ser tratadas como “primera línea” y
cerrar los aumentos cerca del piso del 23%. Aquellos
clientes que se pusieron más duros, están todavía hoy en
proceso de licitación de sus coberturas, aunque son los
menos.
El desgaste de la negociación estival y la falta de
información técnica respecto a la inflación pasada y futura
se reflejan en la reacción de algunos ejecutivos de cuentas
de los prepagos que después de insistir en pedidos del 30 al
40%, terminan acordando un 23%.
LA INFLACION LLEGO
PARA QUEDARSE
Repasemos rápidamente la ecuación económica de una empresa
de medicina prepaga. El costo médico representa entre el 75%
y el 80 % de los ingresos por ventas, los gastos
administrativos y comerciales un 15% al 20%, y el margen
neto entre un 1% al 3% después de impuestos.
Es así que el efecto principal en el desvío de costos se
produce en los gastos médicos, que a su vez se componen de
dos factores:
-
El precio (honorarios
médicos, insumos, internación, prácticas varias,
medicamentos, etc.).
-
La utilización (tasas de
uso).
Ahora bien, en una economía
inflacionaria, es muy difícil actuar sobre el componente
precio por fuera de los ajustes de la economía en general,
agravados en el sector de la salud por otros factores que
arrastran continuos desajustes, a saber:
-
Retraso histórico en los
honorarios médicos.
-
Problemas crónicos de
cobranza.
-
Carga impositiva no
equitativa.
-
Costo de la tecnología e
insumos importados, falta de financiación adecuada.
-
Crecimiento del mercado
sin inversión en infraestructura suficiente (camas).
-
Ineficiencia operativa y
administrativa de los prestadores.
-
Falta de controles,
corrupción y sobreprecios.
-
Concentración de la
oferta prestacional en el interior del país.
-
Regulaciones y riesgos
contingentes (PMO/Praxis médica).
Con estos datos podemos
inferir que –a diferencia de otros años en donde los precios
se han ajustado en función de ciertas variables puntuales-
estamos ahora en pleno proceso inflacionario en donde el
sistema ingresó en una espiral sin posibilidad de frenar
abruptamente. ¿Por qué podemos afirmar esto?
-
Los expertos en
cotizaciones y costos de los prepagos están totalmente
desorientados respecto de cuál es el índice de ajuste
correcto.
-
Las prepagas están
preparando su estrategia de próximo aumento y generando
colchones de precio donde se lo permiten los clientes.
-
Hay señales de
desabastecimiento (faltan camas).
-
Nadie quiere fijar
precios por períodos largos en los contratos
prestacionales.
-
Se perciben los primeros
alargamientos en los plazos de pagos a prestadores,
síntoma de negocios financieros.
Hasta dónde llega este
proceso de recalentamiento es incierto, pero en la medida
que los desajustes en el mercado de salud llevan varios años
acumulándose, excepto que se enfríe violentamente la
economía, las variables van a tardar bastante en volverse a
equilibrar.
En resumen, la diferencia entre “ajustes de precios” e
“inflación” es la dinámica del proceso de aumentos de
precios generada por la conjunción de factores endógenos y
exógenos hasta ahora puntuales, pero cada vez más
repetitivos.
LOS RESPONSABLES DE
ESTABILIZAR LOS PRECIOS O TERMINAR EN UNA “HIPER”
El sector de la salud tiene sus propias reglas económicas,
en la medida que la demanda es infinita, siendo los recursos
muy limitados. Peor aun, en el subsector de la medicina
prepaga, el usuario de los servicios (el paciente) y su
proveedor (el prestador médico) acuerdan libremente la
prestación, siendo un tercero, el financiador (la Prepaga)
quien abona por dicho servicio, con poco o nulo control
sobre el costo incurrido o el servicio prestado.
En un proceso inflacionario, este modelo tiene serios
riesgos de terminar en una hiperinflación. Existe cierto
margen de maniobra para manejar estas variables, pero
requiere de la voluntad de todas las partes involucradas y
hacerlo en forma coordinada, actuando sobre los componentes
del costo:
Acciones sobre el precio.
Prepagos y prestadores.
En una economía inflacionaria, y con los antecedentes del
mercado de la salud, es muy difícil que podamos actuar sobre
los precios de bienes y servicios médicos con efectividad.
Podrán los financiadores y prestadores negociar en forma mas
técnica y prolija, pero siempre corriendo detrás de los
aumentos de costos del sistema. Sin embargo, hay tareas
pendientes que pueden ayudar a delimitar los aumentos y
evitar las fricciones inflacionarias típicas en estos
procesos:
-
Mejorar la puntualidad y
plazos de pago a prestadores a fin de evitar los
sobreprecios por compensación.
-
Sistematizar los procesos
de liquidaciones de prestaciones.
-
Instrumentar los
contratos prestacionales eliminado áreas grises.
-
Mejorar las auditorías de
terreno y el proceso de autorizaciones.
-
Definir a través de
comités científicos los protocolos de práctica médica,
basados en evidencia y costo eficientes.
-
Actuar conjuntamente
sobre las regulaciones y los costos impositivos in
equitativos.
Acciones sobre las tasas
de utilización.
Prepagos y clientes corporativos.
Las tasas de utilización de los servicios médicos están
relacionadas con:
Respecto a la primera, no
vamos a ahondar, pero ya hay varias empresas de Medicina
Prepaga y Obras Sociales que están implementando los modelos
de Profiling que le permitirán evaluar el costo eficiencia y
calidad médica de sus prestadores. Son los directores
médicos de estas empresas de medicina prepaga los
responsables de controlarlos y reducir las tasas de
utilización.
En relación a las características sanitarias de la
población, tomando en cuenta que las cuentas corporativas
tienen una composición etárea relativamente estándar, las
acciones que permitan reducir la tasa de utilización tienen
que ver con los modelos de prevención, detección de factores
de riesgo y educación de los usuarios. Aquí los responsables
directos son los directores de RR.HH, ya que una parte muy
importante de la política de RR.HH de una empresa tiene que
ver con la vida saludable de sus empleados, lo que redunda
en mayor productividad, y menores costos médicos.
Si bien en casi todos los planes de medicina prepaga
corporativa figuran programas de prevención, y muchas
empresas a través de sus departamentos de medicina laboral
implementan estos programas, nadie hasta ahora mide el
resultado, ni desde el punto de vista de la mejor
productividad que estas acciones generan para la empresa ni
tampoco respecto a la reducción de costos médicos para el
prestador y financiador. Estos datos deberían estar siempre
sobre la mesa de negociación entre prepagos y clientes
corporativos.
CONCLUSION
Nos queda claro que no existe una única solución mágica para
el fenómeno inflacionario, pero que sí podemos evitar el
quiebre del sistema y un proceso hiperinflacionario en el
mercado de salud. Asimismo, sería saludable contar con
algunos mecanismos para facilitar los acuerdos de precios y
evitar el pánico, las coberturas de precios en exceso
(colchones) y la rotura de una relación de confianza entre
clientes y proveedores. Para lograr esto sugerimos
transparentar la información de costos a través de:
-
Creación de un índice de
inflación médica.
-
Estandarizar los
contratos entre financiadores y prestadores.
-
Armar un panel de control
sectorizado y regionalizado para analizar desvíos de
costos.
-
Unificar criterios de
ajustes entre clientes corporativos y los prepagos.
-
Crear una central de
información donde los clientes puedan comparar planes,
coberturas y precios de los distintos prepagos
abiertamente.
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