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La crisis que el país
atravesara durante el 2001 y el 2002 ha causado heridas
profundas en el sector salud. Si bien se ha recuperado la
capacidad de financiamiento gracias al aumento del empleo y
los salarios formales, todavía son más los temas pendientes
que los que regresaron a la normalidad. Uno, de vital
importancia, es el estado de la capacidad instalada del
sector prestador. Con la recuperación de los ingresos y la
caída del desempleo en el sector sindical, la población ha
incrementado su demanda de atención médica, pero la oferta
prestacional no ha progresado en consonancia con esta mayor
demanda. Esto genera el problema de la falta de camas
hospitalarias privadas, fenómeno que se siente con
particular intensidad en la zona metropolitana.
Desafortunadamente no hay datos oficiales, actualizados y
confiables sobre la capacidad instalada del sector
prestador. Sin embargo, hay formas de aproximar algunas
evidencias en torno a este problema y su gravedad. En la
página de la Dirección de Estadísticas e Información en
Salud del Ministerio de Salud de la Nación (www.deis.gov.ar)
se puede acceder de forma libre y gratuita a una base de
datos de prestadores médicos asistenciales.
Esa
base no está actualizada, con lo cual, su información
corresponde al período 1995-2000. Con un listado (no
exhaustivo) de prestadores institucionales con capacidad de
internación que quebraron en el período 2000-2006, producido
por la Asociación de Clínicas y Sanatorios (ADECRA), se
puede aproximar entonces el porcentaje de camas
hospitalarias privadas que habrían desaparecido con la
crisis.
Según la base de datos del Ministerio de Salud, en el año
2000 se contaban con más de 60 instituciones privadas, cuyo
tamaño era superior a las 60 camas hospitalarias de atención
general de agudos en el área de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y el Conurbano. Estas instituciones proveían al sector
salud de 8.800 camas. Extrayendo las instituciones más
importantes que quebraron entre el 2000 y el 2006, surge que
la región metropolitana habría perdido con la crisis el
23% de esas camas, o sea, aproximadamente 2.000 camas.
LA DESTRUCCION NO
HABRIA SIDO COMPENSADA POR CREACION DE NUEVAS CAMAS
En el proceso transformador, la destrucción (de camas,
puestos de trabajo, firmas, etc.) tiende a ser reemplazada
por creación de nuevas formas. Así, aun cuando haya habido
una destrucción del 23% de las camas de la región
metropolitana es natural inferir que el número total se
puede haber incrementado producto de la creación de nuevos
establecimientos y la ampliación de los existentes. Pero
también es posible que el tipo de camas que se está creando
no sea similar al destruido.
Una
particularidad del sector de la atención médica fue que los
precios no crecieron a igual ritmo. Con la devaluación,
resurgió la inflación. Con ella, los precios de los insumos
médicos se aceleraron, mientras que los de las instituciones
de internación tuvieron una recuperación muy cansina, hasta
el año 2006. En el Gráfico adjunto se observa que los
precios de equipamiento médico de producción nacional, (que
pueden adoptarse como una variable aproximativa de los
costos específicos de la atención médica), se incrementaron,
sólo en el 2002, en un 82% y mantuvo la tendencia alcista
hasta llegar a un incremento del 136% en el 2008. Los
precios de las instituciones de internación recién muestran
agresividad a partir del 2006 para alcanzar el nivel del
costo de equipamiento en el 2008.
Este retraso de precios hospitalarios hizo que los nuevos
flujos de capital privado apuntaran a los segmentos más
altos de la pirámide socioeconómica y a las obras sociales
sindicales para la creación de camas destinadas a su
población beneficiaria, motorizadas en buena medida por la
falta de camas en el sector privado. Así, el sector más
perjudicado es el de las instituciones que atienden a la
población de ingresos medios, que son precisamente las
Obras Sociales de Personal de Dirección.
Tienen que enfrentar una situación de restricción mayor que
las obras sociales sindicales por desactualización del tope
sobre los aportes y las contribuciones, tienen que enfrentar
aumentos de honorarios y tarifas de los prestadores para
recuperarse del retraso provocado por la crisis, y además
tienen que dar atención médica a una clientela exigente con
escasez de infraestructura privada sin visos de que la
situación se pueda solucionar en corto plazo.
Federación Argentina de Obras Sociales de Personal de
Dirección.
www.faosdir.org.ar y
presidencia@faosdir.org.ar . |