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La gestión como herramienta


Financiamiento y organización: el impacto de la tecnología
 

En el marco de sus XVIII Jornadas Nacionales de Economía de la Salud, la Asociación de Economía de la Salud (AES) logró reflejar la perspectiva de los prestadores ante el cambio tecnológico y sus efectos sobre la gestión y el financiamiento. Lo hizo en una mesa redonda que reunió a cuatro personalidades de los distintos subsectores.
 

Gustavo Mammoni, Presidente de Confeclisa, Carlos Díaz, Gerente General del Centro Gallego, Josefa Rodríguez, Directora General del Hospital Garrahan, y Pablo Yedlin, Ministro de Salud de la Provincia de Tucumán abordaron problemáticas tan complejas como el impacto de las políticas sanitarias, el estímulo a la innovación, los derechos de propiedad intelectual y las herramientas de medición, en el marco de las XVIII Jornadas Nacionales de Economía de la Salud.
La mesa redonda conformada por Mammoni, Díaz, Rodríguez, y Yedlin tuvo como eje temático “La perspectiva de los prestadores frente a los efectos de los cambios tecnológicos sobre la organización y el financiamiento de los distintos subsectores.” Durante sus conferencias, los expositores ilustraron las dificultades del sector, así como también las posibles alternativas y herramientas de resolución.

LA EXPERIENCIA TUCUMANA
El primero en tomar la palabra fue Pablo Yedlin, Ministro de Salud de Tucumán, quien ofreció al auditorio la experiencia de dos proyectos que su provincia ha desarrollado en respuesta al impacto de la tecnología en el financiamiento y la organización. La implementación de un módulo odontológico pediátrico de alta eficiencia es el primero de estos proyectos, mientras que el Plan Nacer constituye la segunda experiencia a la que se refirió Yedlin.
En referencia al sistema odontopediátrico de avanzada que se ha implementado en Tucumán, Yedlin destacó que la salud bucal es una de las grandes tareas pendientes del sistema de salud nacional: “Es un tema que se suele entender como muy difícil de abordar; el alto índice de caries se lee como un gasto para los sistemas de salud”. Fue en la búsqueda de un sistema eficiente y de costos controlados que se arribó al nuevo sistema odontopediátrico de alta eficiencia. A diferencia de los sistemas tradicionales, que trabajan pieza por pieza, este innovador sistema trabaja cuadrante por cuadrante, lo que posibilita que, en sólo cuatro sesiones, el paciente pueda tener el alta.
Este módulo está instalado en el Hospital de Niños de Tucumán, y se ocupa también de ejercer la prevención y la promoción de la salud bucal: “Prestamos mucha atención a la educación y a la prevención”, indicó Yedlin. La organización también está asegurada: cada niño concurre al módulo con turno, a diferencia de lo que, planteó Yedlin, ocurría anteriormente. El odontólogo trabaja junto a uno o dos asistentes dentales, lo que sí ha implicado -admite Yedlín- un aumento en el recurso humano: “Antes teníamos ocho profesionales y tuvimos que llevarlo a 25”. Esto, por supuesto, ha hecho incrementar el gasto en recursos humanos: mientras que el sistema de atención tradicional gasta cerca de 18 mil pesos, este sistema de alta eficacia alcanza 64 mil pesos. Sin embargo, subrayó Yedlin, “cuando se habla de las prestaciones, y sólo considerando el recurso humano utilizado en las prestaciones, los valores bajaron de 12 a 9 por cada prestación. Hemos aumentado la productividad por odontólogo”. Esta tendencia de baja, afirmó, seguirá vigente puesto que el módulo se encuentra trabajando, hoy en día, sólo al 70% de su capacidad.
Los beneficios del módulo llegan también a los costos de equipamiento y materiales. El equipo que se utiliza es mucho más económico que los tradicionales: por ejemplo, el sillón no cuenta con lámpara específica y el profesional trabaja directamente con luz de techo. Por otra parte, la posición en que el sillón coloca al paciente también contribuye al ahorro en materiales: mientras que en los sillones tradicionales el paciente está semisentado, aquí queda casi acostado. Esto posibilita que se genere un ahorro en material puesto que esa posición es la más indicada para lograr la máxima efectividad del material. Además, el odontólogo trabaja en cuatro sillones a la vez, lo que resulta en un mejor aprovechamiento de los materiales. “Es por eso -sintetizó Yedlin- que se da un ahorro en equipamiento, en instrumental y en material”.
Con este plan se ha triplicado la cantidad de prestaciones que brinda el Hospital, por lo que éste tiene programados, señaló Yedlin, dos módulos similares para la atención de adultos. “La idea es llevar este sistema de alta productividad a todo lo que es atención primaria en la provincia. Creemos que con este sistema podremos brindar una solución a estas problemáticas que, de otra forma, se hacen difíciles de abordar en este contexto”, sintetizó Yedlin.
Por su parte, explicó Yedlin, el Plan Nacer es un programa por el cual el gobierno nacional ha tomado un crédito que ha generado transferencias capitadas a las provincias. Estas transferencias se destinan a madres embarazadas, bebés de hasta 45 días y niños de hasta 5 años que no dispongan de cobertura. Por cada una de las prestaciones que reciben los afiliados al Plan, la Nación otorga a la provincia 15 pesos, que son transferidos, por la Unidad de Gestión Comercial, a los efectores según sus prestaciones y en concepto de incentivo.
La importancia de esta pequeña suma adicional que se transfiere a los efectores pasa, justamente, por el desarrollo de un mejor sistema de información. Un 60% de esa suma, aclaró Yedlin, llega en efectivo; el 40% restante depende del cumplimiento de resultados. “Es por eso que la Unidad de Gestión Provincial de Tucumán armó un sistema informático que registra a todas las personas sin cobertura”, indicó Yedlin. Ese sistema ha permitido no sólo la consulta de los afiliados, sino también el armado de fichas de consumo para cada paciente y la realización de consultas a nivel global. A modo de conclusión, Yedlin se refirió a la importancia de aunar tecnología y organización: “La tecnología y los equipamientos junto a los procesos de gestión son los pilares que permiten cumplir con nuestros objetivos: mejorar la salud de nuestra gente y lograr una tarea digna para el equipo de trabajo”.

UN TRILEMA BIOETICO
Gustavo Mammoni, Presidente de Confeclisa (Confederación Argentina de Clínicas, Sanatorios y Hospitales), comenzó su disertación refiriéndose a una temática que está pendiente en la agenda de discusiones: el del cuidado ubicuo de la salud. Según Mammoni, “este tipo de cuidado, entendido como la necesidad de estar en todos lados al mismo tiempo, ha generado avances en el campo de la genética orientada a la prevención; ése es un tema que deberíamos comenzar a conversar en la Argentina”. Esta temática se relaciona con la bioética, una problemática que Mammoni iría a tratar especialmente durante su conferencia y que definió como “un instrumento para discernir entre lo bueno y lo malo”.
Mammoni señaló que existe, en nuestro sistema de salud, un trilema bioético que incluye tres polos: la espertocracia, entendida como la beneficencia dentro de lo bioético, la autonomía de las personas y la equidad en la cobertura. “Este trilema –especificó- no está resuelto en nuestro país porque nos falta el marco legal para el derecho a la atención médica, que es un derecho constitucional sólo desde la reforma del 94”: Como consecuencia de este trilema no resuelto, describió Mammoni, la espertocracia avanza sobre los financiadores con medicina defensiva y sobreprestación, a la vez que los financiadores avanzan sobre la espertocracia a través de los convenios de riesgo, que explotaron durante los 90. Por otra parte, prosiguió Mammoni, el financiador limita al afiliado con reducciones de prestaciones y éste lo enfrenta con juicios por mala praxis y con recursos de amparo. “Esta es la realidad de este trilema bioético en que estamos insertos”, resumió.
En referencia a las tecnologías sanitarias, Mammoni señaló que no incluyen sólo la aparatología, sino también los procedimientos de atención, los productos farmacéuticos y los sistemas de organización. Estas tecnologías, apuntó, se encuentran con los principales problemas del sistema: limitada cobertura, medios insuficientes para cubrir las demandas sanitarias, y asignación inadecuada de recursos. “Nuestro sistema de salud sobrevivió a la crisis de 2001 bajando la calidad y limitando la efectividad; es por eso que tenemos que trabajar en esos temas”, puntualizó.
Ante la imposibilidad de negar que la tecnología constituye una de las principales apuestas productivas de la actualidad, Mammoni se pronunció a favor de la racionalización: “La cuestión no es gastar menos, sino gastar mejor”, expresó. Otra de las problemáticas que afronta nuestro país hoy en día es, según Mammoni, la inflación, que en el ámbito de la salud es especialmente importante. En este contexto inflacionario, destacó, “nos encontramos con un nuevo tipo de trabajador: el trabajador pobre; por eso es fundamental replantearnos cómo vamos a financiar.” En este sentido, el Presidente de Confeclisa agregó que es de suma importancia la implementación de una ley federal para asegurar el financiamiento.
Hacia el cierre de su disertación, Mammoni acercó una serie de propuestas, tanto de orden general como de orden específico. Entre las primeras, destacó la importancia de reevaluar la forma en que nos enfrentamos a la tecnología: “La tecnología tiene que ser un instrumento de atención médica y no un fin en sí mismo”, especificó. Por otra parte, Mammoni también postuló la necesidad de jerarquizar el gasto médico para poder asignar el presupuesto según las necesidades y no según la demanda. En este sentido, agregó, debe haber “criterios éticos para el manejo de los recursos”. El gerenciamiento eficiente de todos los niveles del sistema de salud, junto a la implementación de una medicina basada en la evidencia y la reestructuración del sistema sanitario, resumió Mammoni, puede hacer la diferencia.

HOSPITAL GARRAHAN: COORDINACION Y ALTA COMPLEJIDAD
Fue Josefa Rodríguez, Directora General del Hospital Garrahan, la tercera en presentar su conferencia. En este caso, optó por describir algunas de las herramientas de gestión que utiliza su hospital y que, manifestó, pueden ser vehículo para alguna solución al tema que convocó a la mesa.
El financiamiento del Garrahan está dado por tres vías: el Ministerio de Salud de la Nación, el Ministerio de Salud de la Ciudad del Buenos Aires y los fondos propios. Estos, apuntó Rodríguez, “aumentan a medida que vamos luchando por mejores convenios y contratos con las obras sociales y las prepagas”. Otra de las grandes fortalezas de este centro la constituye el sistema matricial y la coordinación de las distintas unidades de internación y ambulatorias. La coordinación está ejercida por médicos clínicos que tienen la capacidad de ejercer una visión holística que no sólo permite brindar una mejor atención a los pacientes, sino también aprovechar mejor los recursos. “Un hospital como el nuestro, de alta complejidad, sólo se mantiene con un alto nivel de actividad interdisciplinaria”, agregó Rodríguez. Es por eso que el sistema matricial que cumple el hospital se rige por una serie de intervenciones multidisciplinarias guiadas por el hilo conductor de la mirada del médico clínico.
El recurso humano, enfatizó Rodríguez, es otra de las claves para el buen funcionamiento de un centro de alta complejidad. El Garrahan cuenta con 958 enfermeras y 388 médicos: “No se puede pensar una prestación de alta complejidad sin un número elevado de enfermeras”, destacó. En este sentido, Rodríguez no dejó de apuntar con preocupación el gran déficit en materia de enfermería que se verifica actualmente en el sistema de salud.
Las camas conforman otro de los recursos esenciales del hospital, especialmente las destinadas a cuidados intensivos. “Gracias a la mejora de los demás sectores, nosotros vamos orientando el hospital hacia la más alta complejidad pediátrica”, remarcó Rodríguez, por lo que se ha verificado un aumento en el número de camas para el cuidado intensivo. Si en 2007, 110 de las 470 camas disponibles estaban dedicadas a la terapia intensiva, este año esa cifra ha ascendido a 122, y se espera que para 2009 aumente hasta llegar a 136. Las intervenciones quirúrgicas también están en aumento en el hospital, fundamentalmente aquellas ligadas a la alta complejidad. Sin embargo, se ha estacionado el número de trasplantes; “esto se debe -explicó Rodríguez- a que han descendido los trasplantes hepáticos gracias a las campañas de vacunación contra la hepatitis A”.
“El hospital existe por una decisión política: la de facilitar el acceso a la alta complejidad”, señaló Rodríguez. Uno de los aportes a la disminución de la mortalidad infantil que el Garrahan puede realizar, según su Directora, es el de la atención de las cardiopatías congénitas. Ante la decisión de fortalecer ese sector, el hospital tuvo que enfrentarse a un problema: “No contábamos con suficiente cantidad de cirujanos cardiovasculares”, comentó Rodríguez. Con el espíritu de encontrar una solución a tal situación, el hospital implementó módulos vespertinos de cirugía, que realizan intervenciones después de las cuatro de la tarde y que disponen de un pago adicional para los profesionales a cargo. “Con esta herramienta hemos sido exitosos -concluyó-: hoy estamos tratando a 1.390 pacientes, más de la mitad de los casos de cardiopatías congénitas que hay en el país”, sintetizó.

LA GESTION COMO PUNTO DE PARTIDA PARA LA EFICIENCIA
Carlos Díaz, Gerente General del Centro Gallego, comenzó su disertación haciendo referencia a la necesidad de visualizar la real dificultad del sistema sanitario: “Cuando uno aborda ese tema tiende a pensarlo desde lo simple y cree que cada acción va a tener un efecto: así estamos entrando en un gran error”, manifestó. Según él, es necesario aplicar una filosofía de la complejidad a la gestión, de manera tal que ésta nos obligue a abordar lo que denominó brechas sanitarias: “Las brechas entre lo efectivo y la efectividad, entre la efectividad y la eficiencia, entre la eficiencia y la economía, entre la economía y la pertinencia, constituyen nuestras problemáticas y sobre ellas estamos gestionando”, especificó.
La gestión en un tiempo de caos impone un abordaje de la calidad “desde un imperativo ético: no puede ser que todavía un país no tenga una agencia de tecnología o un sistema de información sanitaria”, señaló Díaz. Uno de los problemas centrales del actual sistema de salud, afirmó, es la falta de tiempo para pensar: “Nadie piensa en el futuro”, confirmó.
En referencia a la tecnología y a los costos que implica, Díaz insistió en la necesidad de seleccionar las tecnologías más eficientes, objetivo que se encuentra cruzado por una de las brechas que, a su entender, tiene más peso sobre el sistema: la brecha de calidad técnica. En este sentido, señaló la importancia de la pertinencia: “Hay que darle los recursos a las poblaciones adecuadas”.
Más tarde, no sin incorporar algunas bromas acerca de la realidad de la industria farmacéutica, Díaz reflexionó sobre el carácter inalcanzable del estado de salud. En su opinión, la industria farmacéutica ha hecho de esta situación un franco negocio: “ha convertido cosas normales (el nacimiento, la vejez, la sexualidad, la infelicidad) en patologías para las cuales prescribir una poción mágica”.
Según Díaz, uno de los principales problemas que enfrentamos es la tasa de utilidad: “Estoy gerenciando un shopping de la salud”, ironizó. En este contexto, Díaz distinguió entre tres tipos de eficiencia en las que hay que trabajar a la vez: eficiencia técnica, eficiencia de la gestión, y eficiencia asignativa. “Para eso no hay otra solución que trabajar todos los días, gestionar por procesos, tener valores institucionales e historias clínicas disponibles”, puntualizó.
La eficiencia, concluyó, es esencial para el buen funcionamiento de un sistema sanitario. Esta debe contemplar, según Díaz, la buena calidad de los conocimientos de los profesionales, un servicio sanitario con una óptima organización sistémica, que depende de la gestión. Para mejorar las organizaciones sanitarias, agregó, “no sólo es necesario que estén integradas por personas calificadas, sino también que se mejoren los circuitos de información y que se cuantifiquen los objetivos, las metas y los resultados clínicos".

 

PROPUESTAS PARA EL CAMBIO

Algunas de las herramientas para la mejora del sistema de salud, según Gustavo Mammoni, Presidente de Confeclisa, son:

  • Evaluación de la tecnología: es necesaria la formación de una agencia de evaluación tecnológica.

  • Creación de un grupo de tecnología médica que permita unir la investigación con el productor y el pensador.

  • Promoción e inversión en bienestar e infraestructura.

  • Créditos blandos que permitan la actualización tecnológica.

  • Valores arancelarios de las prestaciones de la tecnología sanitaria.

 

Los números del Garrahan

El presupuesto del Hospital de Pediatría se distribuye, según su Directora, de la siguiente manera:

  • 59%: recursos humanos que están en relación directa con el hospital.

  • 12%: recursos humanos tercerizados.

  • 18%: Insumos asistenciales. El hospital realiza un importante proceso de seguimiento sobre los insumos asistenciales que le permite no sólo controlar, sino también estimar costos para el presupuesto del año siguiente.

 

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