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Ha
sido una buena práctica de mercado
históricamente que las empresas
diseñaran el Plan de Cobertura
Médica del personal, negociaran con
una Obra Social y/o con una empresa
de medicina prepaga los costos y las
características de dicho Plan
-Cartilla Médica, Copagos, etc.,
etc.- y finalmente lo financiaran
constituyendo un “pool”con los
aportes y contribuciones de ley.
Lo más habitual en el mercado, ha
sido que las empresas -prácticamente
el 90% de los encuestados por Watson
Wyatt- realizaran alguna
contribución adicional, ya que lo
generado por los aportes y
contribuciones de ley, no resultaba
suficiente para financiar el costo
total del Plan Médico. Esto
significa que el control de los
fondos, tanto los de Ley como los
adicionales, resultan sumamente
importantes para evitar pérdidas
para las empresas.
Es interesante observar que, a
partir de la desregulación de las
Obras Sociales, muchos empleados han
optado por elegir en forma personal
el prestador médico de su
preferencia. Naturalmente esto está
asociado a dos temas: En primer
término, a la insatisfacción por el
Plan Médico proporcionado por la
empresa y en segundo término al
nivel de ingresos, ya que quienes
optan por “salir del sistema”
cuentan con un importe de dinero
disponible para financiarse la mayor
parte o la totalidad del plan médico
que contratan.
El problema es que esta
circunstancia no siempre es
comunicada al empleador, quien
muchas veces, al no efectuar
controles permanentes, mantiene al
empleado y a su grupo familiar en la
prepaga elegida, a quien continúa
abonándole el plan médico, mientras
los aportes y contribuciones en
lugar de financiar el plan, son
derivados a la Obra Social elegida
por la persona.
Asimismo, no cabe duda que en los
últimos años se ha producido también
una gran concentración de empresas
prepagas, cuyas fusiones han dado
lugar en muchos casos a no pocas
dificultades administrativas, lo que
ha dejado en mano de las empresas el
control exhaustivo de las
facturaciones.
Patricia Peralta, una especialista
en el tema de Control Financiero de
esta problemática, nos ha señalado
que “es muy habitual encontrar que
las empresas, al incorporar a nuevo
personal, no hayan verificado si
está vigente o no una “Opción de
cambio de Obra Social” dado que si
esto efectivamente es así, los
fondos por aportes y contribuciones
no llegarán a la Obra Social elegida
por la empresa, sino naturalmente a
la elegida por la persona. De hecho,
hemos encontrado casos de empresas
donde, luego de realizar el trabajo
de análisis, se detectó que los
Aportes y Contribuciones de más del
12% de los empleados no llegaban a
la Obra Social por la causa
mencionada por Patricia”.
Según la especialista consultada,
las situaciones irregulares más
habituales que afectan las finanzas
de las empresas son las siguientes:
• El titular además es
Monotributista.
• El titular es empleado de otra
empresa y por lo tanto también es
titular de otra Obra Social al
contar con pluriempleo.
• El titular es beneficiario de otra
Obra Social con el carácter de
“familiar” de un “titular”.
• El cónyuge del titular es
Monotributista.
• El cónyuge del titular trabaja,
por lo tanto es “titular” de otra
Obra Social (Sindical, de Dirección
o bien que cuenta con Jubilación o
Pensión y posee Pami).
• El hijo menor de 21 años del
titular, trabaja y tiene Obra Social
propia.
• El hijo menor de 25 años del
titular estudia, pero trabaja y
tiene Obra Social propia.
• El hijo mayor de 21 años y menor
de 25 años del titular, no estudia.
• El “familiar a cargo” del titular
es a la vez titular de otra Obra
Social (Ej: Pami).
En todos estos casos, como nos
señala Patricia Peralta, las
empresas pierden importantes montos
por estar financiando coberturas
médicas que reglamentariamente no
corresponden o bien por no detectar
fuentes naturales de financiamiento
como es la unificación de aportes de
cónyuges o el aporte del Monotributo.
El problema es que las
organizaciones difícilmente cuentan
con personal para realizar éste y
otros controles, incluso los más
simples, pero fundamentales, como es
la conciliación de la facturación de
la empresa prepaga con la nómina de
beneficiarios de la empresa.
Resulta claro que, teniendo en
cuenta la problemática descripta, la
Tercerización del Control Financiero
de los Aportes y Contribuciones ha
comenzando a ser una nueva buena
práctica en las empresas, ya que
permite el ahorro de importantes
sumas de dinero y alcanza los más
altos niveles de eficacia y
eficiencia para el área de Recursos
Humanos. |