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En nuestro país, en
1970, cuando la seguridad social adoptó la fisonomía
que tiene actualmente, había 24 millones de
habitantes de los cuales apenas el 7% (1,7 millones)
tenía más de 65 años. Se calcula que para el 2010 la
población de la Argentina llegará a los 40 millones
de los cuales el 10% (4,2 millones) serán personas
mayores de 65. Dentro de 20 años, cuando el grueso
de la fuerza laboral actual esté en edad de
jubilarse, los mayores de 65 serán el 13% de una
población que llegará a ser de 47 millones de
habitantes. Esto es, habrán 6,3 millones de mayores
de 65 (Gráfico 1).
También
crecen los años de sobrevida. En 1970, sólo el 2% de
los mayores de 65 tenía más de 75 años, actualmente
es el 4% el que está en esta situación y para el
2030 se espera que sea el 6%. Esto tiene
connotaciones importantes. A mayor edad, las
personas consumen más cantidad de prestaciones; con
el avance tecnológico, las prestaciones son cada vez
más caras; por lo tanto, el envejecimiento hace que
se consuman cada vez más prestaciones mucho más
caras.
Según datos para EE.UU. obtenidos del New England
Journal of Medicine (www.nejm.org/December 4, 2008)
se estima que para una población normal la cantidad
de consultas promedio ronda las 3,29 por
persona/año, pero en el caso de mayores de 65 el
número sube a 6,47 y para los mayores de 75 sube a
7,68. Para internaciones, se estiman 55 días por
cada 100 personas en el promedio, pero para mayores
de 65 son 140 días y para mayores de 75 son 260
días.
Sobre una encuesta informal que se llevó a cabo
entre las instituciones de FAOSDIR se llegó a la
conclusión que en la Argentina, donde la tasa de
incorporación tecnológica seguramente es menor a la
que prevalece en EE.UU., las prestaciones médicas
son cada vez más caras. Por ejemplo, los
tratamientos quirúrgicos para la enfermedad de
Parkinson multiplican el gasto del tratamiento por
20, los stent con drogas cuestan 7 veces más que los
stent comunes o el caso del tratamiento moderno para
la artritis reumatoide que puede llegar a costar
hasta 18 veces más que el convencional.
¿Cuáles
son las tendencias en salud para hacer frente a este
desafío?
En el tema de tendencias, nunca está dicha la última
palabra. Sin embargo, en una reciente publicación
del New England Journal of Medicine (September 18,
2008) se discute el tema y se señala que lo que se
está observando es un incipiente pero acelerado
proceso hacia el concepto de medical homes. Esto es,
un diseño de gestión donde el médico de atención
primaria toma la responsabilidad de coordinar un
equipo de enfermeras, trabajadores sociales y
administrativos para administrar la atención médica
a poblaciones complejas (ancianos o enfermos
crónicos). La remuneración al médico de atención
primaria engloba un paquete con pago de honorarios
por práctica, reconocimientos por gastos
administrativos y de equipamiento, y premios por
desempeño.
Los antecedentes más cercanos provienen de los
coordinadores de atención (care coordinators).
Enfermeras y trabajadoras sociales con experiencia
en el cuidado de mayores que asisten a ancianos y
proveen prestaciones de baja complejidad en el
domicilio. Las evidencias mostraron que esta
práctica disminuye las hospitalizaciones y mejora la
calidad de vida de los ancianos. Por esto, se empezó
a experimentar con grupos administrados por médicos
de atención primaria y un rol importante de estos
coordinares de atención. En esta dirección hay
programas como el Urban Medical, House Calls en
Bostón o Just for Us de la Universidad de Duke.
Todavía no hay certezas si este tipo de modalidad de
práctica va a aminorar los costos. Las evidencias
preliminares muestran, por un lado, que disminuyen
las hospitalizaciones y las llamadas a los servicios
de emergencias, pero, cuando se mira el impacto en
el gasto, al menos hasta ahora surge que el menor
gasto por estos conceptos se ve más que compensado
por los incrementos de gastos en medicamentos y
servicios especiales domiciliarios. Por ejemplo, en
el programa Just for Us, disminuyeron las
hospitalizaciones y la atención en emergencia pero
el gasto aumentó un 23%. Sin embargo, el
“disparador” que lleva a pensar que las tendencias
van a ir en esta dirección es que el Congreso de
EE.UU. ha ordenado a Medicare implementar un
programa piloto durante 3 años en ocho estados para
observar sus resultados. En la Argentina se debería
comenzar a seguir, analizar y discutir estos temas
que son primordiales y prominentes en la agenda
estructural del largo plazo.
(1) Federación
Argentina de Obras Sociales de Personal de
Dirección.
www.faosdir.org.ar
presidencia@faosdir.org.ar
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