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La III Jornada
Nacional y la II Internacional de Calidad y
Acreditación en Salud comenzaron con unas palabras
de bienvenida del Dr. Héctor Vazzano, Presidente de
CIDCAM (Comisión Inter- institucional para el
Desarrollo de la Calidad de la Atención Médica). En
el Salón del Hotel Castelar de la ciudad de Buenos
Aires había más de 150 personas congregadas.
En su discurso, Vazzano destacó la necesidad de las
instituciones evaluadoras y acreditadoras de sumar
recursos humanos capacitados para poder abastecer la
creciente demanda de su asesoramiento. “Es muy
importante poder contar con profesionales de la
salud interesados en el tema de la evaluación de
establecimientos de salud. Junto a Femecon
(Federación Médica del Conurbano) y el CENAS (Centro
Especializado en Normalización y Acreditación en
Salud) hicimos el primer curso de evaluadores este
año y el que viene haremos otro. Realmente
necesitamos que más personas se sumen a esta
iniciativa”, contó.
Inmediatamente comenzó la disertación de Analía
Amarilla, representante de la Dirección de Calidad
de los Servicios de Salud del Ministerio de Salud de
la Nación, quien inauguró el panel sobre las
Políticas Institucionales en Seguridad y Calidad en
Salud.
Amarilla
explicó que el Ministerio de Salud está posicionando
su mirada transversalmente sobre cuatro variables
que intervienen en la seguridad y la inclusión de
los pacientes al sistema sanitario: la estructura
física, los recursos humanos, los procesos y los
resultados.
En base a estas variables, la dirección que Amarilla
tiene a su cargo está avanzando sobre la seguridad
del paciente. “Estamos instaurando el tema a través
de referentes provinciales de calidad, capacitando,
proveyendo de herramientas para el diagnóstico de
situación y la gestión de los riesgos, y promoviendo
la investigación”, explicó. La Argentina ha adherido
a todos los retos mundiales de la Organización
Mundial de la Salud y es el único país en donde se
ha incluido al paciente en la Comisión Nacional de
Seguridad de los Pacientes.
El Decano de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP),
Dr. Jorge Martínez, se refirió a continuación a la
carrera de Especialista en Calidad y Auditoría
Médica que está en marcha en su institución. “El
objetivo es capacitar a los profesionales médicos en
la teoría y práctica de la definición, el
desarrollo, evaluación y auditoria de programas,
actividades y procesos orientados a la calidad
médica y seguridad del paciente”, explicó Martínez.
El cierre del panel estuvo a cargo del Académico
Prof. Dr. Abraham Sonis, Presidente Honorario de
estas Jornadas. Hoy si vemos lo que se está
investigando notaremos que la seguridad y la
equidad, ambas, forman parte de la calidad. Un
estudio de Estado Unidos llamado Cruzando el abismo
de la calidad, dice: “Mantener el mismo crecimiento
tecnológico y disminuir el despilfarro por errores”.
Sonis amplió el concepto: “Poseer excelentes equipos
y tecnología de avanzada no es sinónimo de calidad,
al contrario en muchos casos esto complica a las
instituciones en el aspecto económico. La calidad se
obtiene dando lo mejor que podemos dar en las
circunstancias y con los recursos que disponemos”.
Por otro lado, Sonis explicó que la calidad debe ser
abordada desde los tres niveles de la salud: el
nivel micro (la atención individual del paciente),
el nivel meso (institucional, de estructura) y el
nivel macro (las políticas de salud que exceden a
los profesionales de la salud). En cada uno hay
distintas responsabilidades, pero todas se conjugan
para alcanzar la garantía de la calidad.
Además, Sonis se refirió a la ausencia del paciente
en la determinación de la calidad de atención. “Se
han desarrollado actividades al respecto, pero no es
fácil porque ellos no coinciden sobre qué es calidad
de atención: para el paciente ambulatorio es el
conocimiento técnico; para el internado, el aspecto
humano. Pero de acuerdo a las diversas
responsabilidades, puede incluirse al paciente en la
definición de ese concepto”, indicó.
El
Dr. Ignacio Szapira fue el responsable de la
conferencia sobre el Observatorio Internacional de
Calidad de la Atención y Seguridad del Paciente, un
programa que se está llevando adelante junto a la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), desde
2006. “Este Observatorio surgió por la necesidad de
conocer las iniciativas sobre calidad y seguridad
del paciente en América. Queríamos detectar
oportunidades, fortalezas, debilidades y crear un
glosario sobre calidad”, explicó Szapira.
Para poder realizar la relevación de información, se
investigó cuáles eran las instituciones e
iniciativas sobre calidad y seguridad de los países
de la región de las Américas y se realizaron
encuestas en clínicas, sanatorios y hospitales de
esos países. Para ello se detectaron los informantes
claves, expertos en el tema en estos países, con los
cuales se realizaron los correspondientes contactos
para confeccionar la base de datos con las
informaciones.
El estudio reveló ciertos aspectos comunes en los
países analizados. En todos hay un marcado interés
gubernamental en la Calidad y Seguridad del
paciente, la evaluación externa habilitante suele
ser obligatoria para los establecimientos privados,
pero no para los públicos, mientras que la
evaluación sobre calidad es voluntaria; y hay un
marcado interés en capacitar a los recursos humanos
en el tema. “Esto probablemente se deba a que la OPS
cumple un rol protagónico en la región y las
políticas se alinean en base a sus propuestas”,
explicó Szapira.
El estado actual de los procesos de
Autoevaluacion y Acreditacion
Vazzano coordinó la mesa que inauguró el Dr. Pablo
Binaghi (CIDCAM), quien contó que “evidentemente
algo dificulta el paso del decir a la acción: en la
primera etapa de la Autoevaluación Participativa
Estructurada Calidad (APEC), se inscribieron 2.002
establecimientos. De esos, sólo 20 llegaron a la
certificación nº V”.
A pesar de ello, la cantidad de establecimientos que
poco a poco llegan al certificado V ha crecido un
11% entre 2006 y 2008. “Esto nos indica que aunque
queda mucho por hacer, es evidente que la tendencia
está cambiando”, concluyó Binaghi.
La situación en cuanto a la acreditación de los
laboratorios químicos, que cuentan con el programa
PAL de acreditación desde 1994, es diferente. El Dr.
Carlos Peruzzetto (Fundación Bioquímica Argentina)
indicó que actualmente, más de mil de los 1.599
laboratorios que hay en el país están acreditados.
A su turno al Dr. Ignacio Szapira (CENAS) explicó
qué es lo que acredita exactamente el Centro que
representa. “En el caso del CENAS, al igual que la
FBA, nuestra acreditación garantiza que el
establecimiento hace su mayor esfuerzo para alcanzar
la mejor calidad de atención médica”, dijo.
Hasta el momento, el CENAS acreditó a 28
establecimientos de diversos puntos del país: 16 de
la provincia de Buenos Aires, 4 en Tucumán, 1 en
Entre Ríos y 7 en Misiones. En este momento en la
etapa de autoevaluación, capacitación y preparación
para la acreditación están trabajando 9
establecimientos en la provincia de Tucumán, 3 en
Entre Ríos, 8 en Misiones, 7 en San Juan, 1 en
Santiago del Estero y otro en La Pampa.
El rol de los organismos financiadores
Gustavo Mammoni, presidente de Confeclisa, introdujo
la mesa: “La calidad de la atención médica es una
adecuación ética permanente a las necesidades del
paciente. Esas necesidades deben ser siempre nuestro
objetivo. Esto significa que si empezamos a plantear
el sistema a partir del dinero con el que contamos,
empezamos mal. El tema empieza en la necesidad del
paciente, de allí sale el modelo asistencial, el
contractual y por ultimo, el financiero. Esto es muy
importante para la calidad y la seguridad del
paciente”.
A continuación el Dr. Mauricio Klajman, Director
Médico Nacional de la Obra Social de Televisión,
contó que al llegar a la obra social junto a su
equipo decidió destacarse de la competencia a partir
de la calidad de las prestaciones que le acercaban a
sus afiliados. “Para ello, primero tuvimos que
cambiar nosotros”, explicó. Hoy en día la Obra
Social de Televisión promueve la acreditación de las
obras sociales por medio de un sistema de premiación
a la calidad.
Luego fue el turno de Antonio Lascaleia,
vicepresidente de IOMA, quien aseguró que el
Instituto está analizando verificar su estructura,
sus procesos y sus resultados para poder
garantizarle a sus afiliados una mejor atención.
Para ello tienen previsto sumarse a el proceso de
acreditación con el CENAS (PAIFIS).
La experiencia de los establecimientos
acreditados y en proceso de acreditación
Representantes de clínicas y sanatorios de diversos
puntos del país acreditados o que están en proceso
de acreditación fueron los últimos oradores de las
Jornadas. Cada uno contó cómo había vivido o está
viviendo su institución la implementación del
programa de autoevaluación y acreditación de los
servicios que brindan.
La Lic. Silvia Pérez, de la Clínica 9 de julio (San
Miguel de Tucumán), dijo que inicialmente no le
creyó al Dr. Szapira cuando les dijo que los
problemas que encontraran se convertirían en
“perlas”, en la base del cambio. “Pero así fue. Hoy
todo lo hacemos mucho mejor. Y sobre todo mejoramos
la comunicación institucional y la relación con
nuestros pacientes y sus familiares”, contó.
El Dr. Juan Carlos Staltari, de la Clínica Colón
(Mar del Plata) coincidió con Pérez: “la base del
cambio de su establecimiento de salud fue conocer
los errores que estábamos cometiendo, no teníamos
protocolos ni guías, y no terminábamos de entender
la importancia del rol que cumplían nuestros
recursos humanos en el establecimiento”.
Por
su parte el Dr. Enrique Ortiz, de la Clínica IPENSA
(La Plata), opinó que “la autoevaluación implica un
cambio cultural profundo. La mejora de la calidad
debe ser consensuada por todos”, En ese sentido, El
Dr. Delfín Lugones Gorriti, del Sanatorio 9 de Julio
(Santiago del Estero) contó que inicialmente no
habían incluido a todo el personal: “Fue un error,
porque aparecieron rumores, reticencias, temores.
Cuando nos dimos cuenta, abrimos las puertas del
programa y todo continuó mejor”.
A su turno, el Dr. Alberto Lauría, del Sanatorio San
Carlos (Buenos Aires) aseguró que lo más importante
que les dejó la experiencia fue “descubrir el grado
de compromiso que el personal tiene con el
establecimiento”. El Dr. Jorge Bongiovanni, de la
Clínica Espora (Buenos Aires) también destacó la
actitud proactiva de los integrantes de su
establecimiento. “El día de la evaluación externa,
todos los empleados estaban esperando ansiosamente
poder demostrar lo que habían hecho”, agregó.
El Sanatorio La Entrerriana (Entre Ríos), había
comenzado el proceso de acreditación en 2006. “Pero
no nos sentíamos seguros y lo abandonamos”, contó la
Lic. Silvia D’Agostino. Dos años después y luego de
haber realizado cambios edilicios, de
procedimientos, y en cuanto a la seguridad de los
pacientes, empleados y demás personas que visitan el
establecimiento, retomaron su compromiso.
“Contratamos un coach externo que nos ayudó a
organizarnos y a cumplir con los plazos y logramos
integrar todos los esfuerzos que habíamos
realizado”, contó D’Agostino.
El cierre de las Jornadas estuvo a cargo del
presidente del CENAS, Dr. José María Paganini.
“Estamos trabajando en el camino correcto, con
evidencia científica de diversas disciplinas:
administrativas, políticas, médicas, de sistemas de
información, etc. Me voy de este encuentro
entusiasmado por todo lo expuesto en las mesas,
tenemos un diálogo común y ganas por mejorar”, dijo.
A continuación, Paganini planteó la pregunta “¿Por
qué estas iniciativas no se expanden en el sector?”,
a la que respondió inmediatamente: “Creo que hay
apatía, falta responsabilidad institucional y
estatal. Además, siempre creemos que debe existir
una sola estrategia, pero para lograr la equidad y
la salud colectiva hay tantas como problemas a
resolver. La autoevaluación y la acreditación son
las que nos ayudarán a resolver los problemas de
calidad. Estamos en el buen camino, pero limitados
porque el país no le da al sector salud lo que debe
para desarrollarse más”, concluyó. |