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Existe un imaginario
social vinculado con el buen nivel del médico
argentino: un profesional bien formado, que tiene la
capacidad de ejercer su profesión en las condiciones
ideales y en situaciones adversas, propias del
sistema público de salud de nuestro país.
Pero más allá de las sensaciones, ¿cómo se ve la
medicina argentina desde el exterior y qué puntos
son interesantes para contrastar la realidad de un
médico que ejerce la medicina en el país con la del
que lo hace en el exterior?
LA INVESTIGACION EN LA MIRA
Abundan médicos argentinos en el exterior. Por
nombrar sólo algunas estadísticas, en el año 2007,
de los 4.000 médicos incorporados al sistema
sanitario español, unos 668 fueron argentinos. El
Ministerio de Educación español concedió 2.223
convalidaciones de títulos de Medicina a
profesionales extranjeros. Por nacionalidad, los
argentinos fueron los primeros, con 668 integrantes.
Entre ellos figuran los doctores Ivonne Malla,
Martín O’Flaherty y Karina Julián, médicos del
Hospital Universitario Austral que ejercieron la
profesión en Bruselas, Liverpool y París,
respectivamente. La Dra. Malla cursó parte de su
doctorado entre el Austral y el Servicio de
Patología y Trasplante Hepático Pediátrico en la
Clínica Universitaria Saint-Luc, en Bélgica. “En el
2007, el HUA planteó la posibilidad de fomentar el
área de investigación, capacitándome en un servicio
que hiciera trasplantes y terapias nuevas, como las
terapias celulares”, explica la Dra. Malla.
El trabajo de investigación realizado en el exterior
fue un denominador común entre los tres médicos y el
punto en el que más diferencias notaron entre la
medicina argentina y la europea. El Dr. O‘Flaherty
es médico clínico y está actualmente en Liverpool,
Inglaterra. “Vine a desarrollar mi carrera como
investigador en el área de epidemiología y salud
pública. La atmósfera para investigar es ideal y los
desarrollos que hacemos son aceptados y usados para
tomar decisiones de salud pública, lo cual hace que
no seamos investigadores aislados de la realidad en
una torre de marfil”, comenta.
El Dr. O´Flaherty considera que no debe concebirse a
la investigación como un “lujo” de los países
desarrollados. “La investigación no sólo sirve para
ganar premios, ir a congresos, ganar una patente o
lograr la aprobación de un medicamento: es una
actitud que permite entender los problemas de todos
los días”, apunta. Agrega que en el país todavía
debe crecer la idea de la investigación no como
cuestión accesoria, sino como parte de la medicina
de todos los días y como base para la toma de
decisiones en materia de salud.
FORMACION PROFESIONAL DE EXCELENCIA
Uno de los aspectos positivos que destacaron los
médicos consultados es la alta calidad de la
formación de los profesionales argentinos. La Dra.
Karina Julián, actualmente en París como becaria del
International Council de Oftalmología,
especializándose en enfermedades inflamatorias, tuvo
que rendir un examen de calificación internacional
para conseguir la beca. “Yo pude pasar los exámenes
de la misma manera que lo hizo un oftalmólogo
formado en el primer mundo”, expresa, enfatizando la
formación recibida en el país.
La oftalmóloga resalta, de la educación obtenida, la
visión sistémica sobre la persona: “La alta
especialización que existe en Europa hace que el
sistema derive los pacientes a determinados
hospitales, según la afección que padecen. Esto es
muy positivo para los médicos que deciden
subespecializarse porque les permite tener una
casuística muy amplia y poder concentrarse
específicamente en su tema de estudio. Sin embargo,
el sistema argentino tiene la ventaja de poder
brindar una formación integral más amplia”.
Por su parte, el Dr. Martín O’Flaherty considera que
“el argentino es reconocido por su alto nivel
educativo, cultural y por su capacidad creativa”.
LOS MEDICOS EMBAJADORES
Según los médicos del Austral, ante la falta de
publicaciones y desarrollos científicos propios, lo
que se sabe de la medicina argentina en el exterior
está vinculado, principalmente, con el trabajo de
determinadas personalidades médicas exitosas y con
el desempeño diario de los que han emigrado. “Todos
conocen a Favaloro, y esto no quiere decir que todos
los cardiólogos argentinos sean como él. Representa
lo mejor que nosotros podemos dar, pero no
representa a todos. Entonces, nos valoran por ese
médico que conocen”, explica la Dra. Julián.
El deseo de los doctores Julián, Malla y O’Flaherty
es que más allá del trabajo individual de
determinados médicos nuestra medicina pueda, en un
futuro, ser reconocida por sus publicaciones
científicas. Esto dependerá de un cambio de enfoque
estructural.
Como explica el Dr. O’Flaherty, “la medicina
argentina tiene una larga tradición de excelencia e
innovación, pero la época dorada pasó y es necesario
recuperarla. Hay que asumir el compromiso público de
discutir nuestro sistema de salud, y los
profesionales tenemos que volver a involucrarnos en
esa discusión”.
Fuente: Hospital Universitario Austral
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