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En el marco de las Políticas del
Ministerio de Salud de la Nación, se
desarrolla en nuestro país, el
Programa Nacional de Calidad de la
Atención Médica, desde hace ya
varios años, creado durante el
Ministerio del Dr. Alberto Mazza. En
ese contexto, y luego del realista
informe del IOM ( Institute of
Medicine de EE.UU.) “Errar es
Humano: construyendo un sistema de
salud seguro” de 1999, con el paso
de los años, la Organización Mundial
de la Salud, fue alentando a las
comunidades médicas de las naciones,
a que desarrollaran distintas
acciones en áreas diferentes de los
establecimientos médicos, tendientes
a brindar mayor seguridad a los
pacientes, con la instalación de
barreras adecuadas que evitaran la
producción de errores, y
consecuentes daños, que podrían ser
evitados. En la Argentina y otros
países de América latina, ya hace un
tiempo que algunas instituciones han
instalado un Sistema, adaptado a las
realidades de cada establecimiento
sanitario, con el fin de evitar los
daños a los pacientes antes, durante
y después de los actos quirúrgicos,
mejorando la seguridad de ellos.
Asimismo, algunas aseguradoras del
riesgo de Responsabilidad Civil
Profesional – entre ellas TPC -
también han colaborado en todo este
tiempo con sus asegurados,
proponiendo distintas acciones, con
la misma base de intención que la
propuesta por la OMS, inclusive
distribuyendo modelos de Formularios
para llevar adelante las acciones
más seguras. Felizmente, en fecha
reciente, el Ministerio de Salud de
la Nación ha dictado la resolución
28/2012 poniendo a disposición de
los establecimientos sanitarios,
tanto públicos como privados, un
Manual de Uso e Instrucciones
conteniendo el Listado de
Verificación para la Cirugía Segura.
Sobre todo de aquéllos, quienes como
bien expresa la Exposición de
Motivos, “estén interesados en
mejorar la seguridad de los
pacientes durante los actos
quirúrgicos, y en reducir muertes y
complicaciones prevenibles en
relación con la cirugía, por
considerarlas cuestiones
indispensables que deben ser tenidas
en cuenta para realizar una cirugía
segura”. Cada institución podrá
ponerla en práctica efectuándole
modificaciones para lograr la
adaptación a cada contexto, y lo
podrán incorporar paulatinamente a
las intervenciones de urgencia, a
las programadas, a las pediátricas y
otras. Bienvenida esta iniciativa,
ya que no sólo será en beneficio de
los pacientes, sino también de toda
la Comunidad Médica, y colaborará
indudablemente con una mejor y más
comprensible asunción de
responsabilidades profesionales por
cada uno de los miembros del equipo
de salud, un mejor entendimiento del
desarrollo del acto quirúrgico, un
freno a las aventuras judiciales, y
concretos elementos de juicio para
los señores magistrados al momento
del juzgamiento de la
responsabilidad profesional.
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