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Grupo PAIS - Informe Especial


El debate
está abierto

Por Federico Tobar 
Doctor en Ciencia Política. Investigador del CIPPEC.
Miembro del PACTO ARGENTINO POR LA INCLUSION EN SALUD


¿Cómo se genera el cambio? Entre las muchas teorías que explican las transformaciones en sistemas sociales y políticos me conmueve más aquella que postula que el cambio surge de un conjunto de voluntades alineadas. No del azar, ni de los astros, sino de la insistencia (algo conspirativa) de un conjunto de voces que juntan sus fuerzas para hacer que su mensaje sea escuchado. No es la realidad, por agobiante que resulte, la que impulsa la transformación sino un discurso del cambio que logra imponerse. Que cambia las percepciones sobre cómo deben ser las cosas.
Cuando un pequeño grupo de sanitaristas comenzamos, a soñar con un Pacto Argentino por la Inclusión en Salud, decíamos que “no nos unía el amor sino el espanto” y fue casi un milagro que personas de diferentes extracciones políticas, edades y profesiones decidiéramos insistir en continuar reuniéndonos para soñar juntos un futuro mejor para la salud de los argentinos.
Nos costó bastante destilar la esencia de aquello que combina sólidas evidencias científicas respecto a cómo producir salud, con nuestras convicciones y creencias personales. Pero, finalmente, llegamos a una propuesta. A una declaración de consenso.
El documento que surgió, al cual llamamos “Pacto por la Inclusión Social en Salud” es una convocatoria para discutir juntos. Busca sentar las bases para iniciar una construcción colectiva en lugar de proponer directamente un programa de reforma o un plan de salud. Ninguno de nosotros conseguiría resolver solo todos los problemas y desafíos sanitarios argentinos. Pero contamos en la Argentina con la inteligencia y la capacidad para encontrar todas las respuestas necesarias. Entonces, la clave es convocar a esa capacidad.
No necesitamos coincidir en todo. ¡Lo que necesitamos es escucharnos!
Pronto hubo acuerdo en que, debíamos hacer un blog. Un espacio abierto y colectivo para soñar juntos. Para sumar voluntades. Para construir un debate propositivo y respetuoso.
En http://inclusionsalud.org/ se proponen varios debates simultáneos. Existe la posibilidad de participar en uno o varios de ellos, así como la de lanzar nuevas consignas de debate. Es un espacio virtual horizontal y abierto. No busca difundir los pensamientos de unos pocos sino sumar ideas y organizarlas para construir soluciones conjuntas.
A partir de la construcción del blog, de su presentación en la Biblioteca Nacional, de la reciente jornada convocada por la Facultad de Medicina de la UBA para discutir si es necesaria una Ley marco para el sistema de salud, sabemos que la discusión virtual y el debate cara a cara se potencian y estimulan.
Podemos ahora decir que, ya no nos une el espanto sino el sueño compartido de un sistema de salud y unas políticas de salud que hagan a los argentinos más sanos, que reduzcan las enormes y crecientes desigualdades sanitarias. Pero que, además, generen mejores condiciones para quienes trabajan en el sector, para los trabajadores y para las organizaciones.
Es un sueño ambicioso, pero no parece tan imposible si miramos a los costados. Porque muchos países de la región han venido logrando avances significativos en sus sistemas y políticas de salud durante los últimos años. Tal vez nuestra mayor inspiración ha sido el denominado Movimiento sanitario brasileño, que no sólo ha funcionado como un espacio de resistencia a la dictadura sino también ante ciertos embates neoliberales en los inicios de la democracia. Y que ha logrado que, aun con cambios en la orientación política de los sucesivos gobiernos, el timón de la política sanitaria se mantenga en la misma dirección. Algo similar ocurrió en Uruguay con la construcción del Sistema Nacional Integrado de Salud (que hasta desde el nombre nos toca en el corazón) y en menor medida pero con igual consistencia con las Garantías Explícitas en Salud de Chile y con la ley 1.438 (que reforma la antigua ley 100) de Colombia.
¿Por qué los argentinos no podemos ponernos de acuerdo sobre el modelo de salud que queremos? Necesitamos involucrarnos con nuestras circunstancias. Mientras cada uno atiende su juego las condiciones generales para producir salud se deterioran. Aunque no tenemos una crisis sanitaria, seguramente todos coincidiremos que hay aspectos críticos que requieren abordajes inmediatos. Lo que tenemos es:
Un sistema enfermo. Con una enfermedad silenciosa que ya afecta a todos los subsectores (el público, las obras sociales, y las empresas de medicina prepaga). Porque la enfermedad ha hecho metástasis. Ofertas que no consigan dar cuenta de las demandas y demandas que se divorcian de las necesidades, generan como resultado un sistema de salud cada día más caro e impotente.

Políticas anémicas. No hay planes de salud nacionales. Pero tampoco provinciales, ni municipales. Hemos perdido el tren de la innovación en políticas sanitarias y, en el mejor de los casos, tenemos un catálogo de esfuerzos poco articulados, e incluso a veces hasta superpuestos e incluso contradictorios.

Gestión apaga incendios. La fragmentación se reproduce en todos los niveles. Entonces, municipios y provincias tienen que hacer malabarismos para satisfacer requerimientos atomizados de programas nacionales y provinciales que promueven abordajes parciales.

Servicios orquesta. Que deben responder a todas las demandas, desde las de menor a las de mayor complejidad. Duplicando esfuerzos y requiriendo cada vez mayores inversiones en equipamiento, infraestructura y personal.

Ciudadanos que son más consumidores y menos pacientes. Que reclaman más libertades que derechos y rehúyen asumir obligaciones sanitarias. Que reconocen que el sistema tiene fallas pero optan por buscar soluciones individuales.

Reaccionemos antes que esas debilidades contagien a otras. Antes de que nos quedemos sin respuestas a los problemas de salud de nuestra población. Nuestro enemigo es la enfermedad, es la ausencia de derechos. No es un sector o una agrupación política.
El blog del Pacto Argentino por la Inclusión Social en Salud está abierto para quienes quieran sumar voluntades para un cambio sanitario. Es un espacio democrático, propositivo y respetuoso. No tiene sponsors ni persigue ningún rédito individual. Para que las políticas de salud sean sustentadas, para que las leyes sanitarias no continúen surgiendo como conejos de la galera de un mago, para que quienes saben y tengan soluciones puedan ser escuchados, la mejor solución es participar.

Como nos cantaba Joan Manuel Serrat:
”Todo está listo, el agua, el sol y el barro. Pero si falta usted no habrá milagro”.

 
 

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