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A fines del 2013, en
destacados ambientes académicos, referentes del ámbito
de la gestión, reflexionaron sobre las problemáticas más
salientes del sistema de salud argentino. En este
informe, los Doctores Oscar Cochlar, Alberto Mazza,
Rubén Torres y el licenciado Ricardo Bellagio, abordan
temáticas como la fragmentación, el financiamiento, la
judicialización y la inequidad planteando interrogantes
claves y generando aportes para su solución.
Las vicisitudes del
sistema de salud argentino como unidad integrada es uno
de los temas que más reflexiones suscita entre los
especialistas del sector. Desde el marco regulatorio
hasta la creciente judicialización, desde la
fragmentación y la inequidad hasta las incorporaciones
prestacionales continuas al Programa Médico Obligatorio
(PMO), muchas son las problemáticas que, según los
referentes del ámbito de la salud, necesitan de
discusión, acción y pronta respuesta.
Tan
es así que durante el año 2013 muchas han sido las
oportunidades en que los más sobresalientes referentes
de la gestión en materia de salud han discurrido sobre
las temáticas que hacen al sistema de salud nacional. El
doctor Oscar Cochlar, ex gerente de Gestión Estratégica
de la Superintendencia de Servicios de Salud (S.S.Salud),
por ejemplo, tuvo oportunidad de ahondar en la evolución
histórica del marco regulatorio para la seguridad
social. El doctor Alberto Mazza, ex ministro de Salud de
la Nación, por su parte, recabó en el impacto de la
década del 90 sobre el subsector de las obras sociales.
¿Es necesario reformar la legislación vigente?: esa fue
la pregunta que se formuló el doctor Rubén Torres, ex
superintendente de Servicios de Salud. En la misma
línea, el también ex superintendente, licenciado Ricardo
Bellagio, se preguntó si es necesario pensar en una
nueva ley de Salud.
EL MARCO
REGULATORIO, DESDE CINCO PERSPECTIVAS
En setiembre último, el doctor Oscar Cochlar expuso la
evolución del marco regulatorio para la seguridad
social, trazando un arco desde la ley 23.660 hasta la
actualidad. Cochlar destacó, en primer lugar, el origen
del subsistema, ligado a la actividad sindical: “No es
menor este rasgo: hace a que esta organización tenga su
nacimiento en la órbita del mundo del trabajo.”
La crisis de 2001, postuló Cochlar, tuvo un fuerte
impacto en materia de salud: por decreto, se dictaminó
la Emergencia Sanitaria que todavía se mantiene hasta la
actualidad, como también el aumento de los porcentajes
de aporte al Fondo Solidario de Redistribución. “La
emergencia sanitaria respondió a una circunstancia
histórica de la Argentina y ha sido sucesivamente
prorrogada, primero por decretos y luego por leyes”,
señaló el doctor.
En su análisis, Cochlar también aportó una visión del
marco regulatorio desde cinco perspectivas: desde las
obras sociales, desde los beneficiarios, las
prestaciones, el financiamiento y desde el control.
Desde las obras sociales, lo establecido por la ley
23.660 no parece haberse modificado mucho, expuso el
doctor, “aunque en la práctica se ha ido modificando
bastante por diferentes situaciones.”
Desde el punto de vista de los beneficiarios, uno de los
cambios más salientes a lo largo de los años es que, si
históricamente se hablaba de “beneficiarios”, hoy por
hoy se ha pasado a hablar de “usuarios”. Según Cochlar
“no es sólo un cambio de terminología: un usuario es una
persona que, en los hechos, puede reclamar sus derechos
mientras que el beneficiario parece sólo recibir, sin
derecho a reclamo.”
En relación a las prestaciones, Cochlar destacó que fue
en los noventa que se creó el PMO, entendido como una
canasta básica de prestaciones. En 2002, se dictó el PMO
de Emergencia. Desde esa época, expuso Cochlar, se han
ido incorporando prestaciones a través de leyes, aunque
en la reglamentación básica la norma no se ha
modificado. “La incorporación de prestaciones no sólo
requiere de la evaluación tecnológica adecuada sino
también de los recursos necesarios”, remarcó Cochlar.
Desde la perspectiva del financiamiento, se registran
disonancias de población a población. En el caso
específico del monotributo, señaló, se constata un
proceso alarmante de solidaridad invertida.
A modo de conclusión, Cochlar subrayó que “no tenemos
una agencia de evaluación de tecnología y las leyes
responden a lo que los legisladores interpretan como
demandas de la sociedad más que a necesidades
prestacionales concretas. “Hemos pasado de regular
enfermedades a reconocer derechos: este es un camino muy
legítimo pero hay que preguntarse quién va a financiar.”
Por último, el doctor agregó que “nos debemos un
reacomodamiento de la legislación; hay que repensar el
sistema para ver si estamos encaminados hacia un modelo
sustentable. Quizás no hay que cubrir más, sino cubrir
mejor.”
“La incorporación de
prestaciones no sólo requiere de la evaluación
tecnológica adecuada sino también de los recursos
necesarios”
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Esquema de
la evolución legislativa
Leyes
-
18.610 (1971). Reconocimiento
de los sindicatos en la representación de los
trabajadores y en los servicios de salud. INOS
(Instituto Nacional de Obras Sociales).
-
22.269 (1980). Mantiene
al INOS como autoridad de aplicación.
-
23.660 y 23.661 (1989).
Administración Nacional del Seguro de Salud.
Decreto 576/1993 (reglamentario).
Decretos
-
1615/96 Creación de la
SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD.
-
DECRETO 53/1998 Creación de
la ADMINISTRACIÓN DE PROGRAMAS ESPECIALES.
-
DECRETO 366/2012.
Transferencia de la APE a la SSSALUD
-
DECRETO 1198/2012. La SSSALUD
absorbe la APE.
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HACIA LA
EFICIENCIA Y LA EQUIDAD
El doctor Mazza se dedicó a indagar en el impacto que la
década del 90 tuvo en el sistema. “Cuando se piensa en
los noventa se piensa en desregulación, pero además se
trató de un período fuertemente regulatorio”, señaló.
El doctor comenzó enfatizando que en
nuestro país no se podría hablar de sistema de salud:
“Si atendemos a la definición de la palabra sistema, un
conjunto de elementos que interactúan para lograr un
objetivo, es evidente que lo que tenemos es un sector
salud, no un sistema de salud.”
Según expuso el ex ministro de Salud de la Nación,
fueron tres los problemas que aparecían como
prioritarios en el comienzo de su gestión: el escaso
desarrollo en prevención, la ausencia de algunos
subsectores y la inequidad absoluta del sistema.
“El problema de la inequidad abarca a todos los
subsectores de la salud”, advirtió. Fue por eso,
comentó, que se inició el proceso regulatorio, que
continúa hasta hoy y se ha extendido desde lo normativo
hasta el requerimiento de información, creando
auditorías médicas, contables y administrativas como
parte del proceso.
El 95% de los especialistas en gestión de salud, expuso
Mazza, identifican a la fragmentación y a la
superposición de servicios como causantes de la
ineficiencia del sector, aunque “son muy pocos los
autores que proponen soluciones.” Se han adoptado
algunas medidas que tienden a equilibrar el sistema,
señaló el doctor. Es el caso del pago obligatorio para
usuarios de obras sociales que utilicen la salud
pública: “Esto impulsa a las obras sociales a tratar que
sus pacientes no elijan por fuera de su cartilla; a la
vez tiende a mejorar los servicios del hospital y a
lograr una mayor equidad” enfatizó Mazza.
Uno de los elementos importantes que se incorporaron en
los noventa fue la desregulación del sistema de la
seguridad social. El mecanismo de la opción de cambio
estaba segmentado y tendía a que el paciente no quedara
cautivo de una obra social deficiente. Otro elemento
clave de la década fue la creación del PMO. La Argentina
fue uno de los primeros países en Latinoamérica en
plantear una canasta de prestaciones básicas; además, se
sumó un Programa Nacional de Garantía de Calidad.
“Deberíamos tener claro como país cuál es nuestra escala
de valores y, a partir de allí, establecer qué
prestaciones deben ser cubiertas por el PMO y cuáles
no”, agregó.
De cara al futuro, Mazza remarcó la importancia de
enfocarse en el modelo prestacional. “La salud está en
crisis a nivel mundial y esto nos obliga a pensar en la
eficiencia como elemento fundamental.” Dar prioridad al
proceso de atención primaria, por ejemplo, “puede
ayudarnos a sortear el problema de la fragmentación”,
concluyó el doctor.
“Deberíamos tener
claro como país cuál es nuestra escala de valores
y, a partir de allí, establecer qué prestaciones deben
ser cubiertas por el PMO y cuáles no”
¿NUEVAS
LEYES O MÁS CUMPLIMIENTO?
El doctor Rubén Torres centró su reflexión en torno a
una pregunta: ¿es necesario reformar la legislación
vigente? Analizó entonces la regulación en el marco de
la rectoría en términos generales, que estimó clave:
“Muchas veces el fracaso en reducir la fragmentación
surge de no haber observado detenidamente la
estructuración global de los sistemas”, aclaró. En este
mismo sentido, el doctor agregó que las reformas de
salud latinoamericanas ignoran elementos claves, como el
modelo de atención y de gestión para lograr la
integración y la solidaridad. “El problema del sistema
de salud argentino es que es altamente inequitativo en
términos de calidad: se debería promover la equidad”,
subrayó.
A lo largo de sus reflexiones, Torres dejó en claro que
tanto las fallas del mercado como las del Estado pueden
conducir a desequilibrios. “Un ejemplo claro de esto es
el PMO”, especificó. “Como está planteado hoy, el PMO es
fuertemente regresivo porque protege a las personas más
cubiertas y no especifica nada en relación a los 14
millones de personas que sólo se pueden atender en el
sector público.” Además, Torres destacó: este es un tema
a observar ya que en América latina hay muy pocos PMO
basados en evidencia. En el caso de nuestro país, el PMO
de emergencia pretendía zanjar este problema y eliminó
de la nómina 500 prestaciones que carecían de evidencia
médica.
En relación a la descentralización, muchas veces
esbozada como solución posible para los problemas del
sistema, Torres aclaró que “si no existen mecanismos
compensatorios para la inequidad es muy difícil
descentralizar: pesa allí un componente de gestión pero
también uno de financiamiento.” Otro tema sobre el que
el doctor arrojó luz fue el de las partidas
presupuestarias: “Mientras que las partidas de educación
han crecido, no se ha seguido el mismo comportamiento en
el presupuesto nacional para salud”, advirtió.
En sus conclusiones, Torres formuló algunas preguntas
para pensar el futuro del sistema de salud. ¿Los
procedimientos del Sistema SUR están adecuados a las
posibilidades técnicas? Según el doctor, seguramente no
sea así, por lo que “tenemos que buscar la forma de que
esto ocurra.” Además, Torres concluyó que, en su
opinión, es necesario analizar otros mecanismos de
distribución. Por último, y en relación a la
judicialización, destacó que es regresiva: “Los que
menos reclaman son los más pobres; si queremos ver esto
como una reivindicación de derechos, la realidad dice
que no es así.”

“Si no existen mecanismos compensatorios para la
inequidad es muy
difícil descentralizar: pesa allí un componente de
gestión pero también uno de financiamiento”
CONDICIONES
PARA UNA NUEVA LEY
El ex superintendente de Servicios de Salud, Ricardo
Bellagio, se formuló una pregunta similar: ¿es necesario
pensar una nueva ley de salud? Se interrogó también
sobre cómo lograr un sistema de salud equitativo. Por
eso, señaló la importancia de darse cuenta de la gran
inequidad del sector, que, como había también subrayado
Mazza, hasta imposibilita hablar de “sistema”: “No vemos
la salud en la Argentina como un conjunto integral”.
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Restricciones al acceso al derecho a la salud
-
Segmentación: acceso
determinado por la situación laboral y
territorial..
-
Fragmentación: acceso
limitado por la existencia de multiplicidad de
agentes que no se coordinan entre sí.
-
Asignación de recursos:
concentración de los recursos humanos, físicos y
tecnológicos en los centros urbanos más ricos.
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“Todos los actores
deben estar comprendidos en
una posible nueva ley”
En
relación a la relevancia que tiene la salud como
prioridad nacional, Bellagio destacó que la S.S.Salud
recibe 200 mil consultas y reclamos anuales, lo que
indicaría que los usuarios se preocupan por la salud.
Sin embargo, en los sondeos de opinión realizados para
las últimas elecciones, las estadísticas mostraron que
sólo el 2% de la población considera que la salud es
prioritaria. “Hay una paradoja en esta situación”,
señaló el licenciado.
De entre los tres subsistemas, Bellagio destacó que el
de la seguridad social es el que está más regulado, a la
vez que existe la iniciativa del gobierno de incorporar
beneficiarios a este sistema. “La inclusión me parece
sensacional pero la inclusión sin integración no es
inclusión”, definió el licenciado.
En definitiva, Bellagio saludó la oportunidad de crear
una nueva ley, “una verdadera ley nacional de salud”,
pero aclaró que se deben dar las condiciones para que
pueda surgir: “Entiendo que todos los actores deben
estar comprendidos en una posible nueva ley; si
pudiéramos regular en una sola ley todas estas temáticas
no se perderían tantos recursos y se podría colocar a
cada sector en el lugar que le corresponde”, sintetizó.
Agradecimientos:
1) Instituto de Investigación Sanitaria de la
Seguridad Social – UCA
Seminario: Obras Sociales: Estado actual, desafíos y
oportunidades del sector. 18-09-13
2) Instituto de Medicina para la Seguridad Social y
Evaluación Tecnológica (IMSSET) –
Facultad de Medicina UBA
Jornada ¿Es necesario pensar en una nueva ley de
Salud? |
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