|
SINOPSIS
La película El
nombre de la rosa constituye una herramienta excelente
para ilustrar aspectos de la ciencia y, particularmente,
de la medicina-farmacia aún no separadas durante el
período medieval. Se basa en la novela homónima de
Umberto Eco. Es una trama policíaca medieval útil en la
comprensión de algunos matices de la historia de la
medicina y de la farmacia. Permite un acercamiento al
contexto socio-político de una época oscura, en la que
el choque entre la racionalidad y la mentalidad
mágico-religiosa condicionaron extraordinariamente el
desarrollo de las ciencias y en particular de las
ciencias médicas. Nos enfocaremos en el análisis de los
aspectos fundamentales de la medicina-farmacia monacal a
través de las escenas y los diálogos de la película. (1)
UN SHERLOCK DEL
SIGLO XIV QUE SE AYUDA DE LA MEDICINA Y LA FARMACIA
Un cierto día del año de 1327, Fray Guillermo de
Baskerville –un monje franciscano y antiguo inquisidor–
y su discípulo, el novicio Adso de Melk –que es quien
relata la historia–, llegan a una abadía benedictina
situada en el norte de la península italiana. Hace poco,
en este lugar ha sucedido un terrible hecho: la muerte
del joven miniaturista Adelmo da Otranto. El abad
encarga a fray Guillermo el esclarecimiento del
fallecimiento, pero continúan produciéndose misteriosos
asesinatos de monjes que sumen a la abadía en el
desconcierto y el pánico, en un momento histórico en el
que los frailes tienen la creencia de que se acerca el
fin del mundo anunciado en el Apocalipsis. Poco a poco,
debido a la perspicacia de fray Guillermo (un Sherlock
Holmes medieval) y la información aportada por algunos
monjes, el móvil de los crímenes y los personajes
implicados van saliendo a la luz. El nombre de la rosa
es una tenebrosa intriga medieval, excelentemente
ambientada e interpretada, y constituye una acertada
adaptación de la exitosa novela de Umberto Eco. (1)
De forma similar a otras órdenes religiosas, la orden
benedictina, siguiendo la Regla establecida por San
Benito en el siglo VI, disponía en sus monasterios de
servicio médico-farmacéutico, esto es, huerto, botica,
hermano sanitario y hospital.
Esta actividad médico-farmacéutica aparece desde el
principio. De forma simultánea se muestra la entrada de
los dos protagonistas en la abadía benedictina y se
presenta al monje sanitario, Severino el herbolario,
trabajando el huerto y recolectando plantas medicinales.
Posteriormente se hacen diversas referencias a plantas
medicinales cultivadas por el propio monje herbolario.
(1)
El monje sanitario, colaborador en la investigación de
los crímenes, trabaja fundamentalmente en su laboratorio
por lo que diversas escenas se desarrollan en la botica.
Ésta presenta el aspecto característico de la época. Los
alambiques y las retortas, instrumentos fundamentales en
el Medievo para la producción de medicamentos, se
reparten por la estancia. Los morteros, manos y balanzas
reposan sobre las mesas. Los simples (plantas
medicinales) y los compuestos (medicamentos ya
preparados) se guardan en cajas, botellas, recipientes
de cerámica o bolsas de piel. Los envases -con
inscripciones o dibujos identificativos de su
contenido-, se alinean en los anaqueles y las bolsas se
cuelgan de la pared.
La alimentación y la higiene son los pilares principales
de la doctrina médica hipocrático-galénica. Se
fundamenta básicamente en la prevención, por lo que la
conservación del cuerpo sano mediante una forma de vida
razonable, tiene un papel muy importante. La dieta,
entendida como una norma de vida saludable que incluye
la nutrición y todo lo relacionado con la higiene, es el
primer instrumento del médico, la denominada “primera
intención”, antes de proceder con la terapéutica
farmacológica y, sólo en última instancia, ha de
recurrirse a la cirugía. (1)
También la película ilustra fielmente las normas
higiénicas de la época. La cultura del baño en el
occidente medieval no gozaba del predicamento que tuvo
en la Antigüedad y en el mundo islámico ya que tenía
enemigos incansables entre los moralistas. Esta visión
de la higiene se hace también manifiesta por su ausencia
en las escenas de la vida cotidiana. Con la excepción de
la imagen del recibimiento en la abadía en la que se
lavan las manos, la imagen de suciedad es constante en
la película, a lo que contribuye la reducida iluminación
general. La caracterización de los personajes, las manos
permanentemente sucias, los hábitos mugrientos, o el
consumo de ratas, acrecientan esa sensación. Los
residuos de la abadía son arrojados a través de un hueco
en los muros, debajo del cual la plebe se agolpa en
busca de comida. Los piojos y las pulgas cuya búsqueda e
incluso ingesta son reflejados en las imágenes, junto
con la presencia de las ratas en todo el monasterio,
hace presagiar la aparición de una epidemia de peste
como de hecho sucedió en el siglo XIV, momento en el que
la peste negra o la muerte negra asoló Europa. Uno de
cada tres europeos falleció a consecuencia de esta
pandemia producida por Yersinia pestis y transmitida por
la pulga de la rata negra (Xenopsylla cheopis).(1)
Otro aspecto interesante señalado en la película es la
minúscula diferencia entre medicamento y veneno, sólo
cuestión de dosis. Severino el herbolario, al ser
interrogado acerca de las propiedades del arsénico –con
frecuencia utilizado en la terapéutica medieval–, señala
esta sutil diferencia: “El arsénico en dosis pequeñas es
útil en los trastornos nerviosos, pero si se administra
en dosis elevadas provoca la muerte”.
Y la diferencia es tan nimia que este fármaco-veneno se
convierte en la herramienta perfecta para cometer los
crímenes.
El autor, con astucia, suplió las carencias
farmacológicas de su veneno ideal al idear la forma de
penetración por vía oral: impregnar las páginas de un
libro con el veneno para que, al pasar las hojas después
de haberse humedecido el dedo con saliva, ejerciera su
acción. En función de la dosis, la intoxicación aguda
por arsénico puede iniciarse con la aparición de un
cuadro gastroentérico grave con vómitos, dolor abdominal
y diarrea, sequedad y ardor de boca y garganta y
disfagia que puede evolucionar hacia la muerte por
depresión del sistema nervioso central en poco
tiempo.(2) Los personajes envenenados presentan diversos
de estos síntomas. En particular Berengario, el ayudante
del bibliotecario, que pretende paliarlos tomando un
baño calmante de hojas de lima. (1).
|
Ficha Técnica: |
|
Título: El
nombre de la rosa
Título
original: Der Name der Rose/ The name
of the rose
Año:
1986
Director:
Jean-Jacques Annaud
Música:
James Horner
Guión:
adaptación de Andrew Birkin, Gérard Brach,
Howard Franklin y Alain Godard de la novela
homónima de Umberto Eco.
Intérpretes:
Sean Connery, Christian Slater, Helmut
Qualtinger, Elya Baskin, Michael
Lonslade, Volker
Prechtel, Feodor ChaliapinJr., William Hickey,
Michael Habeck, Urs
Althaus, Valentina
Vargas, Ron Perlman, Leopoldo Trieste, Franco
Valobra, Vernon
Dobtcheff, Donald
O’Brien (como Donald O’Brian), Andrew Birkin, F.
Murray Abraham,
Lucien Bodard, Peter
Berling y Pete Lancaster.
Color:
color
Duración:
130 minutos
Género:
drama, misterio, thriller, crimen
Productoras:
Cristaldifilm, France 3 Cinéma, Les Films
Ariane, Neue Constantin Film, Rai Uno
Radiotelevisione Italiana y Zweites Deutsches
Fernsehen (ZDF) |
|
CONCLUSIONES
La película ilustra con bastante fidelidad la práctica
médico-farmacéutica monacal en el bajo medioevo. Según
Mariana Landín Pérez,(1) del Departamento de Farmacia y
Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Santiago de
Compostela, La Coruña (España), la proyección de este
filme, dirigida por el profesor hacia los aspectos
médicos de la obra, favorece el interés del alumno de
historia de la medicina o de historia de la farmacia y
por tanto “de ciencias” por temas históricos, ajenos a
su formación principal y le ayuda en el establecimiento
del contexto sociopolítico, mejorando su formación
integral y su comprensión de una época oscura en la que
el choque entre la racionalidad y la mentalidad
mágico-religiosa condicionaron extraordinariamente el
desarrollo de las ciencias y en particular de las
ciencias médicas
Referencias
1. Lanín Pérez, M. El nombre de la rosa/ Der Name der
Rose (1986).Aspectos básicos de la medicina-farmacia
monacal en el Medievo. Rev Med Cine 4 (2008): 41-46
2. Marruecos L, Nogué S, Nolla J. Toxicología Clínica.
Barcelona: Springer-Verlag Ibérica S.A., 1993.
3. http://www.imdb.com/title/tt0091605/?ref_=nv_sr_1 |