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La organización Mundial de la Salud
viene impulsando permanentemente en
las empresas el desarrollo de
entornos laborales saludables.
Podemos definirla como una política
correcta: el principio ético más
básico es evitar hacer el daño a
otros.
Sólo unos pocos años atrás, más
precisamente en el año 2008, en el
XVIII Congreso sobre Seguridad y
Salud en el Trabajo que se realizó
en Seúl, Corea, en su “Declaración
sobre Seguridad y Salud en el
trabajo” se estableció
específicamente que “un entorno de
trabajo seguro y saludable, es un
derecho humano fundamental”.
Por lo tanto, las empresas que
deseen avanzar en esta dirección,
deberán considerar los costos que
esto demanda, como parte de su
estructura general de costos para
poder hacer negocios.
Formar parte de las mejores empresas
en este tipo de prácticas también
tiene su recompensa: aquellas que se
distinguen como tales, son
preferidas por los empleados por
sobre otras empresas. No olvidemos
que uno de los objetivos principales
del área de Recursos Humanos es el
de atraer a los mejores y luego
retenerlos y motivarlos.
En nuestro país, la mayoría de las
empresas que quieren desarrollar
esta política, se han concentrado en
acciones que sean percibidas por sus
empleados. Pero muchas de ellas,
sólo desarrollan acciones aisladas.
Así, los cursos para dejar de fumar
y las comidas saludables tal vez
sean las acciones más promovidas.
Sobre
los “Cursos para dejar de Fumar” y
otras adicciones
Después de mucho tiempo en que el
cigarrillo tenía acceso ilimitado en
todos los espacios, las
restricciones han llevado a que los
fumadores hoy en día, deban
concentrarse en la puerta de los
edificios de oficina para poder
satisfacer su adicción.
Así como estamos acostumbrados a que
en las películas de ciencia ficción
que se desarrollan en el futuro
nadie aparezca fumando, resulta
llamativo ver películas sobre hechos
ocurridos en el pasado –como el caso
de la estupenda “Argo” de Ben
Affleck, galardonada con el Oscar de
la Academia de Hollywood como Mejor
Película 2012, en donde se logra una
ambientación de la época de los 70
mostrando a los personajes fumando
permanentemente, incluso en pleno
vuelo de un avión de línea.
Naturalmente, nadie deja el
cigarrillo “de un día para el otro”
–los que fuimos buenos fumadores, lo
sabemos perfectamente amigo lector–.
Es un proceso de “cambio de hábitos”
diría James Prochaska, quien fuera
en los años 80, precisamente un
pionero en el análisis de los
cambios de hábito, a partir de lo
difícil que resulta modificar o
eliminar una conducta adictiva.
¿Quién de nosotros no se ha
propuesto comenzar un régimen para
bajar esos kilos de más? O bien
¿Quién no se ha propuesto a salir a
caminar todos los días o comenzar a
ir al gimnasio para terminar con la
vida sedentaria? ….y las más de las
veces, terminamos con una gran
frustración por la imposibilidad de
sostener el intento.
Prochaska definió que el proceso de
cambio de una conducta pasa por
distintos estadios –6 más
precisamente–, correspondiéndole a
cada uno de ellos una actitud
diferente. Es decir, que se trata de
un proceso complejo y como tal debe
ser manejado adecuadamente, es decir
manejado por profesionales.
Resulta claro entonces, que la
contribución que se pude hacer para
que las personas dejen de fumar, no
pasan simplemente por ofrecerles un
curso, así como tampoco se impulsa
el hábito de alimentación saludable,
sólo a través de la colocación de
cestas de frutas.
Y en materia de acciones aisladas
basta con contarle una experiencia
personal. Hace muchos años fui
invitado por el Director Médico de
un Banco Internacional a presenciar
la exposición que daría un experto
en la lucha contra el cigarrillo en
el Salón Auditorio del Banco. Fue
invitado todo el personal –más de
600 personas–… ¿sabe usted cuántos
éramos? Tres…el médico, el expositor
y yo. Terrible.
¿Moraleja? Escriba una política,
desarrolle un Plan, busque el apoyo
de los máximos niveles de la
organización y sobre todo: busque
profesionales en la materia. Hoy en
día las empresas especializadas en
EAP –Programas de Ayuda a los
Empleados– e incluso los
Departamentos de Salud Corporativa
de las empresas de Medicina Prepaga,
cuentan con profesionales
especializados que pueden ayudar al
área de Recursos Humanos a cumplir
con el objetivo de lograr un entorno
de trabajo saludable. Manos a la
obra para algo que beneficia a la
gente.
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