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SINOPSIS
Los avances de las Tecnologías de Reproducción Humana
Asistida nos confrontan con nuevos escenarios y
prácticas cuya interrogación resulta necesaria. A través
de la narrativa cinematográfica, el análisis de Una
familia numerosa y el de su original canadiense (Starbuck,
2011) se pueden encarar desde distintos ejes de análisis
en relación a la Inseminación Artificial con Donante, en
la cual se dirimen el derecho a la identidad y el
derecho a la privacidad.
La historia de David, el protagonista del filme narra
dos sucesos que cambian el curso de su vida: su novia le
informa que ha quedado embarazada y que piensa tener al
niño sin contar con su ayuda, y ese mismo día le
comunican que le han interpuesto una demanda ya que
David ha donado esperma hace alrededor de veinte años, y
como resultado, han nacido 533 hijos, de los cuales 142
quieren averiguar su nombre para conocerlo.
Lo inédito de esta situación nos lleva a analizarla
desde tres vertientes, por el lado del derecho, desde la
bioética, y desde la responsabilidad, con la mirada
puesta en la subjetividad. (1)
LA ÓPTICA BIOLOGICISTA
En primer lugar, se debe considerar ubicar una cuestión
fundamental al analizar las tecnologías de reproducción
humana asistida (TRHA).
Tal como señala Kletnicki, “si la inseminación o la
fertilización in vitro se realizan con semen del donante
(…) allí se abre una pregunta sobre los lazos de
parentesco y los efectos surgidos de su transformación,
en tanto procreación y filiación aparecen como
categorías disociadas”(2)
En efecto, la disociación entre procreación y filiación
nos lleva por el camino de la interrogación acerca de la
paternidad de estos niños. ¿Quiénes son sus padres? Es
interesante notar que en el filme no aparece ninguna
mención a quienes han criado a esos jóvenes.
No hay padres en función para estos niños: David aparece
como único responsable, ya que él ha donado el esperma
que ha hecho posible luego la Inseminación Artificial
con Donante (IACD). Nada se dice del óvulo necesario
para tal procedimiento, y más aun nada se dice de
quiénes se han hecho cargo de la crianza de esos
jóvenes.
Por otra parte, si la procreación y la filiación podrían
aparecer como categorías disociadas, ¿por qué caminos la
vida de David se une a la de estos jóvenes ubicándose
como si fuera su padre? ¿Prima aquí un criterio
biológico de comprensión de la paternidad, entendiéndola
en sentido únicamente genético y no simbólico?
Sería interesante desarrollar más la historia del filme
para poder ahondar en esta discusión.
Desde una posición biológica, la determinación de la
paternidad es el resultado del ADN, el padre es el que
aportó el material genético. Parece ser esta la lectura
en la que se ubica el filme, ya que no hay
cuestionamiento respecto de esta posición. (1)
ASPECTOS JURÍDICOS
Varias de las secuencias abordan la cuestión jurídica
que se suscita con el caso, advirtiéndose que en el
juicio se ventilan dos derechos fundamentales: el
derecho a la identidad (de los jóvenes que desean
conocer sus orígenes y la información genética de quien
ha sido el donante de esperma) y el derecho a la
privacidad (de quien ha sido el donante).
Esto coincide con la postura de dos corrientes
doctrinarias: la corriente italiana y francesa sostiene
que debe mantenerse el anonimato del donante de gametos,
a efectos de dar seguridad acerca de que más tarde no
tendrá que enfrentar acciones filiatorias, y
consecuentemente alimentarias o sucesorias, protegiendo
su derecho a la intimidad y privacidad. La otra
corriente del Derecho, correspondiente a la española,
alemana y norteamericana, sostiene que por sobre el
anonimato prevalece el derecho del hijo a conocer su
procedencia biológica y la identidad de sus padres
genéticos, sin que tal conocimiento genere
responsabilidades filiatorias, personales, patrimoniales
o de cualquier otra índole.
Es interesante destacar que “la tradición indicó siempre
que el donante de esperma es, por definición, anónimo.
Ahora bien, a partir de la experiencia argentina en
materia de restitución de niños, esta evidencia comenzó
a flaquear. ¿El principio del derecho a la identidad?,
que permite a todo ser humano conocer sus orígenes,
entra en contradicción con el derecho al anonimato del
donante de esperma” (3).
LA RESPONSABILIDAD POR LA
PATERNIDAD
Después de un fundado y comprensible rechazo inicial,
David termina asumiendo la responsabilidad por estas 142
personas que quieren conocerlo, sin repensar la función
de la clínica en la distribución del esperma donado.
¿Cómo se produce este movimiento? Esperando convencerlo,
los 142 denunciantes le envían, a través de su abogado,
un sobre con los perfiles de cada uno de ellos,
acompañado por una foto y un breve texto de actividades
y gustos de cada uno de los jóvenes.
Cuando recibe el sobre, David señala: “no son mis
hijos”. Sin embargo, luego en un momento de soledad y
reflexión comienza eligiendo un perfil al azar al que le
siguen otros, y así va conociéndolos de a uno. Protege
su identidad y no se presenta con su seudónimo, pero
tampoco se mantiene al margen de sus vidas. Se involucra
con ellos a la manera de un “ángel guardián”, según sus
propias palabras.
Uno de ellos trabaja como encargado de un bar y lo
atiende malhumorado porque tiene que ir a una audición
para un papel en teatro. David se ofrece a reemplazarlo,
dándole además las llaves de la camioneta del reparto de
la carnicería. La explicación que le da al muchacho
parece ser relativamente simple: “por la satisfacción de
saber que he ayudado a alguien a triunfar en la vida”.
En el siguiente encuentro, se hace pasar por repartidor
de pizza para ver a una chica que termina drogándose con
metadona y convulsionando. David la lleva al hospital,
en donde ella miente y dice que es su padre, para que
pueda firmarle el alta. La médica es clara en su
recomendación: hay un lugar disponible para
rehabilitación, y que “por amor a su hija”, “debería
decirle que la quiere y que no firmará su alta”. David
escucha a la joven, quien le dice que no quiere quedar
encerrada porque va a estar rodeada de gente que se
droga, tendrá una recaída y perderá su trabajo, y es
sincero con ella cuando firma su alta: “en mi vida,
suelo tomar decisiones muy, muy malas. Me gustaría que
me mostraras que esta vez no tomé otra mala decisión”.
Ella le agradece llamándolo “papá” de manera cómplice, y
al día siguiente David chequea que se presente en el
trabajo a las ocho de la mañana como había prometido.
David señala a su amigo: “me he dado cuenta de que es
imposible ser padre de 533 niños. Pero es posible ser su
ángel guardián”. Acto seguido, vuelve a enunciar
confusamente los roles y las funciones: “Yo soy el
genitor, ellos son mi responsabilidad”. En este sentido,
sigue dando lo que tiene, su buena voluntad. Para
convertirse en padre deberá dejar de dar lo que tiene y
empezar a dar lo que no tiene.
Este filme nos invita a reflexionar acerca de la
responsabilidad subjetiva, más allá de la
responsabilidad jurídica, en relación a la paternidad
que encarna David. El entrecruzamiento de las historias
que surgen a partir de la noticia del embarazo de
Valerie y la demanda de 142 jóvenes que desean conocer
su origen biológico y la identidad de quien ha sido el
donante de esperma, nos permite pensar que la reacción
paternal, a la manera de un “ángel guardián” con los
jóvenes, se da como reflejo de su otra situación con una
de sus hijas, en la que David está puesto a prueba como
alguien maduro y responsable, capaz de convertirse en
padre.
Título: Una familia numerosa
Título original: Delivery Man
País: Estados Unidos
Año: 2013
Estreno en la Argentina: 27 de febrero
de 2014
Director: Ken Scott
Música: Jon Brion
Guión: Ken Scott y Martin Petit (sobre
el guión original de Starbuck, Canadá, 2011)
Intérpretes: Vince Vaughn, Chris Pratt,
Coble Smulders, Andrzej Blumensfeld, Simon Delansy,
Bobby Moynihan, Dave Patten, Adam Chandler-Berat, Britt
Robertson
Color: color
Duración: 105 minutos
Género: comedia-drama
Productora: Dremworkx
Referencias
1.- Cambra Badil, I y Ormart, E: La bioética en el
escenario de las tecnologías de reproducción humana
asistida. Rev. Med. Cine 2014; 10 (4):164-173.
2. Klednicki A: Un deseo que no sea anónimo. Tecnologías
reproductivas: transformación de lo simbólico y
afectación del núcleo real. En: Michel Fariña y col. La
encrucijada de la filiación. Tecnologías reproductivas y
restitución de niños. Buenos Aires, Lumen/ Humanitas,
2000, pág. 210.
3. Michel Fariña, JJ: La inseminación artificial con
donante: un comentario en torno a la Noche
Transfigurada. En: Michel Fariña y col. La encrucijada
de la filiación. Tecnologías reproductivas y restitución
de niños. Buenos Aires, Lumen/ Humanitas, 2000,
pág.165-178.
* El autor agradece el valioso aporte de Cambra Badil, I
y Ormart, E: (ref.1).
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