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Introducción
El mercado de seguros responsabilidad profesional médica
(mala praxis) creció en el ejercicio 2013-2014 un 24%,
no sólo por un mayor número de asegurados sino también
por el efecto de la inflación y por ajustes de sumas
aseguradas que acompañaron (en algunos casos) los montos
crecientes de demandas y sentencias. Estos seguros
representaron en el último ejercicio el 19% de todos los
seguros de responsabilidad civil de la Argentina,
habiendo finalizado con un primaje anual de más de 322
millones de pesos.
Cerca del 70% de esta producción continúa concentrada en
cuatro compañías especializadas con más de una década en
el mercado.
A diferencia de quienes consideran que el mercado de
responsabilidad médica se encuentra totalmente maduro,
creemos que todavía queda mucho campo para crecer. Si
nos basamos en la cantidad de asegurados institucionales
e individuales que han reportado los principales
operadores, y luego comparamos ese número con la
totalidad de instituciones y profesionales de la salud
que arroja el último censo, observaremos que más del 50%
se encuentra fuera del sector asegurador. El gran
desafío consiste entonces en agrandar la participación
de RC médica dentro del ramo RC. Creemos que se puede
lograr a partir de la creciente demanda de cobertura y
servicios por parte de instituciones y profesionales de
la salud, sobre todo por parte de especialistas no
médicos, como psicólogos, enfermeros, técnicos,
kinesiólogos, etc. que comienzan a tener una mayor
conciencia de este riesgo y a solicitar una cobertura
adecuada.
Tarifas
Si bien a lo largo del último año hemos leído en medios
especializados que algunos operadores hablaban de
“guerra de tarifas”, nosotros nos mantenemos fieles a
las tasas elaboradas por nuestros técnicos. Nuestro
objetivo no es ser los más baratos sino los más
solventes a la hora de brindar servicios y responder
patrimonialmente. En Responsabilidad Médica no hay mayor
margen para concesiones comerciales. Obviamente hemos
tenido que hacer algunos ajustes de tarifas para
acompañar la inflación. Por otro lado, se han realizado
algunos ajustes de tarifas técnicas vinculados a la
mayor siniestralidad de algunas especialidades tales con
cirugía estética, cirugía general y odontología estética
e implantes.
Siniestralidad
Las demandas por responsabilidad profesional mantienen
una frecuencia alta y están aumentando en severidad, con
montos de reclamo y de sentencias judiciales cada vez
más altos. Nuestro promedio de monto demandado supera el
millón y medio de pesos, excluyendo casos obstétricos.
En casos de daño neurológico al recién nacido por alguna
presunta negligencia periparto, este promedio se eleva a
los 3 millones y medio de pesos, habiendo recibido en el
último año reclamos extraordinarios por 17 y 20
millones.
Las razones de estos incrementos en los montos de
demanda son múltiples. La inflación acumulada de los
últimos años en nuestro país sin duda juega un
importante papel. Hoy resulta impensable poder responder
adecuadamente con sumas aseguradas que no han acompañado
las tasas inflacionarias. Por otra parte, los costos de
atención, gastos a futuro y lucro cesante de personas
dañadas también aumentan. Para tener tan solo un punto
de referencia, debe tenerse en cuenta que el seguro de
responsabilidad civil automotor es de 4 millones… Sin
embargo, pocos médicos e instituciones se aseguran por
esta suma en praxis. A esto se suma el beneficio de
litigar sin gastos que se otorga a la mayoría de los
demandantes, lo cual los exime de pagar la tasa de
justicia y costas, favoreciendo la presentación de
demandas millonarias.
Desde el lado de las sentencias, debe mencionarse cierta
“inflación judicial”. En aquellos casos que los
Tribunales consideran que hubo negligencia, los montos
de condena también son más altos. No es infrecuente
encontrar sentencias de Cámara con montos totales
superiores a 5 millones.
Si bien persiste un cierto número de “aventuras
judiciales” y demandas sin mayores fundamentos, nuestros
peritos coinciden en que en aproximadamente el 35% de
los reclamos denunciados a nuestra compañía hubo un
accionar negligente, imperito o imprudente del
profesional. A lo largo de estos trece años, se acumulan
en NOBLE casos de errores de sitio quirúrgico, oblitos,
caídas de la cama con fracturas o daño cerebral, partos
mal manejados, anestesias con deficiente recuperación y
daño neurológico, errores y retrasos en diagnóstico de
infartos y abdómenes agudos, sólo por mencionar algunas
de las razones por las que médicos e instituciones deben
responder. En otro porcentaje cercano al 40%, los casos
se tornan indefendibles por inadecuada o insuficiente
documentación. Reclamos que por otra parte se encuentran
cada vez mejor fundados por peritos médicos y abogados
con mayor nivel de especialización desde la parte
actora.
No hay mayores cambios en cuanto al ranking de las
especialidades más demandadas, encabezado por los
cirujanos y traumatólogos en términos de frecuencia y
los obstetras y anestesiólogos en cuando a severidad. Si
se suman las mediaciones y juicios en actividad de los
cuatro principales operadores, la cifra supera los 6.000
casos. Nuestro loss ratio se ha mantenido estable en los
últimos ejercicios en un 40%. NOBLE es la compañía de
responsabilidad profesional con mejor relación entre su
producción y su cantidad de juicios en stock. Sin duda
es un indicador excepcional para este tipo de riesgo y
estamos convencidos de que es el resultado de una
adecuada política de suscripción y de una gran
proactividad en el cierre de casos con riesgo
médico-legal.
Sumas aseguradas
Las sumas aseguradas bajas generan innumerables
problemas a la hora de manejar siniestros. Cuando un
actor reclama por los montos comentados, es improbable
que espere recibir menos del 40% de lo que está
reclamando. Suponiendo que haya coincidencia entre el
asegurado, los peritos y abogados de la defensa en que
hubo mala praxis o en que el caso es indefendible por
deficiente documentación, se debe tratar de llegar a un
acuerdo con los demandantes. Es allí donde surgen los
inconvenientes: aun ofreciendo toda la suma asegurada (e
inclusive sumando el seguro del médico y de la
institución), el monto no satisface a la parte actora,
el caso no se puede cerrar y tanto el médico como la
institución quedan expuestos en millones que deberán
salir de sus bolsillos.
En el caso de muchas instituciones de salud, la
situación se agrava por las bajas exigencias y el
deficiente control de las coberturas de los
profesionales que allí se desempeñan. Continúan
aceptándose fondos solidarios, (que no participan de
acuerdos -aun de los que aparecen como imprescindibles-)
y sumas aseguradas muy bajas que dificultan o impiden el
cierre de los casos. El mayor peso de las
indemnizaciones recae así sobre quienes sólo tienen una
responsabilidad indirecta en la generación del daño y no
sobre sus principales responsables.
Otra de las variables a considerar en el caso de
clínicas, sanatorios y centros de salud es el patrimonio
que se quiere preservar. Es común ver a instituciones
con un patrimonio neto de varios millones que contratan
sumas inferiores al millón, valor harto insuficiente
para proteger dicho patrimonio de reclamos y sentencias
cada vez mayores.
Por todo ello, desde NOBLE recomendamos que tanto los
profesionales como las instituciones revisen sus montos
asegurados, aconsejando las siguientes sumas mínimas:
-
Médicos de especialidades clínicas: $ 400.000
-
Médicos de especialidades quirúrgicas: $ 900.000
-
Médicos
Obstetras $ 1.000.000
-
Instituciones con internación y partos: $ 2.000.000
-
Instituciones con internación sin partos: $
1.000.000
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Centros Quirúrgicos ambulatorios: $ 1.000.000
-
Centros ambulatorios no quirúrgicos: $ 500.000.
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