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HMS: Tecnología para la salud

HMS celebra este año su 15° Aniversario consolidando cada vez más una fuerte creencia: que la gestión tecnológica en el ámbito sanitario trae consigo mejoras y beneficios para todos los actores del sistema. En conversación con Revista Médicos, Jorge Barry, Presidente de HMS, abundó en la historia de su compañía y sus productos, sin dejar de aludir también a la realidad actual del sector.

El 1 de junio próximo, HMS Health Management Solutions arriba a su aniversario número 15°. Dedicada a la provisión de soluciones tecnológicas para la optimización de los recursos clínicos, administrativos y contables, la compañía ha apostado siempre con sus productos a la mejora de los procesos a través de la tecnología en las instituciones de salud.
Su solución HMS Salud, SaludSoft, resuelve las necesidades tecnológicas para la administración y el control de gestión de diferentes tipos de organizaciones financiadoras de Salud, como Obras Sociales y Empresas de Medicina Prepaga, tanto públicas como privadas.
Jorge Barry, Presidente de HMS, comenta cómo fueron los inicios de la empresa: “Un grupo de sanitaristas nos propuso desarrollar un sistema para resolver las problemáticas de las obras sociales y las prepagas: nosotros entendimos que, de cara al futuro, el fortalecimiento de los sectores iba a tener que ver con el intercambio de información genuina”. En ese momento, HMS detectó que el sector prestador y el sector financiador estaban en pugna: “Si podíamos construir una solución inteligente que arbitrara entre ambos y que pudiera contener reglas sanitarias, de procesos y de negocios, el flujo de dinero entre los dos actores pasaba a ser de menor puja sectorial”.
Analizaron los distintos productos y soluciones que, a nivel mundial, se ofrecían en este sentido. Diamond, en ese momento, era la única solución disponible en castellano, “pero nos dimos cuenta, señala Barry, que no servía para nuestro mercado, que es mucho más complejo que el de Estados Unidos; así que empezamos nuestro desarrollo”. El primer desafío fue elegir una tecnología sólida y HMS realizó, en 1996, un acuerdo con Oracle: “En la medida en que Oracle crecía nos derivaba esas mejoras a nuestro producto. Hoy, incluso, corremos con la última versión de Oracle”. Así, HMS comenzó a proveer su solución a distintas instituciones: Provincia Salud fue la primera, y la siguió Médicus: “Fue un proyecto tremendamente exitoso”.
Es entonces que comenzó el gran desarrollo de la empresa, que sumó más clientes: En la actualidad se brinda mantenimiento y asistencia a: UP Obra Social Unión Personal-Accord prepaga de UP, ACA Salud, AUSTRAL Salud, DOSUBA Obra Social de la Universidad de Buenos Aires, IOSE Instituto Obra Social de Ejército, IOSFA Instituto Obra Social Fuerzas Armadas, SCIS Empresa de Medicina Prepaga.
Hoy por hoy, HMS cuenta con proyectos a lo largo de Latinoamérica, en países como República Dominicana, Colombia y México, y con clientes que se caracterizan por contar con un piso de 100 mil cápitas. La clave, afirma Barry, es que “el producto tiene mejoras continuas desde dos líneas: nos adaptamos a la mecánica del negocio, siempre cambiante, e incorporamos la experiencia de los mismos clientes y las universalizamos.” “Hoy, nuestro producto está muy orientado a la conectividad en línea: el corazón es el centro autorizador, que tiene reglas que se pueden personalizar y automatizar”. Así, el sistema logra monitorear gran cantidad de información a la vez.
La mesa de auditoría, por ejemplo, está completamente automatizada, lo que “nos permite enormes ahorros para los clientes, sin vulnerar el servicio de salud para el beneficiario”. Al poder incluir reglas médicas y sanitarias en la solución tecnológica que provee HMS, “la institución empieza a tener el control real del proceso del gasto médico, sin que eso implique alterar el principio de atención al paciente”, comenta Barry. En un futuro, prevé, habrá desde las organizaciones más políticas activas sobre el socio. En este sentido, el sistema autorizador podría “efectivizar políticas de detección temprana de enfermedades”. Aunque hoy la legislación no permite castigar o beneficiar a los socios a través de la cuota, “estamos construyendo la posibilidad con las tarjetas de beneficios”.
“El producto se ha convertido en una herramienta de management que mejora la gestión de la prepaga o de la obra social. El mundo que se viene va a implicar no deteriorar el servicio pero sí mejorar los costos: esto es inminente”. Proyectando expandirse todavía más en Latinoamérica, Barry confirma que “el producto está sólido, equilibrado, y funciona exitosamente”.

“El producto se ha convertido en una herramienta de management que mejora la gestión de la prepaga o de la obra social”.

¿Cuáles son los principales cambios que vio en el sector en estos 15 años?
Por un lado, el cambio que irrumpió para ya no irse es la conectividad. Permite, en tiempo real, validar o no una práctica. Este proceso comenzó con la electividad y nosotros, en ese sentido, hemos logrado, con nuestro software, evolucionar mucho en estos años porque tenemos muchas más reglas que se pueden implementar desde el centro autorizador. El centro autorizador equilibra la relación entre prestadores y financiadores. Y es el equilibrio entre las partes lo que va a consolidar el sistema. También, hay otro cambio muy importante: al haber sistemas sólidos, se puede empezar a construir conocimiento. Esto nos permite empezar a tener indicadores y a actuar sobre los afiliados y los prestadores de manera equilibrada y real, con información concreta. Así se empieza a construir comportamiento, lo que lleva a una mejor atención para el afiliado.
El objetivo de la solución de salud es facilitar los servicios para el asociado y, a la vez, aportar a que la institución sanitaria pueda controlar: “Eso es lo que permite la tecnología y que va en beneficio del paciente”.

¿Cómo llega el sistema a una institución, quién tiene el manejo de la información?
La información es de la organización. Por eso desarrollamos un sistema que tiene lo prestacional incorporado al proceso de información interno en la entidad. Es cada entidad la que opera el sistema. Los cambios de reglas se realizan por pantalla, lo que garantiza que cada organización se mantenga independiente del proveedor de tecnología. El proveedor del tecnología es eso mismo: un proveedor; trasfiere conocimiento y tecnología. Pero la información es del cliente.
Por otro lado, los procesos de implementación del sistema son complicados. Y esto lo hemos notado tanto en obras sociales como en prepagas. Siempre surge resistencia por parte del personal, que viene haciendo las cosas de determinada manera. A veces la resistencia al cambio es el mayor obstáculo.

¿Esta solución es útil también para prepagas u obras sociales más pequeñas?
Sí. Ya que la solución permite acceder como usuario preservando la integridad de la información, nos parece que a futuro puede ser una solución para las organizaciones más chicas. Se puede ofrecer una solución modularizada, para que algunas variables ya estén integradas en la operación. Y a la organización le queda la inteligencia del negocio.

"Creo que la realidad supera las regulaciones, sobre todo cuando éstas tienen muchos vacíos:
regular no significa ser estricto. El concepto tiene que ser más abierto”.


¿Cómo ve el mercado actual en el ámbito de la salud?
Creo que hay un problema pendiente con las prepagas. La regulación y la imposición del PMO deberían flexibilizarse para permitir que las empresas sean más competitivas. Si se pudieran armar paquetes de planes, la competencia entre prepagas va a ser mucho más efectiva. Hoy por hoy, si todas van a ofrecer lo mismo, lo único que cambia como variable para la competencia es la calidad del prestador. En ese sentido, se podría flexibilizar la oferta, por ejemplo pensar propuestas específicas para distintos grupos etarios, o para incluir a grupos no cubiertos. Pero esto ahora la imposición del PMO no lo permite. Por eso hay que estudiar la flexibilidad del mercado privado y en esa flexibilidad se podría incorporar también a las obras sociales. Creo que la realidad supera las regulaciones, sobre todo cuando éstas tienen muchos vacíos: regular no significa ser estricto. El concepto tiene que ser más abierto
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