:: REVISTA MEDICOS | Medicina Global | La Revista de Salud y Calidad de Vida
 
Sumario
Institucional
Números Anteriores
Congresos
Opinión
Suscríbase a la Revista
Contáctenos

 


 

 

 

 

 

 

 

 

Federación Farmacéutica

 

 

 

 

 
 

 

:: Infórmese con REVISTA MEDICOS - Suscríbase llamando a los teléfonos (5411) 4362-2024 /  (5411) 4300-6119 ::
  

Opinión


Salud Corporativa
¿El secreto profesional descuida al paciente y a su entorno?

Por el Dr. Héctor Barrios, Director de Towers Watson


A pesar ya del tiempo transcurrido, seguimos recibiendo información periódica del trágico accidente aéreo ocurrido en los Alpes franceses. Las preguntas respecto a si el accidente se podría haber evitado surgen desde múltiples áreas. Se cuestionan las normas y protocolos de seguridad, las acciones de la tripulación, la infraestructura del avión, la frecuencia y el tipo de exámenes psicofísicos, etc. Nada ha dejado de pasar por el “tamiz” de la crítica.
Ahora bien, todos tenemos conocimiento hoy que el copiloto había sido evaluado por profesionales de un hospital, quienes determinaron que Andreas Lubitz no estaba apto para trabajar y por ende para conducir un avión. Retrospectivamente, vemos que los profesionales dejaron solamente en manos del paciente la decisión de presentar o no el certificado de incapacidad para trabajar en su empresa. Dicha acción, en principio, podría parecer correcta, ya que es una obligación del código de ética mantener el secreto profesional.
La pregunta que surge es, ¿qué ocurre cuando el paciente ocupa un puesto laboral en el cual un error puede ocasionar no solo su propia muerte, sino la de cientos o miles de personas, o bien daños irreversibles en el medio ambiente? Puestos como los de pilotos de aviación, capitanes de embarcaciones, choferes de camiones o micros, empleados en centrales nucleares o en yacimientos petrolíferos, entre otros, tienen esta condición y se denominan “puestos de riesgo o sensibles”.
¿En estos casos, el profesional puede dejar en manos del paciente la decisión de presentar o no el certificado de incapacidad laboral en pos de mantener el secreto profesional? ¿Qué ocurre si el paciente se presenta a trabajar igual y pilotea un avión de pasajeros, maneja los mandos de la central nuclear, de un camión de transporte de combustible, o bien navega un buque carguero o sube a una torre de alta tensión? No hay dudas que los síntomas de depresión no son lo mismo en un piloto de avión y en cualquiera de los casos descriptos que en un empleado administrativo.
¿En una situación como la del copiloto del avión que cayó en los Alpes, no hubiera sido preferible que los profesionales informen a la empresa aérea la condición del empleado con el objetivo de proteger su vida y la de los pasajeros?
Para respondernos a estas preguntas consultamos con una de las más importantes especialistas en materia de Salud Mental Corporativa, la Lic. Andrea Lardani, Gerente Clínica de EAP Latina, empresa especializada en programas de ayuda a los empleados de compañías de primera línea.
“Los códigos de ética de todos los profesionales de la salud contemplan la excepción al secreto profesional cuando la vida de la persona y/o de otras está en riesgo”, nos explica Andrea.
De hecho, continúa expresando la Lic. Lardani, los Programas están preparados y los profesionales actuantes entrenados para la evaluación y manejo de este tipo de situaciones dando soporte tanto al empleado como a la compañía siempre privilegiando la prioridad de proteger las vidas de los empleados y de la comunidad.
La prevención de accidentes, continúa, es un objetivo primordial de estos programas, que dan asistencia psicológica voluntaria y confidencial a los empleados de las empresas. Si bien dicha asistencia se rige bajo el secreto profesional, cuando la vida de personas corre peligro, los profesionales tratantes junto con el Servicio Médico de la compañía trabajan en equipo para proteger la integridad de los individuos.
Cuando un consultante ocupa un puesto de riesgo, señala Andrea, hay particularidades a evaluar y decisiones a tomar diferentes de aquellos que no lo tienen. Empleados en líneas de producción, operarios que usan máquinas, manejan montacargas o trabajan con productos inflamables, son sólo algunos ejemplos de puestos en los cuales una pequeña distracción puede ocasionar un accidente fatal. Cuando un empleado consulta al Programa especializado, un psicólogo entrenado realiza una primera entrevista en la cual se recaba cierta información para definir el motivo de la consulta y cómo se lo va a ayudar. A su vez, dentro de esa primera entrevista se realiza una evaluación del nivel de riesgo del empleado. Se considera que una persona está en riesgo cuando está en peligro su propia vida y/o la de otras personas. Alguien que tiene ideas de suicidio o que planea lastimar o matar a otra persona es un caso de riesgo. Pero también es de riesgo un empleado en un “puesto sensible” que está desconcentrado, desganado, ansioso o que consume alcohol, drogas y/o psicofármacos sin un control médico.
Es por ello, explica Andrea, que al evaluar el nivel de riesgo de un empleado no sólo toman en cuenta los síntomas, pensamientos y conductas sino también el puesto que ocupa en su trabajo. Si se determina que hay riesgo para sí y/o para otros, el profesional va a solicitar colaboración del empleado para que cumpla con las indicaciones que van a ser en pos de la protección de su propia vida y la de los demás. Esta colaboración va a incluir que el empleado se acerque al Servicio Médico de la compañía a informar sobre su situación sabiendo que el profesional del Programa de EAP va a comunicarse con el médico para, en conjunto, ayudarlo a iniciar un tratamiento y reincorporarse al trabajo lo antes posible, pero siempre y cuando cumpla con las condiciones necesarias para trabajar sin riesgo.
La mayoría de los empleados colabora ya que entiende que estas acciones lo benefician, lo protegen, lo cuidan y lo ayudan a volver al trabajo en mejores condiciones. Ante casos que no colaboran, el profesional del Programa se comunica con el Servicio Médico e informa la situación del empleado y su riesgo a accidentarse o lastimarse, finaliza la Lic. Lardani.
En conclusión, amigo lector, sin lugar a dudas las empresas tienen la obligación de proteger la integridad de los empleados que consultan como así también la de sus compañeros y comunidad. Resulta claro también que las empresas que cuentan con un Servicio Médico y con un programa de ayuda especializado, aumentan significativamente sus posibilidades de acción para la prevención de accidentes y la protección de las vidas de sus empleados.

 

SUMARIO

 

Copyright 2000-2016 - Todos los derechos reservados, Revista Médicos