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A pesar ya del tiempo transcurrido,
seguimos recibiendo información
periódica del trágico accidente
aéreo ocurrido en los Alpes
franceses. Las preguntas respecto a
si el accidente se podría haber
evitado surgen desde múltiples
áreas. Se cuestionan las normas y
protocolos de seguridad, las
acciones de la tripulación, la
infraestructura del avión, la
frecuencia y el tipo de exámenes
psicofísicos, etc. Nada ha dejado de
pasar por el “tamiz” de la crítica.
Ahora bien, todos tenemos
conocimiento hoy que el copiloto
había sido evaluado por
profesionales de un hospital,
quienes determinaron que Andreas
Lubitz no estaba apto para trabajar
y por ende para conducir un avión.
Retrospectivamente, vemos que los
profesionales dejaron solamente en
manos del paciente la decisión de
presentar o no el certificado de
incapacidad para trabajar en su
empresa. Dicha acción, en principio,
podría parecer correcta, ya que es
una obligación del código de ética
mantener el secreto profesional.
La pregunta que surge es, ¿qué
ocurre cuando el paciente ocupa un
puesto laboral en el cual un error
puede ocasionar no solo su propia
muerte, sino la de cientos o miles
de personas, o bien daños
irreversibles en el medio ambiente?
Puestos como los de pilotos de
aviación, capitanes de
embarcaciones, choferes de camiones
o micros, empleados en centrales
nucleares o en yacimientos
petrolíferos, entre otros, tienen
esta condición y se denominan
“puestos de riesgo o sensibles”.
¿En estos casos, el profesional
puede dejar en manos del paciente la
decisión de presentar o no el
certificado de incapacidad laboral
en pos de mantener el secreto
profesional? ¿Qué ocurre si el
paciente se presenta a trabajar
igual y pilotea un avión de
pasajeros, maneja los mandos de la
central nuclear, de un camión de
transporte de combustible, o bien
navega un buque carguero o sube a
una torre de alta tensión? No hay
dudas que los síntomas de depresión
no son lo mismo en un piloto de
avión y en cualquiera de los casos
descriptos que en un empleado
administrativo.
¿En una situación como la del
copiloto del avión que cayó en los
Alpes, no hubiera sido preferible
que los profesionales informen a la
empresa aérea la condición del
empleado con el objetivo de proteger
su vida y la de los pasajeros?
Para respondernos a estas preguntas
consultamos con una de las más
importantes especialistas en materia
de Salud Mental Corporativa, la Lic.
Andrea Lardani, Gerente Clínica de
EAP Latina, empresa especializada en
programas de ayuda a los empleados
de compañías de primera línea.
“Los códigos de ética de todos los
profesionales de la salud contemplan
la excepción al secreto profesional
cuando la vida de la persona y/o de
otras está en riesgo”, nos explica
Andrea.
De hecho, continúa expresando la
Lic. Lardani, los Programas están
preparados y los profesionales
actuantes entrenados para la
evaluación y manejo de este tipo de
situaciones dando soporte tanto al
empleado como a la compañía siempre
privilegiando la prioridad de
proteger las vidas de los empleados
y de la comunidad.
La prevención de accidentes,
continúa, es un objetivo primordial
de estos programas, que dan
asistencia psicológica voluntaria y
confidencial a los empleados de las
empresas. Si bien dicha asistencia
se rige bajo el secreto profesional,
cuando la vida de personas corre
peligro, los profesionales tratantes
junto con el Servicio Médico de la
compañía trabajan en equipo para
proteger la integridad de los
individuos.
Cuando un consultante ocupa un
puesto de riesgo, señala Andrea, hay
particularidades a evaluar y
decisiones a tomar diferentes de
aquellos que no lo tienen. Empleados
en líneas de producción, operarios
que usan máquinas, manejan
montacargas o trabajan con productos
inflamables, son sólo algunos
ejemplos de puestos en los cuales
una pequeña distracción puede
ocasionar un accidente fatal. Cuando
un empleado consulta al Programa
especializado, un psicólogo
entrenado realiza una primera
entrevista en la cual se recaba
cierta información para definir el
motivo de la consulta y cómo se lo
va a ayudar. A su vez, dentro de esa
primera entrevista se realiza una
evaluación del nivel de riesgo del
empleado. Se considera que una
persona está en riesgo cuando está
en peligro su propia vida y/o la de
otras personas. Alguien que tiene
ideas de suicidio o que planea
lastimar o matar a otra persona es
un caso de riesgo. Pero también es
de riesgo un empleado en un “puesto
sensible” que está desconcentrado,
desganado, ansioso o que consume
alcohol, drogas y/o psicofármacos
sin un control médico.
Es por ello, explica Andrea, que al
evaluar el nivel de riesgo de un
empleado no sólo toman en cuenta los
síntomas, pensamientos y conductas
sino también el puesto que ocupa en
su trabajo. Si se determina que hay
riesgo para sí y/o para otros, el
profesional va a solicitar
colaboración del empleado para que
cumpla con las indicaciones que van
a ser en pos de la protección de su
propia vida y la de los demás. Esta
colaboración va a incluir que el
empleado se acerque al Servicio
Médico de la compañía a informar
sobre su situación sabiendo que el
profesional del Programa de EAP va a
comunicarse con el médico para, en
conjunto, ayudarlo a iniciar un
tratamiento y reincorporarse al
trabajo lo antes posible, pero
siempre y cuando cumpla con las
condiciones necesarias para trabajar
sin riesgo.
La mayoría de los empleados colabora
ya que entiende que estas acciones
lo benefician, lo protegen, lo
cuidan y lo ayudan a volver al
trabajo en mejores condiciones. Ante
casos que no colaboran, el
profesional del Programa se comunica
con el Servicio Médico e informa la
situación del empleado y su riesgo a
accidentarse o lastimarse, finaliza
la Lic. Lardani.
En conclusión, amigo lector, sin
lugar a dudas las empresas tienen la
obligación de proteger la integridad
de los empleados que consultan como
así también la de sus compañeros y
comunidad. Resulta claro también que
las empresas que cuentan con un
Servicio Médico y con un programa de
ayuda especializado, aumentan
significativamente sus posibilidades
de acción para la prevención de
accidentes y la protección de las
vidas de sus empleados.
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