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Durante lo que va del año hemos
escuchado en muchas oportunidades a
decena de políticos hablando de
salud pública y del sistema de
salud. Muchos lo hicieron desde el
desconocimiento, la gran mayoría sin
caminar los pasillos de los
hospitales cayendo en frases hechas.
Desde hace varias décadas, la
Asociación de Médicos Municipales de
la Ciudad de Buenos Aires presenta
tenazmente reclamos a los diferentes
gobiernos, relacionados con la
imperiosa necesidad de establecer
una política pública de salud de
Estado que trascienda los cambios de
administraciones y partidos
políticos. Consideramos esta
planificación a largo plazo como uno
de los pilares fundamentales de
cualquier proyecto o plataforma
política que intente manejar los
destinos del país, debe contemplar
las distintas coyunturas sociales,
económicas y poblacionales que tiene
nuestro territorio.
Por eso nos atrevemos a
preguntarnos: ¿Quién conoce mejor
que los médicos municipales la
situación de los hospitales y,
luego, las necesidades y los puntos
en los que es imperativo actuar para
avanzar?
El punto de partida debe ser una
conciencia cabal de la situación que
se enfrenta. Por lo tanto, es
imperativo que el país se estudie
detalladamente y con una visión
epidemiológica, así se aseguran
recursos económicos, tecnológicos y
profesionales en sitios que tienen
un requerimiento inmediato por
atraso no sólo en las variables
mencionadas, sino también en sus
condiciones generales de vida y, en
particular, educacionales y
alimentarias.
La gravedad de un sistema
desactualizado es incalculable, y
comienza con el error de base de
ignorar el hecho de que los
escenarios y las situaciones -y en
consecuencia las dificultades que se
plantean- cambian constantemente. El
análisis se hace también necesario
en otros términos, es decir, lograr
una actualización del funcionamiento
del sistema a las necesidades
actuales y a la permanente variación
y desafío que nos presenta la
evolución de la asistencia de la
salud y la enfermedad.
Un solo dato sirve para dar cuenta,
por ejemplo, de la necesidad del
Área Metropolitana de Buenos Aires
(AMBA): más del 60% de los pacientes
que se atienden en los hospitales
públicos porteños residen en la
provincia de Buenos Aires. Entonces,
¿por qué es tan difícil coordinar
políticas públicas de salud que
favorezcan a toda la población? Una
vez más reclamamos que el recurso
humano, la tecnología y la
estructura edilicia se articulen
adecuadamente, complementándose y
coincidiendo para que el equilibrio
no se rompa.
Por lo tanto, es necesario crear un
espacio de trabajo conjunto que
aglutine al AMBA y que desde ese
lugar se tomen las medidas
necesarias para que los pacientes
reciban la atención adecuada y que
no se malgasten recursos en
situaciones que podrían resolverse
simplemente con un férreo trabajo
organizado.
Después de evaluar la situación y
planteado un objetivo, sigue la
elaboración de un plan para
alcanzarlo. En lo referente a la
salud pública, los médicos sabemos
cuál es ese objetivo, y queremos y
debemos ser parte de la confección
de dicho plan y su aplicación. Mucho
hemos escuchado opinar a aquellos
que creen saber cómo encaminar un
sistema, basados en lo aprendido a
través de algún curso. Aseguramos
que se necesita mucho más que eso, y
que la experiencia del equipo de
salud es una herramienta
irreemplazable. Esta es solo una de
las razones por las que exigimos ser
parte del crecimiento que nos lleve
a dar ese salto de calidad tan
esperado.
Asimismo, apuntamos a que la
discusión en torno a la demora de un
nombramiento, la falta de un insumo,
los edificios inapropiados y sin
personal que los haga funcionar, las
demoras en actualizar y mantener la
tecnología, etc., se vuelvan parte
de la vieja política. Solucionar
estas cuestiones es un requisito
ineludible para poder abocarnos de
lleno a otras cuestiones.
El futuro está en la discusión
acerca de las especialidades
críticas, el AMBA, la oportunidad de
acceso y la resolución en tiempo y
forma de las patologías, la
fecundación asistida, las redes y
programas que atraviesan las
regiones manejadas por médicos
formados en la temática, el refuerzo
del accionar de los hospitales
psiquiátricos, las adicciones, la
duración óptima de las guardias,
entre otros temas.
El trabajo bien orientado en estas
áreas no sólo repercutirá en la
mejora de las condiciones y
medioambiente de trabajo sino que
aumentará la calidad de atención al
paciente, que, recordemos, debe ser
el eje fundamental de cualquier
política pública que se quiera
implementar.
Estos desafíos que deben enfrentar
los gobernantes ya elegidos deben
ser tomados como parte prioritaria
de sus plataformas de gobierno. La
salud pública es un derecho que día
tras día debemos cuidar y
fortalecer. Nosotros, los médicos,
ponemos todo nuestro saber y
experiencia al servicio de la salud
pública de calidad que es parte de
esa Argentina que todos soñamos.
El camino es largo y arduo, y por
eso queremos participar y discutir
pensando y comprometiéndonos con el
hecho de que en cada esfuerzo de
nuestra lucha diaria está el germen
de la salud pública del futuro.
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