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Con la participación de 1.669
empresas de todo el mundo,
comenzaron a obtenerse los
resultados finales de la Encuesta
Staying@work, una compulsa global
que Towers Watson realiza cada dos
años y que tiene por objetivo
conocer las tácticas y estrategias
que utilizan las organizaciones más
exitosas para mejorar la salud y la
eficacia de la fuerza de trabajo,
vinculando a su vez esos resultados
con el éxito financiero de las
empresas.
Seguidamente señalaremos algunas
cifras que nos revelan lo importante
de la muestra:
-
34% de los empleadores
encuestados tienen más de 10.000
empleados.
-
73% de las empresas
participantes poseen su fuerza
de trabajo localizada en
diferentes países y operan en
todos los sectores de la
economía.
-
34 países encuestados.
-
Cuatro grandes regiones
representadas: América del
norte, Europa, Asia Pacífico y
Latinoamérica.
Y
lo más importante…de las casi 1.700
empresas participantes, 40
pertenecen a la Argentina. De esta
forma, por primera vez, empresas de
nuestro país participan de esta
compulsa y pueden comparar sus
resultados con otros países, con
otras regiones y naturalmente con
las tendencias globales.
Una de las conclusiones más
interesantes de la encuesta es que
el compromiso de las organizaciones
con los Programas de Salud y
Productividad se irá incrementando
en el futuro próximo. En efecto, con
un indicador del 77% a nivel global,
las empresas han señalado que dicho
compromiso se incrementará -o se
incrementará significativamente-
desde aquí al año 2018.
Si bien ubicada algo debajo del
promedio del 77%, la Argentina se
ubica con un significativo 70%,
demostrando así que no es ajena a
estos cambios que se están
produciendo globalmente.
Naturalmente amigo lector, las
corporaciones no son una ONG. Todo
este “movimiento” precisamente se
denomina “salud y productividad”,
siendo uno de los motores que lo
impulsan, los resultados de las
mediciones respecto del compromiso
de los empleados. En efecto, las
mediciones señalan que los empleados
que creen que su empleador ofrece
buenas herramientas y recursos que
contribuyen con su salud, se
encuentran prácticamente 4 veces más
comprometidos con la organización
que aquellos que no lo perciben.
En dirección opuesta, los empleados
que no consideran recibir una
variedad de iniciativas que los
ayuden a tener un estilo de vida
saludable, tienen un 30% más de
probabilidades de presentar altas
tasas de ausentismo.
Ahora bien ¿Qué hacen las empresas
altamente efectivas para desarrollar
una cultura de salud organizacional?
La encuesta ha detectado acciones de
importancia que son comunes a estas
empresas entre las cuales se
destacan:
-
Se incluye la salud y
productividad en las metas
organizacionales y en sus
valores.
-
Se fomenta que los empleados
ofrezcan sugerencias para
cambiar el ambiente de trabajo y
mejorar su bienestar.
-
Se audita el ambiente laboral y
los Programas de Salud y
Productividad para estar
alineados con la cultura.
-
Se ofrecen Programas para
mejorar el ambiente psicosocial
en el trabajo.
-
La Gerencia cuenta con
herramientas para apoyar sus
esfuerzos para promover la salud
y productividad.
-
Se invita a los miembros de la
familia del empleado a
participarar en programas y
actividades.
-
Se aplican estrategias de
medición para realizar una
evaluación continua de los
programas.
Y
con relación a este último punto
debemos señalar que la encuesta
revela que las empresas que no
tienen articulada una estrategia de
medición de resultados de los
programas, son 2 veces más propensas
a identificar la falta de
presupuesto como un obstáculo para
apoyar una gestión de salud
efectiva. Es decir que la métrica no
es un tema menor, ya que
considerando que a nivel global sólo
el 22% de las empresas la utilizan,
las consecuencias de la falta de
medición, son las limitaciones
presupuestarias que refieren la
mayor parte de las compañías.
Seguramente el desarrollo de los
programas traerá también aparejado
el desarrollo de sus métricas. Hasta
aquí, las estrategias más utilizadas
como forma de medición son:
-
El uso de datos de prevalencia
de enfermedades para la toma de
decisiones en el diseño de los
programas de salud.
-
La medición de la participación
activa y del compromiso de los
empleados/cónyuges en los
programas.
-
Compartir métricas de desempeño
de los programas a nivel de
gerencias locales y de gerencias
regionales.
-
Uso de los datos para
identificar individuos (o sub-
grupos) a los cuales dirigir
programas específicos de salud y
bienestar.
-
Medir el impacto demostrado por
los programas en la
productividad de la empresa
(ej.: ausentismo).
En resumen, podemos decir que en
medio del estrés en que se vive en
las corporaciones, hay una brisa
nueva: más allá de que siempre ha
sido un objetivo el incremento de la
productividad de la fuerza laboral,
hoy también hay una fuerte tendencia
a nivel global para que las personas
sean más sanas y puedan vivir mejor
en entornos laborales saludables.
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