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Sumisión química (III)
Historia de un detective
(Edward Dmytryk - 1944)
Título original: Murder, My Sweet.
País: Estados Unidos.
Año: 1944.
Director: Edward Dmytryk.
Música: Roy Webb.
Fotografía: Harry Wild.
Guión: John Paxton a partir de la novela Farewell, my
lovely de Raymond Chandler.
Intérpretes: Dick Powell, Claire Trevor, Anne Shirley,
Otto Kruger, Mike Mazurki, Miles Mander, Douglas Walton,
Don Douglas.
Color: blanco y negro.
Duración: 95 minutos.
Género: cine negro, intriga, policíaco, crimen.
Productora: RKO Radio Pictures.
SINOPSIS
La película es una de las adaptaciones de la novela de
Raymond Chandler. El detective Philip Marlowe tiene el
encargo de encontrar a Velma, una bailarina que había
trabajado en un club nocturno y novia de un criminal
recién salido de prisión. Las investigaciones que lleva
a cabo lo colocarán ante situaciones peligrosas al
adentrarse en un mundo turbio, de personajes oscuros. En
una de estas situaciones es intoxicado con escopolamina,
lo que le produce intensas percepciones alucinatorias.
ANÁLISIS CRÍTICO
En el contexto del presente análisis la principal
secuencia de interés es la que muestra los efectos de la
intoxicación escopolamínica (min 45). La película
muestra la percepción distorsionada de la realidad que
sufre Marlowe, especialmente el período alucinatorio y
la desestructuración de la realidad causada por la
sustancia que le administran. En esta escena, un médico
le inyecta escopolamina durante un interrogatorio.
Marlowe se siente como en una pesadilla, con imágenes
distorsionadas, con túneles y puertas que a su paso se
hacen más pequeñas, acompañado del miedo de que le
quieran inyectar de nuevo. Adicionalmente, durante la
misma escena, describe que tiene la percepción de verse
rodeado de telarañas y de nubes de humo. Marlowe refiere
que desea dormir, se siente muy cansado, le duele tragar
y sus manos son percibidas como un manojo de bananas.
Pese a toda la confusión, es consciente de que le habían
inyectado algo, aunque no sabía qué. Las alteraciones
son tan intensas que casi le llevan a un episodio
psicótico. A pesar de que en la película no queda clara
la administración de la escopolamina, en la obra,
Chandler refiere que la escopolamina posee una
reputación injustificada de tener la capacidad de
producir confesiones involuntarias en quienes la
recibían, como una sustancia utilizada habitualmente
como ‘suero de la verdad’. Geis (3) publicó hace algunos
años una interesante revisión histórica sobre los
supuestos efectos de la escopolamina para facilitar
confesiones en los interrogatorios. Esta sustancia tuvo
cierta fama durante las décadas de 1920 y 1930, en las
que fue desplazada por el empleo de barbitúricos (tiopental
sódico).
Para el tema del presente artículo, existen numerosas
referencias que describen los efectos psicotomiméticos
de la escopolamina, incluso a dosis terapéuticas. El
delirio que produce se caracteriza por estupor,
confusión absoluta y pensamientos confabulatorios.
También son comportamientos comunes las conversaciones a
tiempo real con personas imaginarias, actos complejos
que requieren múltiples etapas (vestirse, por ejemplo) y
de repente descubrir que ni siquiera había comenzado
todavía, y no ser capaz de reconocer su propio reflejo
en un espejo. Algunas de estas circunstancias se
observan en las escenas de la película que ilustran
claramente los profundos efectos de la escopolamina
sobre la percepción.
Enlaces:
http://www.filmaffinity.com/es/film395083.html
http://www.imdb.com/title/tt0495025
Referencias
1. Mateus JA et al: El lado oscuro de los fármacos en el
cine. Rev Med Cine 2015; 11(2): 87-96.
2. Laurence DR, Bennett PN, Brown MJ. Clinical
pharmacology. 8a ed. New York: Churchill? Livingstone,
1997; p. 149?150.
3. Geis G. In scopolamine veritas. The early history of
drug? induced statements. J Crim Law & Criminology 1959;
50:347?356.
* El autor agradece el valioso aporte de JA Mateus et al
(ref.1
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