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La
epidemia del dengue y los casos de
zika que se registraron a lo largo y
a lo ancho del país volvieron a
encender la alarma en la sociedad y
pusieron al sistema de salud en
estado de alerta.
Desde la Asociación de Médicos
Municipales colaboramos activamente,
no sólo con todo el personal
trabajando arduamente en los
hospitales públicos, sino también a
través de aquellos profesionales que
son palabra autorizada para llevarle
a la población la palabra exacta,
explicando y transmitiendo los
consejos necesarios ante este cuadro
de situación que suele replicarse
cada tanto en nuestro país.
En este sentido, la AMM considera
que estamos ante una grave situación
que requiere la atención de todos,
de la sociedad, las autoridades y de
nosotros.
Muchas veces hemos transmitido la
necesidad de la prevención y de la
anticipación por parte de las
autoridades porque que cuando la
epidemia comienza a asomarse ya es
tarde y es ahí cuando entra a tallar
el otro eslabón de cadena que tiene
que ver con la capacidad edilicia,
las camas y todo lo relacionado con
las prioridades del paciente y de
los profesionales de la salud.
Si bien es cierto que en los últimos
años se ha hecho mucho es indudable
que cuando se trata de salud siempre
tiene que ser un poco más porque son
este tipo de episodios los que,
sumado al trabajo del día a día,
exigen a todos los que somos parte
del sistema.
De este modo, reiteramos nuestro
reclamo exigiendo que se termine con
la burocracia de los nombramientos,
porque de otra forma no se puede
seguir brindando una salud pública
de calidad. Es imprescindible que se
solucione esta situación que es la
responsable de la falta de recursos
humanos en la guardia, en UTI, UCO,
neo y otras por la demora de meses y
años en sus designaciones.
Las terapias intensivas no pueden
continuar trabajando como lo hacen
actualmente. Así como es muy
importante reforzar el primer nivel
de atención, también se deben
equipar a todos los hospitales con
las camas y la tecnología necesaria.
Esto no es sólo un reclamo nuestro
sino de toda la población. Nuestro
hospital público es referencia en la
Argentina, y somos nosotros los que
hicimos esos hospitales públicos, en
las salas, en los quirófanos, en los
consultorios, y no en los
escritorios.
Las guardias tienen varios problemas
a solucionar. Entre ellos, la
estructura, las demoras en los
nombramientos y la falta de
concursos. Queremos las condiciones
necesarias para poder trabajar
porque somos nosotros los que
estamos al frente de estos
servicios, los que padecemos la
violencia en cada uno de los
hospitales.
Necesitamos un equilibrio entre lo
edilicio, lo tecnológico y los
insumos porque si no existe una
política pública de salud de Estado
que aglutine y organice todo esto,
es muy difícil funcionar
correctamente; no permitiremos que
nos responsabilicen por el mal
funcionamiento si no nos dan los
elementos en tiempo y cantidades
necesarias.
Esto también ayuda a prevenir ya que
ante una epidemia podemos estar
mucho más fuertes y preparados,
porque hoy es el dengue y dentro de
pocos meses será el invierno el que
nos traiga la bronquiolitis y otra
vez tendremos un sistema saturado
con elevado nivel de demanda; por
eso debemos definir las prioridades
y la fundamental es dotar al sistema
de todos los recursos humanos y
tecnológicos para hacer frente a
estas problemáticas: esto es
política de salud.
Somos optimistas y no vamos a bajar
los brazos. El Jefe de Gobierno
decidió que alguien de las entrañas
de la AMM y del sistema conduzca el
ministerio. Porque ese lugar sólo lo
puede conocer quien está en un
hospital público; sólo se aprende
desde adentro del hospital. Y es
necesario decirlo en este momento en
el que hay nuevos gobiernos, nuevos
proyectos, los que acompañaremos
siempre que las políticas que se
definan estén dentro de las
convicciones de médicos municipales
y que tengan como objetivo una mejor
salud pública con una óptima calidad
de atención.
Por eso, una vez más solicitamos una
política pública de salud de estado
que beneficie al paciente y al
hospital público con criterios
sanitaristas y no solo
administrativa, es decir hecha por
aquellos que entienden la
problemática por vivirla desde
adentro y no solo
administrativamente y no por los que
acercan ideas basándose en estudios
de escritorios y no en la formación
especializada y con experiencias en
donde se va a actuar.
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