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El Sistema Nacional
del Seguro de Salud atiende a una
población que asciende a más de
veinte millones (20.000.000) de
personas. Ese número se va
acrecentando con el correr del
tiempo. El cuadro que se acompaña
incluye la información oficial
emitida por la Superintendencia de
Servicios de Salud en su página web
para el mes de abril del corriente
año 2016.
Como
puede apreciarse las poblaciones más
numerosas de acuerdo a esta
descripción la componen los
trabajadores en relación de
dependencia y los jubilados y
pensionados que se encuentran en el
Instituto Nacional de Servicios
Sociales para Jubilados y
Pensionados (Pami), ambos con sus
grupos familiares incluidos.
Pero allí se ven también otros
grupos que no representan
porcentajes importantes sobre ese
total, pero que se conocen como
“poblaciones vulnerables”. En este
grupo podemos considerar a los
pequeños contribuyentes (monotributistas),
a los jubilados que han optado por
salir del Pami, al personal
doméstico y a los beneficiarios del
seguro de desempleo.
En el cuadro que sigue, se pueden
ver las incidencias porcentuales de
cada uno de ellos sobre el total de
la población cubierta y podemos
concluir -rápidamente- que no se
trata de un grupo ni numeroso ni
considerable.
Así, los monotributistas -junto con
los monotributistas sociales- no
superan el cinco por ciento (5) del
total, los jubilados que han optado
por continuar en sus obras sociales
representan casi el dos por ciento
(2%) de los veinte millones,
mientras que los beneficiarios del
seguro de desempleo ascienden a un
poco menos del uno y medio por
ciento (1,5). Finalmente, los
incluidos en el régimen de servicio
doméstico no llegan al uno por
ciento (1%) del total.
Podemos entonces concluir que la
sumatoria de todas estas poblaciones
descriptas precedentemente no
alcanza a sumar el diez por ciento
(10%) del total de los usuarios
cubiertos por las Obras Sociales
Nacionales.
Ahora bien, esta exigua
representación porcentual del padrón
no se condice con los datos que las
entidades tienen respecto del
consumo que generan dichas
poblaciones, ni con los recursos con
que cuentan para brindar las
prestaciones médico asistenciales.
Respecto de los fondos generados por
cada una de estas poblaciones para
la cobertura, el cuadro siguiente
señala cuál es el ingreso de cada
uno de los componentes descriptos
que perciben las obras sociales, a
veces a cargo de los propios
usuarios (monotributo) otras a cargo
de terceros (el Pami en el caso de
los jubilados).
Vemos entonces que todos estos
grupos generan recursos muy por
debajo de la media establecida en el
Sistema para los trabajadores
activos. Es decir, las obras
sociales que atienden a estas
“poblaciones vulnerables” perciben
importes que no alcanzan para
brindar las prestaciones médico
asistenciales contenidas en el
Programa Médico Obligatorio y las
leyes especiales.
Hay distintos trabajos efectuados
por reconocidos profesionales en la
materia que acreditan que ha
existido una transferencia de
recursos de los aportes y
contribuciones de los activos hacia
estos grupos. Como ejemplo, basta
considerar que la cápita que
transfiere el Instituto hacia las
obras sociales que atienden
jubilados es de $ 192, para otorgar
el Programa Médico Obligatorio.
Entonces, cabe la pregunta si se
trata de poblaciones vulnerables o
de obras sociales vulnerables
refiriéndonos a aquellas que
atienden a estas poblaciones con
gran demanda prestacional y muy
bajos recursos.
Consideramos que hace falta una
modificación (léase actualización)
de los valores capitados
correspondientes a cada uno de estos
grupos. En este sentido, la
propuesta desde el punto de vista
económico podría fijarse en aquellos
valores mínimos que el Sistema
establece para los trabajadores
activos. En este sentido, la
resolución 28/2016 de la
Administración Nacional de la
Seguridad Social dictada este año,
establece la base mínima imponible
para el cálculo de los aportes y
contribuciones de los trabajadores
en relación de dependencia y a ellos
debieran llevarse las cápitas y
cuotas que abonan estos grupos.
Si esto no ocurre, o se busca otro
mecanismo de actualización los
vulnerables no serán esos colectivos
sino
las obras sociales. |