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¿DÓNDE ESTAMOS?
La realidad actual nos encuentra en un momento especial
en el cual se están sucediendo cambios, y en donde es
esperable que muchos otros más sucedan en el corto
plazo.
La Industria Farmacéutica lejos está de lucir como un
todo homogéneo, siendo fácil advertir que los temas
centrales que nos ocuparán en el futuro inmediato
producirán una inevitable confrontación de intereses
entre las Cámaras del sector.
Parte de nuestra industria nacional, que ha sido
dominante con los medicamentos de síntesis, comenzará a
ver amenazada su hegemonía a partir del ingreso de los
medicamentos biológicos, de creciente y sostenido avance
en el mercado mundial.
Esta novedosa circunstancia exhibe un sinnúmero de temas
sobre los cuales, todos los que tenemos legítimo interés
en el sector, deberemos involucrarnos: marco legal,
regulación sanitaria, financiamiento y, en lo que a
nuestra profesión respecta, las cuestiones relativas a
incumbencias y competencias al momento de su aplicación
o dispensa.
Aun sin tener claro el panorama para los biológicos y/o
biotecnológicos, también se deberá atender la posible
aparición de los biosimilares, otra cuestión de gran
actualidad en cualquier país del mundo con total
independencia de su posición o riqueza (USA, Colombia,
India, España, Chile, etc.).
En tal escenario, resultará vital que los farmacéuticos
y sus instituciones ocupen los espacios necesarios para
garantizar su inclusión participativa, evitando el
relegamiento o la simple exclusión en tales temas.
Como antecedente cercano, es bueno recordar que las
Instituciones Farmacéuticas no se han caracterizado por
asumir posturas proactivas ante los cambios. Sólo para
ilustrar lo afirmado, baste recordar que ante los
drásticos cambios operados en la década del 90, su
inacción y una legislación perniciosa propiciaron la
aparición de otros actores (procedentes del sector
financiero) que formaron redes, mandatarias, empresas
privadas de cobertura social y tantas otras figuras más,
apropiándose de buena parte de los negocios que pasaban
por las farmacias.
Y es esa la matriz en la que se ha construido el actual
estado de cosas, las que generan los problemas sobre los
cuales algunos sólo eligen quejarse y otros tomamos la
opción de enfrentar con ideas y trabajo.
Fue a consecuencia de tal situación que, quienes
constituimos FEFARA, nos vimos en la necesidad de optar
por el único camino que permitiera evitar nuestra
extinción: cambiar, para subsistir.
¿QUÉ HACEMOS?
Las circunstancias actuales vuelven a darle vigencia a
nuestras más profundas convicciones, base sólida donde
se sustenta FEFARA: los farmacéuticos debemos
involucrarnos en la gestión de los contratos como única
alternativa para el logro del interés del conjunto, en
pos de:
-
Procurar
la sustentabilidad de nuestras farmacias.
-
Facilitar el acceso al medicamento a toda la
población.
-
Propiciar el uso racional del medicamento.
-
Asistir al financiador en la utilización eficiente
de los escasos recursos que dispone.
La
salida es gestión y más gestión. Triste y pobre papel
haríamos, asumiendo el rol de cobradores de terceros a
cambio de unos pesos para funcionar.
De todos modos, es crucial tener presente y observar
algunos conceptos ineludibles a la hora de encarar la
acción.
El objetivo central será siempre trabajar para asegurar
por todos los medios a nuestro alcance, la
sustentabilidad y permanencia de nuestra red nacional de
Farmacias. Pero, para ello, resultará necesario:
-
Tener una visión global del escenario y de los
actores que participan en la construcción de la
realidad.
-
Hacer una evaluación ajustada de nuestras
fortalezas, carencias, oportunidades y amenazas.
-
Evitar quedar atrapado en la simple queja o denuncia
de situaciones injustas.
-
No
caer en la tentación de hacer discursos demagógicos,
que nada aportan y mucho dañan.
-
Bajo ninguna circunstancia caer en la mentira,
generando en nuestra gente infundadas expectativas
de mágicas soluciones, para problemas de larga data
y difícil resolución.
-
Muy por el contrario, procurar en todo momento la
formulación de propuestas alternativas, que
contemplen no sólo los legítimos intereses de
nuestro sector, sino los de la sociedad toda.
Con
estas premisas a la vista, y desde el inicio de gestión
de las nuevas autoridades en Pami, venimos procurando
modificar algunos de los aspectos más desfavorables para
el conjunto de nuestras farmacias.
Ello está siendo posible, en primer término, por nuestra
decisión e insistencia,… pero también gracias a la
receptividad demostrada por esta nueva conducción, lo
que nos ha permitido una lógica de frecuentes encuentros
de trabajo en procura de generar alternativas, luego de
más de una década sin lograr ser atendidos por los
funcionarios que alternativamente ocuparon este lugar.
El camino no será corto, ni las soluciones llegaran
mágicamente… pero consideramos que estamos donde tenemos
que estar, haciendo lo que debemos hacer.
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