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La Medicina en el Cine


 Autor: José Moviola - jose.moviola@yahoo.com.ar

 
El cáncer en el cine II*

Ahora o nunca
(Bob Reiner - 2007)


Título original: The buckett list.
País: Estados Unidos.
Año: 2007
Director: Bob Reiner.
Música: Marc Shaiman.
Fotografía: John Schwartzman.
Guión: Justin Zackham.
Intérpretes: Jack Nicholson, Morgan
 Freeman.
Género: Comedia dramática.
Producción: Bob Reiner.

SINOPSIS
Su título, no muy fácil de traducir, dice algo así como “la lista de los finados”, pues la expresión kick the buckett equivale a “estirar la pata”. Y se lo tradujo más por el sentido argumental como “Ahora o nunca” o “A punto de partir”. El planteo responde a los viejos cánones del naturalismo, al encerrar en la misma habitación de un hospital a un multimillonario (quien, entre otras muchas propiedades y empresas, es el dueño de ese centro médico) y a un mecánico de automóviles, para peor de raza negra. Eso le permite al guionista Justin Zakham y al director todos los efectos contrastivos del caso. (1)

Análisis crítico
Edward (Jack Nicholson) no ha hecho sino ganar dinero fácilmente desde los 16 años y se ha casado cuatro veces, aunque sólo le quedó de todos una hija, de la cual está distanciado.
Su secretario lo alimenta con una dieta gourmet, pero que, recién operado, le provoca vómitos. Y es particularmente cínico. Su opuesto es Carter (Morgan Freeman), quien empezó a estudiar en una universidad modesta y luego, como consecuencia del matrimonio y del nacimiento de los hijos, sepultó sus sueños de ser historiador (varias veces demuestra tener lecturas al respecto) en un taller mecánico.
En cuanto a tales sueños, recuerda que un profesor de filosofía les sugirió que hicieran una lista con ellos, para ver si los podían cumplir.
Si bien pareciera, por los datos anteriores, que la apertura se encarga de oponerlos absolutamente, comparten cosas. Sobre todo, la insatisfacción respecto de cómo vivieron. Por eso, cuando Carter redacta su lista, la encabeza con estos propósitos: presenciar algún espectáculo natural majestuoso; hacerle bien a alguien desconocido y reír alguna vez hasta llorar, Edward recoge del piso el papel abollado con esos deseos, los descalifica y reemplaza por otros, como saltar al vacío en paracaídas, manejar un automóvil de carrera y tener sexo con jóvenes atractivas.
Deciden suspender sus tratamientos para cumplir tales objetivos y como Edward es el banquero, comienza por los suyos. Carter lo sigue, menos en el de involucrarse con otra mujer, porque ama a la suya. Ese valor de la vida familiar está reforzado en la película hacia el final, cuando Carter consigue que Edward visite a su única hija y bese y acaricie a su nieta en vez de hacerlo con alguna alternadora paga.
En los viajes por el Cairo, Tanzania o África, cumplen el primer deseo de Carter. Respecto del segundo, Edward reconoce que lo cumplió con él: “me salvo la vida y lo supo antes que yo”. Pero, a la vez, atribuye a un “milagro de Dios” la remisión inesperada de su cáncer. El argumento no supera esa paradoja según la cual el cáncer puede superarse modificando actitudes o, por lo contrario, algunos se salvan y otros no por mandato divino. (1)

Referencias
1. Romano, E.: Cáncer, imaginario social y filmografía. Rev. Med- Cine. 2016; 12 (1): 33-46,

* El autor agradece el valioso aporte de E. Romanol (ref.1).


 

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