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Pareciera que todo funciona de
maravillas, al menos ése es el
mensaje político que se repite en
los discursos… pero, en realidad,
¿funciona?, ¿dónde están las
maravillas que nadie logra ver?,
¿por qué la realidad del poder no
coincide con la realidad del pueblo?
¿Por qué hay un desajuste
significativo entre la visión de la
calle y la interpretación política
de las falencias?... indudablemente
la “máquina de impedir” instalada en
el estado, logra bloquear los
accesos y hasta se da el lujo de
corregir las aberraciones de la
lente, proclamando una realidad que
dista de las necesidades de las
personas, sean éstas pacientes o
profesionales de la salud y/o la
educación… y la contradicción
“oficializada” se repite hasta el
hartazgo hasta que las víctimas se
agotan, se abruman, se frustran, se
cansan, y abandonan, desde una
enfermedad hasta un tratamiento,
transformándose en fábricas de
costos ocultos, esos que nadie
anota, que nadie percibe, que nadie
tiene en cuenta, pero que hacen daño
catastrófico en todas y cada una de
las estructuras del gasto social
tanto como del gasto público,
habilitando al estado ausente a
negar lo evidente, y dejando una vez
más, a las víctimas, libradas a sus
respectivas suertes.
Tal vez se podría aseverar que el
sistema de coberturas solidarias
funciona adecuadamente en el ámbito
sindical, a veces sí, a veces no,
pero los grises son muchos y no
siempre las cosas suceden según el
sentido de oportunidad de las
necesidades. De allí que los
reclamos aparezcan desde todas las
geometrías y desde todos los ángulos
sociales, sin recibir una sola
respuesta adecuada a la demanda,
generando un universo de “demandas
contenidas” que alguna vez, algún
día, terminarán creando un gasto
intangible que alguien entenderá
como “catastrófico”, y en tal
condición será rechazado para luego,
inmediatamente, transformar una
muerte evitable en otra inevitable…
que conllevará aristas de costos
invisibles que se hundirán en el
océano de las necedades, o en el mar
de las negligencias, para ser
rápidamente licuados por otros
dramas que se suceden sin solución
de continuidad, matando siempre al
mensajero… justamente, para que
nadie recuerde cuál era el mensaje y
sus contenidos.
¿A algún estamento político le
interesa la salud pública?, sí en el
discurso, no en la práctica de los
actores invisibles que se ven
impedidos de ejercer sus roles…
porque cuando los recursos están en
los papeles (presupuestos oficiales)
pero no en donde se necesitan, otra
vez los daños se vuelven
catastróficos, porque al perderse el
sentido de oportunidad, los costos
se multiplican sin que la “máquina
de impedir” habilite a su detección,
y sobre todo, sumando asignaturas
pendientes a necesidades cada vez
más insatisfechas, que curiosamente
conducen siempre a que lo “evitable”
derive a algo “inevitable”.
El sistema de salud tiene más
agujeros que masa de queso. Cada
agujero es un “invisible” que
desagrega valor, restando respuestas
que suman al universo de las
invisibilidades. Siendo que los
“invisibles” conforman grupos
expansivos de gente deambulando por
respuestas (una variable de ajuste
despreciada desde el poder político
siempre a resguardo de argumentos
que mueren la excusa)… al tiempo que
otros invisibles con
responsabilidades profesionales,
recorren pasillos mendigando por
aquello que les corresponde por
derecho de ejercicio y por
obligación de un estado de derecho
que se ha olvidado tanto de los
derechos ciudadanos como de los
otros, los humanos, dando lugar a
una judicialización imprudente que
agrava el daño y todas sus
magnitudes para obtener, luego,
ningún resultado. En medio del burn
out instalado desde y por la
“máquina de impedir” del estado
ausente, aparece un maremagnun de
gastos intangibles que se devoran a
los que intentan acudir al sistema
que nadie sabe dónde está, aunque sí
existe absoluta conciencia social de
que finalmente… ése mismo sistema
terminará sacándose de encima sus
responsabilidades, comiéndose los
derechos de las personas que serán
violadas, una vez más por los
desaciertos de políticas a impulsos,
repletas de voluntarismos que no
conducen a ninguna parte. No sólo
parece patético, en esencia lo es,
al menos sí para las víctimas...
seguramente no para los victimarios
de ocasión.
Traducido al español moderno… si
careces de alguna cobertura social
solidaria sindical, estás frito… no
estás en las estadísticas ni tampoco
formas parte de los indicadores, por
ende, eres invisible y, por lo
tanto, sacrificable. ¿Cuántos
argentinos hay dentro de esta
condición?, vaya uno a saberlo. No
hace falta inventar nada, todo está
a la vista de quien lo quiera ver.
Vale la pena repetirlo… en salud se
invierte… el gasto da forma a lo
invisible que fue omitido en la
consideración presupuestaria por
sencilla desidia política, y allí es
donde el daño se vuelve
catastrófico.
El otro día me cae uno de los tantos
trabajos españoles sobre todo
aquello que la clase política no
quiere ni oír ni ver… y mira lo que
descubren… el estudio en cuestión
intenta identificar y estimar las
pérdidas laborales ocasionadas por
las enfermedades y lesiones
ocurridas en España en un año de
referencia (por caso 2009), tomando
en cuenta el análisis de las muertes
prematuras acaecidas, así como la
incapacidad laboral temporal (IT), y
también la incapacidad permanente
(IP). Hurgan en expedientes y de
golpe se estrellan con la triste
realidad que nadie imaginaba… 62.558
muertes prematuras en 2009 generando
909.002 años de vida laboral
perdidos… más de 6 millones de casos
de IT traduciendo 269 millones de
días de baja productiva… casi tres
cuartos de millón de casos de IP
acumulados… que dan forma a una
pérdida productiva del orden de los
42,4 millones de euros, donde un 19%
son muertes prematuras, donde un 39%
son IT´s, donde un 42% contienen a
todas las IP.
Cuando desmenuzas el hallazgo, el
grupo de enfermedades de mayor
impacto en la productividad
pertenecen al sistema osteomuscular
y del tejido conjuntivo, con 9,7 mil
millones de euros (23% del costo
invisible total) … compuesto por 22
millones de euros de muertes
prematuras, 4,5 mil millones de
euros por IT y 5,1 mil millones de
euros por IP. Ni te cuento lo que
aparece con el tema de las
enfermedades mentales y de las
conductas que se llevan la friolera
de 4,4 mil millones de euros… todo
este “cifrerío” representa un 3,93%
del PBI español de ése mismo año!...
¿te imaginas qué sucedería si
nosotros nos pusiéramos a evaluar en
serio los puestos laborales caídos,
la producción comprometida y todo lo
que no se considera por formar parte
de la economía en negro?...
Esto sirve para “darse cuenta” del
daño que produce la omisión, un
efecto que no está en ninguna parte,
y que al no estarlo… es invisible a
los ojos de las negligencias
“oficiales”, pero que curiosamente,
terminan fagocitándose a lo único
que importa: la gente.
BIBLIOGRAFÍA:
1. Los costes invisibles de las
enfermedades. Juan Oliva y Luz Mª
Peña. Departamento de Análisis
Económico y Finanzas. Universidad de
Castilla-La Mancha | 15 - Noviembre
- 2016 15:00 h.
http://www.elmedicointeractivo.com/articulo/tribuna/costes-invisibles-enfermedades/2016111515162410
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2.
http://www.elmedicointeractivo.com/articulo/tribuna/adherencia-terapeutica-opina-medico/20161116160323107215.html
- Adherencia terapéutica. Lo que
opina el médico.
3. Peña-Longobardo L, Aranda-Reneo
I, Oliva J, Valls J. Evaluación de
las pérdidas laborales provocadas
enfermedades y lesiones en España en
el año 2009. Revista de Evaluación
de Programas y Políticas Públicas
2016; 6: 66-85.
4. Oliva-Moreno J, Peña-Longobardo
LM, Vilaplana-Prieto C. An
Estimation Of The Value Of Informal
Care To Dependent People In Spain.
Applied Health Economics and Health
Policy, 2015; 13 (2): 223-231.
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