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¿Cuál era el desafío para el 2016?
Si repaso lo que escribí en el
anuario anterior era lo siguiente:
“trabajar cada vez más y en forma
conjunta con el Organismo de Control
para lograr el equilibrio adecuado
entre el regulador y el regulado”, y
“lograr comercializar nuestros
servicios, contando con reglas
claras, y con la tranquilidad de
poder asumir los riesgos que fueron
debidamente costeados” entre otras
cosas.
Si uno analiza detalladamente lo que
fue sucediendo en el transcurso del
2016 se podría decir que el primer
desafío se cumplió, en parte. Por un
lado, tanto en el Ministerio de
Salud como en la Superintendencia
tenemos interlocutores que entienden
perfectamente la problemática
integral del sistema, y entendemos
que hacen lo posible para garantizar
una equidad que sabemos, es muy
compleja de lograr.
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Para citar un ejemplo podemos
mencionar el aumento de cuotas,
las EMP venimos hace años donde
las paritarias del sector no
podían ser trasladadas a precio,
ni en porcentajes (%), señalando
que ni en vigencias,
generándonos un atraso de
precios que aún hoy lo vemos
reflejado en nuestras cuotas. En
años anteriores nos hemos
esforzado en vano en hacer
entender al organismo de control
que es imposible que el sector
pueda absorber el costo de las
paritarias y de la inflación sin
trasladarlo a la cuota. Este año
funcionó mucho mejor, si lo
comparamos con los años
anteriores. Pero es importante
señalar que el aumento de cuotas
es una actualización de los
valores contra la inflación,
sumado a ello la inflación
médica anual por nuevas
prácticas, medicamentos y
prótesis que llegan al sistema
para quedarse.
Hoy los que formamos parte del
sector encontramos con satisfacción
lo que años anteriores fue imposible
de lograr “diálogo”, que nos
reconforta y nos da esperanza,
porque el diálogo es el inicio de
toda relación humana, personal,
profesional o de opinión. Durante el
2016 logramos dialogar entre todos,
hablar abiertamente de lo creemos
debiera ser el sistema y las
correcciones que tendría que tener
para continuar funcionando
normalmente. Ya es redundante hablar
de la ley de Medicina Prepaga
promulgada en el 2011, la cual debe
ser modificada en función de
garantizar la subsistencia del
sistema de salud privada y que las
empresas puedan volver a tener
rentabilidad. Un sistema que es un
buen ejemplo de lo que significa
reinvertir la rentabilidad de la
compañía, en el caso de GALENO si
miramos años atrás, desde su inicio
fue generando inversión y trabajo,
que es justamente lo que todo país
necesita.
Tomo los ejemplos más recientes, con
una inversión de $700 millones en
tres años, abrimos las puertas de
Trinidad Ramos Mejía, sanatorio en
el que van a trabajar finalmente
1.500 personas. Un sanatorio de
34.000 metros cuadrados, 200
cocheras, 250 suites, 40
consultorios externos sectorizados,
50 posiciones de terapia pediátrica
y neonatología, un piso entero para
maternidad, y un centro de
emergencias que tiene 24 posiciones
de atención simultánea y con la
mejor tecnología del mundo. En
Trinidad Palermo acabamos de empezar
a construir la cuarta torre, un
edificio de 17 mil metros cuadrados
con 100 cocheras, 100 suites sénior
y que contará con el Centro de
Emergencias más grande de Capital
Federal. Estimamos una inversión de
40 millones de dólares y la idea es
llegar a inaugurarla a mediados del
2017.
El segundo desafío que había trazado
se empezó a trabajar, pero va tardar
en verse reflejado el resultado de
ello y todavía hay mucho por hacer.
La inseguridad jurídica continuó
avanzando, estamos hablando de la
Judicialización de prestaciones que
no se encuentran dentro de la
cobertura, y a eso se le siguió
sumando el impacto real que
provocaron las nuevas coberturas,
las coberturas de discapacidad y las
nuevas drogas de alto costo y baja
incidencia. Es necesaria la creación
de un nuevo procedimiento que evalúe
cada caso antes de emitir un
certificado de discapacidad, para
que conjuntamente se trabaje con
todos los que formamos el sistema y
así controlar los desvíos y
garantizar la prestación y la
financiación de los tratamientos. Si
bien la Superintendencia para el
caso de las Obras Sociales sacó la
res.406/2016 para que la
discapacidad se financie
directamente del Fondo Solidario de
Redistribución, es importante
primero evaluar bien de qué forma se
están emitiendo hoy los certificados
de discapacidad.
Volviendo al Sistema de Salud no
tengo duda que como está planteado
hoy tiende a agotarse. Creo que
llegó la hora de que el sistema
ambulatorio se modifique, a mi
entender debiera estar copagado en
su totalidad. Esto ayudará a que el
consumidor al utilizar el servicio
realmente tome conciencia del valor
del mismo, esto genera una
autorregulación en la utilización
que al final del camino es sano para
todos. Esto que menciono no es nada
nuevo, ya que hoy el Plan Médico
Obligatorio también tiene copagos,
esto nos indica que
independientemente del plan que
tenga cada usuario en el sistema, el
sistema debe virar al copago como
una regla general del sistema. Salvo
en el sistema de internación, debe
continuar igual, sin modificación
alguna y por supuesto sin copagos
como funciona actualmente.
En la la Argentina estamos mal
acostumbrados a intentar no pagar o
pagar lo menos posible, pero si
realmente queremos cambiar e ir
construyendo un sistema de salud
distinto y un país distinto, debemos
afrontar nuestras obligaciones, ir
madurando como sistema, como
sociedad y como país si realmente
queremos cambiar de verdad.
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