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Cuentos de Tokio
(Yazujiro
Ozu - 1953)
Sinopsis
Una pareja de ancianos viaja a Tokio para visitar a sus
hijos, pero ninguno de ellos tiene tiempo para
atenderlos, por lo que deciden enviarlos a un balneario.
Cuando regresan, la madre pasa una noche en la casa de
una nuera, viuda de uno de sus hijos. A diferencia de
sus cuñados, Noriko muestra afecto por sus suegros y
conforta a la anciana. (1)
Recientemente se ha querido homenajear el clásico de Ozu
adaptándolo a la vida japonesa actual en un interesante
remake: Una familia de Tokio/Tokyo kazoku (2013) de Yoji
Yamada.
Análisis
crítico
El cine japonés ha sido especialmente sensible a la
vejez, puesto que en su cultura el respeto a los mayores
es una tradición fuertemente arraigada.
La historia comienza con un tren que implica la
distancia y que nos emplaza a emprender un viaje. La
anciana pareja protagonista va a Tokio a visitar a sus
hijos y nietos y a Noriko, la mujer de un hijo que
murió. Muy pronto todos, excepto Noriko, empezaran a
expresar la incomodidad que les supone la presencia de
los ancianos. Ellos son conscientes de la irrupción en
las ajetreadas vidas de sus hijos y son los primeros que
desean a toda costa no ser un estorbo.
Las múltiples obligaciones del hijo médico (internista y
pediatra) impiden, incluso en domingo, cumplir los
planes de visitar juntos la ciudad. Tampoco la hija que
regentea un gabinete de belleza se hará cargo de los
padres.
La solución a la falta de tiempo y de disponibilidad
será proponer a la pareja anciana que pasen unos días en
un hotel junto al mar, que además tiene aguas termales.
Los ancianos aceptan la propuesta e intentan
disfrutarla, aunque no pueden evitar sentirse ajenos a
ese estilo de vida tan alejado del suyo. Empieza a
hacerse presente la nostalgia de su hogar por lo que
deciden volver a Tokio.
Después de una noche llena de incidentes e
incomprensión, la visita llega a su fin. Los ancianos se
marchan en el mismo tren en el que llegaron y, a pesar
de los acontecimientos, se muestran agradecidos por el
trato dispensado por sus hijos y les eximen de ir a
visitarles si les pasase algo, incluso si alguno de los
dos falleciera.
En el viaje de vuelta, la madre se siente indispuesta,
de modo que los ancianos tienen que quedarse unos días
en Osaka en casa de su hijo Keizo. Han podido así ver a
todos sus hijos y nietos. El padre observa los cambios
que se han ido produciendo en ellos: “los hijos nunca
satisfacen a los padres”. Aunque su balance global es
que ambos son unos padres afortunados.
El final de su viaje será triste. Un telegrama informa a
los hijos de Tokio que la madre está muriendo. Acudirán,
junto con Noriko, a su lecho de muerte, todos menos
Keizo, que no llegará a tiempo para despedirse de su
madre.
—La vida tiene que seguir— dice el padre mientras
agradece la presencia de los hijos en el velatorio.
Los recuerdos compartidos se mezclan con el reparto un
tanto egoísta de las pertenencias de la madre. Los hijos
se marchan esa misma noche, todos tienen mucho trabajo
que hacer, incluso un partido de béisbol. Pero Noriko se
queda para hacer compañía al anciano, y justifica la
ausencia de los hijos ante la hija menor que les acusa
de ser crueles, desconsiderados y poco respetuosos. “La
vida es decepcionante”, dice la hija menor.
El mismo tren que inició la película, metáfora del
trascurso de la vida, cierra ahora el último plano. El
viaje continúa. Noriko contempla el paso del tiempo en
el reloj de la que fue su suegra.
Título: Cuentos de
Tokio.
Título original: Tokyo monogatari.
País: Japón.
Año: 1953.
Director: Yasujiro Ozu.
Música: Takinori Saito.
Fotografía: Yushun Atsuta.
Guión: Yasujiro Ozu y Kogo Noda.
Intérpretes: Chishu Ryu, Chiyeko
Higashiyama, Setsuko Hara, So Yamamura, Haruko Sugimura,
Kinoko Niyake, Kyoko Kagawa.
Color: blanco y negro
Duración: 139 minutos.
Género: drama
Referencias
1. Ogando Díaz, B. Geriatría y cine: una mirada desde la
salud. Rev. Med- Cine. 2016; 12 (4): 196-204.
* El autor agradece el valioso aporte de B. Ogando Díaz
(ref.1)
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