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I.
PRESENTACIÓN
Poliarquía Consultores y Prosanity
Consulting se han asociado para
desarrollar un Programa de Estudios
de Salud (Proesa) centrado en el
seguimiento de los factores de
estrés y la atención sanitaria. El
programa se ejecutará mediante un
sondeo de opinión mensual en las 40
principales ciudades del país, que
se implementó a partir de enero de
2017. Con los resultados obtenidos
se elaborará un Índice mensual de
Estrés (IME) para medir la evolución
de los principales factores de
tensión que afligen a los
argentinos. Junto al IME, el estudio
sistemático proveerá información
mensual sobre calidad de la
atención, percepción del estado de
salud, hábitos de prevención,
accesibilidad y cobertura. El
propósito de Poliarquía y Prosanity
es elaborar una agenda de temas
prioritarios para mejorar los
hábitos de vida de la población y el
desempeño del sistema sanitario.
II.
ÍNDICE MENSUAL DE ESTRÉS (IME)
El IME de Poliarquía y Prosanity
arroja un valor mensual en base a
cinco indicadores. Tres de ellos se
refieren a la capacidad de los
individuos para manejar situaciones
conflictivas, mientras los dos
restantes están vinculados a la
calidad del sueño y el nivel de
nerviosismo. El IME varía entre 0 y
10, representando el 0 el mínimo
nivel de estrés y el 10, el máximo.
La primera medición del IME,
correspondiente a marzo, arrojó un
valor de 4,9, ubicándose en la mitad
de la escala para el total de la
población, lo que indica que, en
promedio, los argentinos tienen un
nivel medio de estrés (Ver Gráfico
Nº 1).

Sin
embargo, dentro de esta
homogeneidad, la investigación ha
permitido detectar cuáles son los
argentinos relativamente más
estresados, según variables
sociodemográficas. Así, se registran
valores más altos de estrés entre
los menores de 30 años y entre la
población que tiene estudios
primarios. A la inversa, a mayor
edad y nivel de estudios se observa
una disminución del IME (Ver Gráfico
Nº 2).

Traducido en términos porcentuales,
el valor promedio del Índice indica
la siguiente distribución del estrés
entre los argentinos: el 27%
registra un nivel de estrés alto o
muy alto, el 42% un nivel medio y el
31% un nivel bajo o muy bajo (Ver
Gráfico Nº 3).

Como
se afirmó, el estrés es mayor entre
los jóvenes y la población con menor
educación. Así, mientras que un
tercio de los mayores de 50 años
poseen bajo estrés, entre los
menores de 30 ese valor se reduce a
una cuarta parte. Estas diferencias
se hacen más evidentes al analizar
la información según nivel
educativo: el 42% de la población
con estudios terciarios y
universitarios tiene bajo estrés,
pero entre los de educación primaria
ese valor desciende al 21% (Ver
Gráficos Nros. 4 y 5).

III.
HÁBITOS DE SUEÑO
El sondeo de Poliarquía y Prosanity
muestra que el 51% de los argentinos
duerme 6 horas o menos, valores que
están por debajo de los recomendados
por los especialistas para alcanzar
un descanso reparador. En efecto, de
acuerdo a los resultados, el 44%
afirma que duerme entre 6 y 4 horas,
mientras que el 7% declara que
duerme menos de 4 horas. La
tendencia a dormir pocas horas se
intensifica en la población que
tiene niveles altos de estrés. 7 de
cada 10 personas que están en esa
situación duermen 6 o menos horas.
El resto de la población descansa
las horas adecuadas o aún más: el
40% declara que duerme entre 6 y 8
horas y el 6% más de 8 horas (Ver
Gráfico Nº 6).

No
obstante, el déficit de sueño, el
52% afirma que siempre o casi
siempre percibe que las horas que ha
dormido le resultan suficientes. Por
el contrario, el 48% restante afirma
que sólo a veces, casi nunca, o
nunca, las horas de descanso
nocturno les resultan suficientes
para recuperar las energías (Ver
Gráfico Nº 7).

La investigación sobre hábitos de
sueño indagó también acerca del
consumo de medicación para inducir
el sueño, recetada o de venta libre.
Los resultados indican que el 46% de
los argentinos recurre, con distinta
frecuencia, a este tipo de
prescripción para alcanzar o
mantener el descanso nocturno. De
este grupo, el 16% lo hace siempre o
casi siempre, el 12% a veces y el
18% casi nunca. El recurso a la
medicación para dormir varía
significativamente según el nivel de
estrés. Entre la población con bajo
nivel de estrés menos del 10% toma
medicación para dormir, en cambio,
casi el 60% de los que poseen alto
estrés utilizan este recurso (Ver
Gráfico Nº 8).

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