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La búsqueda del maravilloso pájaro
azul no le resultaba sencilla. Se
había aventurado a lo más profundo
de la selva Amazónica en su
búsqueda. Las descripciones sobre su
belleza justificaban todos los
esfuerzos. Como un primer viaje le
resultó infructuoso, planificó otro
y…luego otro y otro…hasta que
finalmente decidió vender todos sus
bienes para instalarse en medio de
la selva: daría lo mejor de sí,
daría la vida misma si fuera
necesario, para encontrar el pájaro
azul.
Y así pasó sus días, caminando
incesantemente, explorando lugares
nunca antes visitados por el hombre.
Así hasta el final de sus días.
Murió feliz sintiendo que había
hecho todo lo que había querido y
que, tal vez, se encontraría con el
pájaro azul en la otra vida.
Murió feliz sin saber que, en
realidad, el pájaro azul no
existía…es más, nunca había
existido.
Más aquí, en plena ciudad, vivimos
ocupados -y preocupados- todo el
día. En nuestro caso, la crisis del
sector de la salud nos resulta cada
vez más y más preocupante. Y es
interesante, porque si uno habla con
los grandes proveedores de
servicios, particularmente las
empresas prepagas, casi todos ellos
relatan lo crítico de la situación,
las pérdidas que han –o están-
teniendo y lo difícil que ven el
futuro. La utilización creciente, el
uso “rabioso” de la tecnología
diagnóstica, los costos de los
medicamentos –y en particular de las
nuevas drogas, la judicialización
que abre puertas hasta para
situaciones absurdas como la
obligatoriedad de cubrir
medicamentos no aprobados por la FDA
ni por la ANMAT, en fin, todo suma y
suma. Para colmo tenemos un público
ávido –similar en alguna forma al
del circo romano- que aclama cada
nueva norma legal que amplía más y
más las coberturas. En fin, cuentan
un panorama desolador.
Por otra parte, cuando uno habla con
los prestadores de esas entidades
escucha exactamente el mismo
discurso, aunque agravado: si bien
hay quienes han recibido el traslado
de los importantes incrementos que
han recibido las entidades en sus
cuotas, algunos han recibido una
mínima parte de dichos incrementos.
De hecho, ya se presentan
prestaciones en donde la retribución
que reciben es inferior al costo.
Destino inexorable: caída de la
calidad y probablemente el cierre de
muchos de ellos.
Finalmente, cuando uno habla con los
usuarios una proporción importante
–creciente- se queja de los
servicios, de las demoras en los
turnos, de las demoras en la
atención domiciliaria, de los
procesos, de las coberturas
parciales, etc., etc.,.etc. Por
cierto, recuperar la imagen del
sector en la opinión pública
pareciera resultar indispensable.
Desde estas páginas hemos señalado
más de una vez que la cobertura que
brinda el sistema de salud argentino
a través de las Obras Sociales o
bien a través de las empresas de
medicina prepaga es simplemente
estupenda si lo comparamos con otros
países. Aun en los países más
desarrollados como los Estados
Unidos, las coberturas presentan
limitaciones importantes además de
contar con “franquicias” (el
denominado deducible) que se
incrementa año a año -de forma tal
que cada vez la gente tiene mayores
costos- y con copagos en casi todas
las prestaciones. Me toca
interactuar permanentemente con
altos ejecutivos de corporaciones
internacionales y no hay uno que no
muestre su sorpresa por el nivel de
cobertura que brinda el sistema en
la Argentina. De hecho, es llamativa
la gente que viviendo en el exterior
es socia de entidades en nuestro
país.
¿El costo? Bueno, en los Estados
Unidos un plan corporativo de buen
nivel se ubica en los u$s 1.150.-
por cápita…. aquí se pueden llegar a
conseguir por la misma cifra, pero
“en pesos”. (“uno a uno” para
siempre, decía don Domingo)
¿Qué hay en el medio? Allá un médico
cobra u$s 100:- la consulta de un
plan básico y aquí se ubica entre
los u$s 7.- y los u$s 14 dependiendo
del nivel de la entidad que lo
contrate.
Bueno, amigo lector, para que le voy
a contar que opinan y cómo están los
médicos…ya nos hemos referido en
otras oportunidades a esto.
Hace unos meses atrás, precisamente
en esta revista, Julio Diez,
Director Comercial de una de las
empresas prepagas más importantes
del sector, advertía sobre un modelo
agotado.
Si miramos lo que tenemos por
delante en este año, seguramente no
nos equivocaremos imaginando que la
posibilidad de que las entidades
sigan recibiendo la aprobación de
incrementos al ritmo del 2016 es
realmente baja -por no decir
prácticamente nula-, la utilización
se mantendrá alta, la situación de
los prestadores empeorará, los
médicos seguirán degradados con el
modelo actual…y la gente también.
Señores, nuestro pájaro azul sí
existía…pero se está muriendo. Como
dice el viejo axioma: si seguimos
haciendo lo mismo, seguiremos
teniendo el mismo resultado.
¿Alguien tomará medidas para cambiar
el modelo? Es una buena pregunta que
sería mejor que le encontremos una
respuesta...Sin dudas, tenemos mucho
para perder si no lo hacemos y todo
para ganar si lo logramos.
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