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En el contexto actual de la
medicina, la optimización de los
recursos y la mejora de la seguridad
del paciente son imperativos. El
Patient Blood Management (PBM), una
estrategia sistémica, centrada en el
paciente y basada en la evidencia,
se ha posicionado como una
herramienta fundamental para lograr
ambos objetivos.
Más que una simple alternativa a la
transfusión, el PBM busca mejorar
los resultados clínicos de los
pacientes, reducir los riesgos
asociados a las transfusiones y
conservar un recurso tan valioso y
limitado como la sangre alogénica.
El PBM se basa en tres pilares
fundamentales, también conocidos
como las “3 E’s”:
1. Evaluación y
manejo de la anemia y la ferropenia
preoperatorias.
2. Evitar pérdidas
sanguíneas.
3. Evitar la
transfusión innecesaria.
El PBM requiere de un trabajo
transdisciplinario de todo el equipo
de salud que permita detectar los
pacientes en riesgo de quedar
expuestos a transfusiones, que
concientice sobre los recursos
necesarios durante el período de
hospitalización para reducir la
pérdida de sangre, tan simples como
el uso de mantas térmicas en cirugía
o sala de partos para evitar la
hipotermia no intencionada y sus
consecuencias sobre la hemostasia,
como el estricto control del número
de extracciones diarias y volumen de
las mismas (principal causa de
anemia iatrogénica en el paciente
internado).
La evidencia científica ha dejado en
evidencia que hoy pleno siglo XXI
las transfusiones tiene un 50% de
indicación inadecuada evitable y con
serios efectos adversos con aumento
de la morbimortalidad.
Debemos generar conciencia en la
necesidad de preservar la propia
sangre, utilizando todos los
recursos para que el propio cuerpo
pueda responder a la emergencia,
reservando la transfusión para el
paciente oncológico en etapas de
fallo medular y las primeras etapas
del tratamiento del sangrado crítico
de cualquier origen.
La
anemia y la ferropenia: enemigos
silenciosos
La anemia y la ferropenia
preoperatorias son factores de
riesgo modificables de exposición a
transfusiones. La presencia de
anemia ferropénica afecta a más de
2.360 millones de personas alrededor
del mundo siendo la más frecuente,
incluso en sus formas leves.
La misma se asocia con un aumento de
la morbilidad, la mortalidad y la
duración de la estancia
hospitalaria. Un paciente anémico
tiene una mayor probabilidad de
necesitar una transfusión sanguínea
durante o después de su estancia
hospitalaria y más si fue por
motivos quirúrgicos, lo que a su vez
incrementa los riesgos de efectos
adversos como el TRALI (lesión
pulmonar aguda relacionada con la
transfusión) y el TACO (sobrecarga
circulatoria asociada a la
transfusión).
La ferropenia sin anemia es el
déficit nutricional más frecuente
afectando a más de 1.180 millones de
personas alrededor del mundo, siendo
también es un factor crítico. La
deficiencia de hierro compromete la
capacidad del organismo para
compensar la pérdida de sangre, lo
que puede exacerbar la necesidad de
transfusiones, pero además por sus
otras funciones como cofactor de la
síntesis de enzimas mitocondriales,
y de las vías noradrenérgicas
dopaminérgicas y serotoninérgicas
expone al paciente quirúrgico mayor
inestabilidad hemodinámica,
susceptibilidad a infecciones,
delirio postoperatorio, entre otros.
La identificación y el tratamiento
oportuno de estas condiciones,
mediante la suplementación de hierro
(oral o intravenosa) y
eritropoyetina si es necesario, son
pasos cruciales en la preparación
del paciente para cualquier
procedimiento mayor.
Dentro de la población más expuesta
debemos poner en situación
privilegiada a las mujeres en edad
fértil, embarazadas niños y adultos
mayores.
La
salud sanguínea: un concepto
transformador
El concepto de “Salud Sanguínea”,
acuñado por Sherri Osawa del Centro
de Sangre de Canadá, enfatiza una
perspectiva proactiva y centrada en
el paciente. Osawa argumenta que
debemos considerar la sangre como un
órgano vivo, un reflejo de la salud
general del paciente.
El PBM busca no solo optimizar este
“órgano”, sino también mejorar el
estado de salud global del
individuo. Abordar la salud
sanguínea significa garantizar que
el paciente llegue a las situaciones
potencialmente críticas como parto
cirugía sepsis etc., con sus
reservas de hierro y hemoglobina en
niveles óptimos, lo que mejora su
resiliencia y su capacidad de
recuperación.
El
urgente llamado de la OMS y el “Win-Win”
del PBM
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) ha instado a todos los países
a adoptar el PBM como una estrategia
de salud pública. Este llamado
urgente se basa en la evidencia de
que el PBM mejora la seguridad del
paciente y optimiza los recursos
sanitarios. La implementación del
PBM representa una situación de
“ganar-ganar” (“win-win”):
Para el paciente:
disminuye el riesgo de transfusiones
innecesarias, lo que se traduce en
menos complicaciones, una
recuperación más rápida y una
estancia hospitalaria más corta.
Para el sistema de salud:
reduce costos al minimizar el uso de
hemoderivados, disminuir las
complicaciones postoperatorias y
acortar la duración de la
hospitalización.
Para el banco de sangre:
aligera la presión sobre el
suministro de sangre, garantizando
que haya stock disponible para
quienes realmente lo necesiten en
casos de emergencia.
El PBM no es una moda pasajera, sino
una evolución necesaria en la
práctica médica. Al enfocarnos en la
salud sanguínea del paciente y en la
optimización de sus propios
recursos, estamos construyendo un
sistema de atención médica más
seguro, eficiente y centrado en la
persona.
El PBM no es una opción; es un
estándar de atención. Adoptarlo
significa priorizar la seguridad, la
eficiencia y la calidad en la
práctica clínica diaria.
Citas bibliográficas
recomendadas:
OMS (2010):
Transfusion safety and clinical use:
Patient blood management. La OMS ha
publicado directrices y llamados a
la acción que respaldan la
implementación del PBM a nivel
global.
Kotze et al. (2012):
The cost-effectiveness of a patient
blood management programme in a
tertiary hospital setting. Este tipo
de estudios demuestran el impacto
económico positivo de la
implementación del PBM.
Spahn et al. (2019):
The new era of Patient Blood
Management: a multidisciplinary
approach. Numerosos artículos en
revistas como Transfusion y
Anesthesiology destacan la
importancia del enfoque
multidisciplinario del PBM y su
impacto positivo en los resultados
clínicos.
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(*)
Jefa de Hematología Clínica
San Camilo Buenos Aires.
Argentina. Presidenta del
Capítulo Argentino de la
Sociedad Iberoamericana de
Patient Blood Management.
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