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embargo es imposible abordar
el tema prescindiendo del contexto
en el cual transcurrimos Usted y
yo... por
ello, y dado que ya vamos
por la cuarta de la serie y pasarán
otras tantas antes de alcanzar una
conclusión, es que me permito
compartir observaciones sobre la
rutina que nos alcanza.
1. El mundo de los 90, posterior a
la caída del triste Muro de Berlín,
desembocó en una globalización que
ha canibalizado a la raza humana, la
cual hoy por hoy desprecia, olvida u
omite la marginación de no menos de
dos tercios de las gentes que
transcurren sus días bajo la
sucesión de los días. Se habla de la
pobreza, se discursea sobre el
prójimo y sus necesidades, pero la
marginalidad crece geométricamente.
Alcanza con asomarse por la ventana.
2. La inmediata y posterior caída de
la ex-Unión Soviética generó un
agujero negro del poder político que
fue prolijamente ocupado por
intereses económicos sobre los que
no cabe el alma, ya que su único
objetivo es apropiarse de resultados
que no se construyen sino que se
dibujan en la capacidad del Power
Point y sus sucedáneos y
actualizaciones.
3. Lo antedicho ha servido para que
unos pocos vivan muy bien a
costillas y del sacrificio de muchos
que viven muy mal y cada día que
pasa... peor.
4. Se habla del cambio climático, de
la desertización, del calentamiento
global, de la extinción de las
especies que nos alimentan y aun de
las que sirven de alimentos a otros
animales, de la desaparición de las
selvas y los bosques, de las
pasteras que huyeron a Uruguay
porque no querían compartir sus
ganancias con los políticos
argentinos (minucias que no tienen
en cuenta los pobladores de
Gualeguaychú, Colón y Concordia,
aunque tampoco les quita razón al
fondo de sus legítimos reclamos),
sin embargo los intereses del punto
3 están por sobre la posible
extinción de la vida humana ya que
el hoy de aquellos pocos “vivos” y
“oportunistas” se prioriza por el
mañana de los hijos de todos
(nosotros).
5. El Proyecto Genoma Humano abrió
un espacio de poder que la ciencia,
a su pesar o no, consciente o no,
comparte con el poder político que a
su vez es sustentado por el poder
económico que burla permanentemente
el destino de los muchos (nosotros y
los otros). En su seno, muchos de
los que hablan del holocausto de la
Segunda Guerra Mundial, desarrollan
tareas que contradicen el espíritu
de la ética, la filosofía y la
esencia de las ciencias aplicadas,
así como el sentido de la existencia
(de humanos y no humanos). Las
mentes que dieron lugar a aquel
tremendo sacrificio humano, aparecen
hoy apenas como caricaturas ante la
locura que mueve a estas otras
mentes que han transformado a la
Tierra en un gigantesco “campo de
concentración” donde cualquiera
resulta útil a la finalidad
demencial de creerse más poderoso
que Dios.
6. Se habla de la “calidad de vida”
de los pacientes terminales cuando
en muchos de los casos lo único que
se ha hecho es legalizar la
prolongación de su agonía... para
favorecer intereses de sectores
ocupados por personas que requieren
el estar presentes en todas las
fotos para sentirse importantes, aun
a costas del dolor ajeno.
7. Se habla de “equidad” en cuanto a
las oportunidades de salud y
trabajo, cuando a decir verdad dicha
palabra (equidad) es inaplicable a
la práctica de la marginalidad
creciente. Así, aquel viejo precepto
que reza: “salud para todos en el
año 2000”, motiva una sonrisa que
produce una profunda tristeza... ya
que cada vez somos menos con
capacidad de acceso “serio” a la
salud.
8. Las personas, en todo el orden de
la existencia humana, se han tornado
descartables cuando apenas están
maduras para producir sus mejores
obras. Las urgencias ocultan,
eclipsan a las prioridades,
anteponiendo un modelo tipo “gran
hermano” a escala mundial donde,
curiosamente, nadie es hermano de
nadie y todos se traicionan por una
pizca de espacio que les asegure
cinco minutos de poder, no para
ayudar sino para producir
sometimiento en el próximo.
9. Muchas empresas se encuentran
empeñadas en recrear sus historias
cada dos años, de modo que nadie sea
plenamente consciente del pasado
cercano. Así pasan generaciones de
jóvenes deslumbrados por la
importancia del sillón y el
escritorio, que luego van al
sacrificio laboral ya que no pueden
ser parte de la secuencia que
produce el tránsito del ayer al hoy
y de éste al mañana necesario.
Nombres y marcas con tradición están
hoy en capacidad de sacrificar masas
enteras con tal de reducir costos...
Cabría preguntarse: ¿quién comprará
algo cuando todos estén del otro
lado de la necesidad? Acaso, no es
ésta, una clara muestra de
incapacidad para la gestión?
10. Los culturas orientales (otrora
nudos de sabiduría ancestral) se han
convertido en especialistas en
biología marina, no por sus
conocimientos intrínsecos, sino por
la depredación de los recursos
ictícolas del mundo denominado
Tierra donde cualquier cosa que
tenga capacidad de vivir en el agua,
es pasible de ser enlatado.
11. El poder político juega hoy a
las escondidas con la incapacidad
científica para manejar la capacidad
de la energía nuclear para convertir
su casa y mi casa, su vida y mi vida
en un recuerdo de la nada tal como
quedó demostrado con los accidentes
de Chernobyl y los producidos en el
ámbito de los Estados Unidos de
Norteamérica (de los que no se dijo
nada...).
12. El terrorismo se autojustifica
en las circunstancias fabricadas
desde los ángulos políticos +
económicos, los cuales a su vez
generan otras (circunstancias) para
propiciar la existencia de ese mismo
terrorismo que dicen combatir [?].
Cualquier actitud o acción donde la
víctima sea un ser humano, debe ser
calificada como “terrorismo”... por
lo tanto una medicina sin recursos
adecúa la coyuntura para un acto
terrorista.
13. Comenzando el Siglo XXI,
entrando en el séptimo año del
tercer milenio, el mundo de la salud
se debate en una controversia: salud
para muchos... o salud para muy
pocos. Las ciencias médicas
sometidas e invadidas por las
discrecionalidades de las teorías
económicas a ultranza, se enfrentan
a un replanteo de la esencia que les
dio origen: o se prioriza al ser
humano... o se instituye la urgencia
de la corrección del gasto con el
objetivo (triste por cierto) que los
números cierren hermosos en los
libros de contabilidad, mientras las
gentes perecen ante la impericia de
los equilibrios.
14. Tráfico de niños y personas que
van a desguace para preservar la
vida de familiares de poderosos.
La conclusión de los puntos
precedentes puede concentrarse en
que el ser humano, vaya a saber por
qué motivo, está ciertamente
empeñado en autoextinguirse,
generando un modelo que seguramente
será único y ejemplificador, tanto
que no habrá nadie para juzgarlo, ni
siquiera para poder opinarlo, porque
se habrán extinguido las ciencias,
los saberes, las cualidades y los
dones, sus hijos y mis hijos, sus
nietos y mis nietos, quienes puedan
registrar la barbarie diseminada por
toda la superficie del planeta.
La tan mentada “Salud Pública” se
dirige hacia al abismo porque los
recursos no son suficientes para
“atender” a las personas incluidas
en el sistema, al mismo tiempo que
el mundo científico (esclavo de
intereses personales) está empeñado
en desarrollar terapias cuyo valor
ya no sólo están al alcance de un
número reducido de personas, sino
que ni siquiera los Estados están en
capacidad de sustentar (porque los
dineros están comprometidos para
fines menos altruistas) masivamente.
En este punto cabría preguntarse,
¿qué es más importante?, o bien
¿cuál es la prioridad?
Aquí, seguramente surgirían las
mezquindades personales junto con
los afanes de los “nichos” y las
“quintas”. El que es funcionario
público se cree eterno, y además,
con el suficiente “criterio” como
para disponer sobre el destino de
los muchos (esto en nombre de la
democracia, las libertades y los
derechos humanos, claro está).
Alcanza con ver y oír las
expresiones de los líderes del
primer mundo quienes se dirigen a
los otros como si ellos fuesen
únicos propietarios de las
existencias.
Indudablemente la respuesta es y
debe ser una sola: “...lo más
importante y la única prioridad es
el ser humano, su medio ambiente y
la satisfacción de sus necesidades
primarias, así como la garantía de
la continuidad de la especie”. Ante
ello, urge la necesidad de un
replanteo mundial del sentido de la
ciencia de los equilibrios. O nos
sentamos de una vez a discutir
seriamente sobre el equilibrio en el
que debemos sustentar nuestras
existencias, o sencillamente no las
habrá y por lo tanto tampoco razones
a discutir. Indudablemente el tiempo
que nos queda para la precitada
finalidad es escaso, y ojalá no sea
demasiado tarde.
Todos los días tanto en oriente como
en occidente, tanto en el hemisferio
sur como en el norte, se alzan voces
reclamando equidad. Los reclamos son
tantos que se han tornado una figura
repetida donde cambian las caras y
los contenidos de los carteles, pero
el tenor y el sentido último son
únicos. Corea, China y Japón son
buenos ejemplos de las
contradicciones geométricas de las
esencias, donde mientras se encumbra
el sentido último de la salud
pública, las masas ven truncados sus
destinos, bien por desprecio de la
estrategia económica, bien por las
distancias, bien porque los poderes
no escatiman esfuerzos en quitar de
su camino a “aquellos que molestan”,
o bien fabricando las mentadas
circunstancias para que “aquellos
otros”, los demás, se suiciden por
falta o ausencia de un mañana
lógico. ¿Ese es el modelo que
queremos?...
¿Y los costos?... ¿Y los
subsidios?... ¿Y las
investigaciones?... ¿Y las ciencias
de la salud?... Seamos claros:
cuando la exclusión supera a la
inclusión, la condición humana no
alcanza para dar sentido a las
respuestas. Hasta la próxima. |