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Desde la
óptica de Pagés, la salud, hoy más
que ayer, “está colocada como un
requisito de lo que significa un
buen gobierno”. “La salud es cada
vez más un trazador de efectividad y
se reafirma como un elemento
fundamental no sólo de una larga
vida sino de una vida funcional”,
sostuvo el funcionario.
Entre las deficiencias a solucionar,
Pagés destacó “los 230 millones de
personas que no cuentan con seguro
de salud, el 25% de la población que
no tiene acceso permanente a los
servicios básicos y el 17% de
nacimientos que ocurren sin atención
de personal de salud calificado”.
LA
SEGURIDAD SOCIAL
Por otra parte, el titular de la
Federación Argentina de la Sanidad (FATSA),
licenciado Carlos West Ocampo, el
titular del IOMA, Javier Mazza, el
Superintendente de Servicios de
Salud, Héctor Capaccioli y Carlos
Garavelli, titular de la
Organización Internacional de la
Seguridad Social (OISS), analizaron
los aportes necesarios para la
reforma del subsector de la
seguridad social, una tarea que
desde la visión de los 4
especialistas “es factible de
instrumentar debido a que en la
Argentina está creciendo el empleo
en blanco y también los salarios, lo
que redunda en una mejor recaudación
para las obras sociales”. |
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El
titular de la FATSA recordó que
“cuando estábamos en pleno auge de
la política neoliberal nuestras
instituciones en aquellos años eran
obsoletas y nuestros reclamos eran
una antigüedad, y entonces, cuando
nosotros hablábamos de solidaridad y
discutíamos cuánto de mercado y
cuánto de sociedad, parecía que
siempre atrasábamos”. “Para revertir
esta situación, todos hicimos
enormes aportes al sistema, pusimos
plata de un aumento de salario para
una fundación que formó a miles y
miles de profesionales, auxiliares,
técnicos y enfermeros en todo el
país”, subrayó West Ocampo.
“De esta
forma, salvamos un déficit que tenía
el Estado: donde no había más que
personal idóneo, ahí implantamos
auxiliares, técnicos y enfermeros en
todas las instituciones públicas y
privadas, y esto lo hicimos con
esfuerzo entre muchos de los
empleadores y los trabajadores”,
agregó.
Para el titular de FATSA y de la
Fundación Docencia e Investigación,
en la actualidad se da un momento
único “porque hacía muchísimos años
que no veíamos un debate sobre la
distribución de la riqueza
implantado desde el propio
gobierno”. “No hay mejor
distribuidor de la riqueza que un
sistema de salud útil para toda la
población, junto a una buena
educación, y hoy se está discutiendo
un sistema de financiación de la
educación en el que todos los
sectores vamos a estar involucrados
y a todos nos preocupa la educación,
pero a todos también nos debe
preocupar tener un sistema de salud
que proteja a todos los ciudadanos y
que nos dé absolutamente todas las
garantías en un país como la
Argentina”, manifestó West Ocampo.
“No tenemos que perder esta
oportunidad, pues me parece que es
única y nos permitirá cambiar el
rumbo de nuestro sistema, en el cual
debemos hacer convivir a los
subsectores con las transformaciones
que cada uno de ellos plantee”,
afirmó por último el también titular
de la Fundación Docencia e
Investigación.
El IOMA
En tanto, Javier Mazza, presidente
del IOMA, describió la situación de
esa obra social provincial, que este
año superó el 1,6 millones de
afiliados, y dijo que “desde
principios de 2006 somos la red de
atención de salud del Programa
Federal de Salud, que nos acerca
casi 100 mil beneficiarios más, lo
cual significó un gran desafío para
nuestra organización no sólo en
cuanto a la escala de nuevos
servicios sino en la incorporación
de una mecánica de trabajo distinta
a la que el Instituto estaba
acostumbrado”. |
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El financiamiento es el eje
de la transformación, y su
evolución en los últimos
cinco años en el Instituto
es notable: de 650 millones
en 2001, se pasó a 1600
millones en 2006. También
hubo un crecimiento en el
padrón de los asociados del
orden del 15%. “Esto
significa un incremento del
ingreso por beneficiario del
100% aproximadamente, que se
ha traducido en nuevas
prestaciones e incrementos
arancelarios”, informó Mazza.
“Tengamos en cuenta que la
consulta médica, en este
período, pasó de 12 a 20
pesos, por lo que estamos
hablando de un 70% de
incremento, y si bien es
inferior al incremento per
cápita que estamos viendo en
los recursos, se complementa
o convive con el importante
incremento a las
prestaciones que toda la
seguridad social ha tenido
que brindar”, agregó.
En los últimos dos años, el
IOMA creció en materia de
beneficiarios por medio de
la resolución de temas
históricos, como por ejemplo
la discriminación de los
esposos, que no podían
ingresar al sistema
obligatorio. “En este
período hemos tenido 100 mil
ingresos de parejas y
también el plan de
adherentes tiene casi 320
mil beneficiarios y la nueva
experiencia del Programa
Federal de Salud, nos ha
acercado a casi 100 mil
personas”, señaló el titular de la
obra social provincial más grande
del país.
“Otro elemento discutible: en 2002,
cuando la consulta médica básica
salía 12 pesos, nuestro beneficiario
pagaba 2,50, que es lo mismo que
abona hoy. También estamos por
lanzar un importante aumento de la
cobertura de medicamentos para el
plan ambulatorio, que comenzará a
implementarse el 20 de diciembre.
Volviendo al marco de la pelea que
toda la seguridad social llevó
adelante en la batalla a favor del
genérico y siguiendo los esquemas
tradicionales del instituto vía suma
fija, también hemos elevado la
cobertura del 70%, alcanzando el
histórico porcentaje tan requerido
por nuestros beneficiarios y que
tanto tiempo nos llevó recuperar”,
añadió.
Por último, el titular del IOMA
describió la agenda de las tareas
pendientes de esa entidad para 2007,
en la que se destaca la
incorporación de las redes de
atención primaria de los municipios
como prestadores, la realización del
control médico periódico del
personal del estado provincial y el
fortalecimiento de una gestión
plural.
“Por último, creo que debemos
trabajar para mejorar la
integración, porque en mi opinión,
crecer financiando la demanda no
representa un traspaso del sector
público al privado”, puntualizó
Mazza.
La visión
de la Super
En otro orden, el titular de la
Superintendencia de Servicios de
Salud, Héctor Capaccioli, hizo una
descripción del sistema de las obras
sociales y planteó una serie de
medidas a instrumentar para su mejor
funcionamiento. Al respecto,
manifestó que “el estado actual de
la atención médica en la Argentina y
su distribución por población, está
representada y fragmentada entre las
obras sociales provinciales, que
nuclean a más de 6 millones de
argentinos, las obras sociales fuera
del sistema (las de las fuerzas
armadas, del Congreso de la Nación,
las universitarias), que nuclean a
más de 1.200.000 personas, la
medicina prepaga, que nuclea a casi
2 millones de usuarios, las obras
sociales nacionales, que son las que
nos competen en la SSSalud, y que
cuentan con 15 millones de
afiliados, el Pami, que nuclea a 3
millones de beneficiarios, los
hospitales públicos que atienden a
10 millones de argentinos y el Profe,
que es un programa que brinda
servicios a más de 500 mil”. |
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En relación a los resultados
de la atención médica,
Capaccioli informó que en la
actualidad existe una
mortalidad del 13.3 por mil
por sobre los nacidos, una
mortalidad bruta del 7.7 por
mil y una mortalidad materna
del 3.7 por mil. “Por su
parte, la expectativa de
vida al nacer es para los
hombres, de 71 años y para
las mujeres, de 78 años, con
una expectativa de vida
saludable de 68 años”,
añadió el funcionario.
Desde la óptica del
superintendente, es
preocupante la inequidad que
tiene esta fragmentación del
sistema entre los distintos
subsectores. “Cuanto más
recursos más desigualdad y
menos solidaridad con los
carenciados, que son los
excluidos, los que están
fuera del sistema”, advirtió
Capaccioli.
En otro orden, el
funcionario describió el
proyecto de la SSSalud
durante los próximos años
para reformar el subsector
de las obras sociales de la
siguiente manera: “Nosotros
hablamos de tener acuerdos
sobre políticas públicas,
especialmente en recursos
humanos, capacitación,
compras (o como se
llama ahora, negociaciones
corporativas, para tener mejores
precios de referencia).
También comenzamos los estudios en
áreas reguladas y avanzamos en la
presentación de programas en
conjunto”. “En el segundo año
creemos también que tenemos que
empezar a trabajar sobre los
programas de cobertura,
acreditaciones, categorizaciones,
normas asistenciales, adecuación
administrativa, el estudio de
factibilidad y normativas a aplicar
para la integración de las obras
sociales fuera del sistema”. “En el
tercer año planteamos un programa de
presentación de la adhesión de obras
sociales fuera del sistema, la
transformación de los efectores de
estas obras sociales en efectores
integrales del sistema y la
adecuación presupuestaria de aportes
y contribuciones. Estos son temas
centrales y por eso los planteamos
con un poco más de tiempo, porque
son los que previamente cada uno de
los subsistemas va a tener que haber
consolidado internamente para que,
cuando volquemos todo esto en un
programa de integración, tengan las
bases sólidas para una integración
que sea perdurable”. |
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